Cuando aparecían los huesos de santo en una bandeja plateada en el escaparate de la confitería de Santo Tomé, en Toledo, un niño los miraba con júbilo y los saboreaba por anticipado; sabía que pronto llegaría Navidad. Ahora, delante de la ventana de la vejez y de la nostalgia , este jubilado les quiere desear, con este «villancico», Felices Pascuas y un Próspero Año Nuevo 2017, como se decía antiguamente.
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