Page, que la fuerza te acompañe

No es fácil gobernar y gestionar los presupuestos públicos en estos tiempos de la nueva política. La falta de mayorías exige al partido al frente de un gobierno del tipo que sea una serie de habilidades negociadoras que permitan llegar hasta casi al regateo, mientras que la parte que menos voto recibió cobra un peaje que a veces puede rayar en el chantaje.

Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, lo sabe muy bien ahora que necesita de todas todas un presupuesto con el que administrar el presente ejercicio si no quiere verse en el limbo económico. Las sucesivas jornadas de negociación con Podemos parece que avanzan por buen camino y la fumata blanca está a punto de producirse. Aunque si hacemos caso al PP, el parto final será fruto de un paripé y una vulgar escenificación.

Y eso por no hablar del otro lado oscuro de su quehacer político, el partidista. García-Page viene ejerciendo de habilidoso funambulista -aunque últimamente menos- dentro de un PSOE que no sabe muy bien cuál es el camino a seguir y, lo que es peor, la meta a la que debe llegar y con quién al frente.

En momentos así, con la capacidad personal no basta, y toda la energía extra que se reciba ayudará a superar estos momentos delicados. Por eso, García-Page, que es de los políticos del bando de la listeza, vió ayer mismo en el pabellón de Castilla-La Mancha en Fitur la oportunidad de inyectarse esa dosis de energía capaz de cargar su batería personal.

Seguro que fue por casualidad, pero como en un episodio de la novela cervantina más famosa con tintes futuristas, Page no dudó en acercase a una dama misteriosa que deambulaba entre los molinos que adornan el stand de la región. Era una mezcla de Dulcinea de El Toboso futurista y la seductora princesa Leia Organa de la Guerra de las Galaxias, tocada con ese peculiar peinado en forma de bucles laterales que luciera la recién fallecida actriz Carrie Fisher.

Como buena hija del caballero jedi Anakin Skywalker, luego transformado en Darth Vader, no portaba una lanza quijotesca en astillero, sino esa famosa espada sideral de láser signo de la fuerza proviniente del centro del universo. Por eso, tras saludar a la dama y tocar la espada, cuentan que al despedirse la mujer le dijo al oido: «Page, que la fuerza te acompañe».