Imagen del «Agaresuchus fontisensis», un nuevo hallazgo del yacimiento de Lo Hueco
Imagen del «Agaresuchus fontisensis», un nuevo hallazgo del yacimiento de Lo Hueco - EFE

Descubren una nueva especie de cocodrilo en Lo Hueco

Demuestra la coexistencia de dos especies de alodaposúquidos por primera vez en un yacimiento europeo

Cuenca Actualizado: Guardar
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El hallazgo del «Agaresuchus fontisensis» en el yacimiento paleontológico de Lo Hueco, en Cuenca, la segunda especie de cocodrilo descrita en el mismo, demuestra la coexistencia de dos especies de alodaposúquidos por primera vez en un yacimiento europeo, tras el descubrimiento del «Lohuecosuchus megadontos», según ha explicado Iván Narváez, responsable del equipo investigador del Grupo de Biología Evolutiva de la UNED que ha realizado dicho hallazgo.

Narváez ha subrayado que hasta ahora «esto no se había visto en ningún otro yacimiento de Europa» y que Fuentes, donde se localiza Lo Hueco, es la «primera localidad en la que aparecen dos alodaposúquidos», que sería el grupo «más emparentado con los cocodrilos actuales, sus primos», por lo que este descubrimiento ha permitido «afinar las relaciones de parentesco de este grupo con los actuales».

Con el nombre del demonio Agares, que, según la demonología, aparece montado en un cocodrilo, y dedicado al pueblo de Fuentes, «Agaresuchus fontisensis» se ha descrito a partir de un cráneo asociado a una rama mandibular derecha y, en cuanto a su morfología, su cráneo es mucho más alargado y delgado que el del Lohuecosuchus megadontos y sus dientes de menor tamaño, con un espacio interdental mayor.

No obstante, ha agregado Narváez, al pertenecer ambos al grupo de los alodaposúquidos, comparten caracteres como la presencia de un «ancho canal craneocuadrado abierto lateralmente, que no aparece en los cocodrilos actuales».

En ambas especies se han descrito mandíbulas, aunque el «Agaresuchus» presenta una plataforma «mucho más horizontalizada en la parte posterior de la mandíbula» y ambos comparten la ausencia de «fenestra mandibular externa», así como la particularidad de que el diente más largo de la serie dental por detrás del cuarto «siempre es el décimo en alodaposúquidos».

El resultado de esta investigación también ha permitido, a juicio del investigador, confirmar la hipótesis de la existencia de linajes dentro de los alodaposúquidos, «uno restringido al este de Europa y otro representado por las formas de la Península Ibérica y sur de Francia».

En cuanto a la forma de vida de esta nueva especie, el paleontólogo Francisco Ortega ha avanzado que este cocodrilo habitó hace unos setenta millones de años en una zona costera situada cerca de la posición actual de las Islas Canarias y que estaba sometida a un «régimen subtropical con etapas muy húmedas y mucho más secas».

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