La garantía de los regadíos sigue siendo una de as más importantes bazas para los futuross agricultores
La garantía de los regadíos sigue siendo una de as más importantes bazas para los futuross agricultores - ABC

«El agua es aquí un recurso limitado y vienen muchos jóvenes detrás»

El secretario general de UPA CLM, Julián Morcillo destaca «la capacidad» de los agricultores de la región en el uso eficiente y sostenible del recurso y pide lo mismo a otra comunidades

Toledo Actualizado: Guardar
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Dos mil jóvenes castellano manchegos han presentado sus solicitudes para acceder a las ayudas de la Orden de la Consejería de Agricultura, Medioambiente y Desarrollo Rural para la Incorporación de Jóvenes y Planes de Mejora de Castilla-La Mancha. Una ayudas que supondrán una inversión de 22,8 millones de euros para jóvenes y 15,1 millones de euros para la Modernización de Instalaciones Agrarias y Ganaderas. Un nuevo impulso al sector agrario y ganadero, muy esperado, pero que llega también con algunas «dolencias», según el secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores de Castilla-La Mancha, UPA CLM, Julián Morcillo.

«Seguir modernizando nuestras infraestructuras y buscar una mayor eficiencia de cara a una mejor competitividad de nuestro productos siempre será positivo; sin embargo, de esa cantidad no se podrá destinar nada a nuevos regadíos», apunta Morcillo, añadiendo que los jóvenes que se incorporan a la agricultura «quiere tener también un futuro y ese futuro pasa por el acceso al agua, un recurso restringido hoy en nuestra Comunidad».

El relevo generacional, con esos 2.000 expedientes presentados a la orden de ayudas, parece estar garantizado; sin embargo, de su mantenimiento depende «un recurso que hoy por hoy tenemos limitado», reitera Morcillo.

Y así, en la que podría considerarse «vuelta al campo», derivada quizá también por la crisis, sigue pesando sobre el sector una problemática histórica: la falta de agua en una Comunidad Autónoma con 500.000 hectáreas de regadío. De ellas, 250.000 hectáreas corresponden a la cuenca del Guadiana y el resto se reparte entre las otras siete cuencas.

El secretario general de UPA explica que Castilla-La Mancha genera para regadíos 7.000 hectómetros cúbicos, de los que emplea unos 2.000 hectómetros cúbicos. «Un pequeño uso de los recursos de los que disponemos que nos llevaría a pensar que no necesitamos más agua o que tenemos resuelto este problema; sin embargo, nada más lejos de la realidad», dice Morcillo, argumentando que en los sucesivos Planes Hidrológicos que ha ido aplicando el Gobierno central la prioridad siempre han sido otras regiones, limitando el acceso al agua en la nuestra».

Serían muchos los ejemplos que podrían ponerse sobre la mesa, aunque el más significativo, y reciente, es la prórroga de un año más del Decreto de Sequía de las cuencas del Júcar y el Segura, que caducaba en septiembre de este año, al constatar el Ministerio de Agricultura que la situación de sequia persiste. Un decreto que dejaba, y deja, al margen a Castilla-La Mancha. «Un ejemplo más de discriminación», asegura Morcillo. «Cuando se habla de agua en estas cuencas -continúa- siempre aparecen los presidentes de Valencia y Murcia, no se tiene en cuenta a Castilla-La Macha, ni que el 75% de la cuenca del Júcar discurre por la región y en esta situación se nos plantean otros problemas con el uso del agua de las desaladoras que perjudican a nuestros cultivos leñosos».

Resulta también «sangrante», dice, el hecho de que «se deriven del Júcar 500 hectómetros cúbicos anuales a otras cuencas para paliar las necesidades de la Albufera, de Sagunto, de Valencia, del Turia, del Vinalopó…, mientras se pide a La Mancha oriental que disminuya sus recursos, permitiendo un uso de 45 hectómetros cúbicos hasta el 2027». «Todas medidas muy dañinas para nuestros agricultores», subraya.

30 años de uso sostenible

El secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores de Castilla-La Manca defiende que en nuestra región «llevamos haciendo un uso sostenible del agua desde hace 30 año, aún teniendo concesiones y derecho reales que se nos vienen limitando desde 1986, por ejemplo, como en la cuenca del Alto Guadiana».

La sobreexplotación de los acuíferos 23 y 24 ha llevado a los agricultores a disponer únicamente de un tercio de sus derechos reales, lo que ha supuesto a lo largo de estos años la desaparición de cultivos como la remolacha y una bajada importante en la producción de cereales. Ha sido necesario, por tanto, apunta Morcillo «remodelar nuestros cultivos y modificar nuestras producciones». Tanto es así, asegura, que «en Castilla-La Mancha somos punteros en modernización de regadíos, hemos hecho un verdadero esfuerzo y apuesta por el uso eficiente del agua, renovando infraestructuras, adaptando el riego localizado por goteo o aspersión, mientras vemos que el agua de Castilla-La Mancha, cabecera de grandes cuencas, es exportable a otras regiones que no han apostado por ese desarrollo sostenible».

A juicio de Morcillo «estamos ante una realidad muy dura, en otras regiones no quieren ni oír hablar del ahorro del agua, lo único que persiguen es más, más derivaciones» y de ahí los nuevos planes Hidrográficos de cuencas como el Guadiana y el Segura que UPA ha recurrido. Planes como el del Guadiana que «se plantean con los mismos errores históricos» y, argumenta en este sentido, que el plan de cuenca reconoce 11.300 hectáreas de riego en la masa Rus-Valdelobos, pero la Confederación Hidrográfica del Guadiana dice que tiene registradas 20.050 hectáreas. Los regantes solo pueden utilizar 20,48 hectómetros cúbicos de los 70,36 que tienen reconocidos legalmente. Es decir, solo pueden utilizar una media de 1.800 metros cúbico por hectárea, pero como los recursos renovables para la Confederación siguen siendo los mismos, al tener que repartir entre casi el doble de hectáreas, la dotación media será próxima a los 1.000 metros cúbicos por hectárea y no para todos los regantes, porque no todos tienen la misma concesión».

A efectos prácticos, un regante que quiera sembrar cebollas, si tiene 6 hectáreas legales de riego, solo va a poder regar una y tendrá que dejar las otras 5 de secano. O lo que es lo mismo, lamenta, «el plan envía a nuestros regantes directamente al secano».

Si es así, Morcillo augura una «guerra social del agua en La Mancha». Social porque «nuestra región ya ha pagado su cuota de solidaridad y va a llegar el tiempo de volver a movilizarse ante este tipo de procesos que lo único que hace es dañar a la cuenca cedente y a los intereses de sus regantes, que no pueden competir en igualdad de condiciones».

El espíritu de la tractorada

Una cuenca, la del Guadiana, que aún tiene pendiente dar solución a «otra lucha», la regularización de pozos «alegales», según Morcillo, destinados principalmente al riego de viñedos. Una situación que llevó a la UPA a convocar, en abril de 2015, la llamada «tractorada» del Vértice de La Mancha. Partiendo de rutas de cinco rutas diferentes de las cuatro provincias llegaban a Villarrobledo (Albacete) para reclamar la regularización de pozos de 40 municipios y de los que dependían unas 2.000 familias. Los agricultores pedían la continuidad del Plan Especial que se paralizaba en 2011 con la llegada del nuevo Gobierno del PP.

Hasta entonces se habían regularizado la mayoría de los pozos de regadío dedicados al cultivo de leñosos, quedando pendientes en estos momentos entre 800 y 900 expedientes de agricultores profesionales, según la organización agraria. Solicitudes que están más cerca de tener una solución, dado el grado de entendimiento entre administraciones, Confederación Hidrográfica y Consejería de Agricultura, y la Comunidad de Regantes. Todo parece indicar que este «histórico conflicto» pueda quedar zanjado a lo largo de esta legislatura.

Ahora bien, quizá el sector necesite invocar ese espíritu de la «tractorada» del Vértice de La Mancha pare reclamar ante el Gobierno central el uso eficiente y sostenible del agua en todos los territorios.

Y entre las demanda se incluirían la segunda fase de sustitución de bombeos de la provincia de Albacete que «no llevan vendiendo meses», critica Morcillo, para quien con esta infraestructura «no habría que tocar las aguas subterráneas, el acuífero se podría liberar, no estaríamos hablando de la sobrexplotación del acuífero».

Así las cosas, bajo la premisa de que el campo sigue siendo el motor de la economía de Castilla-La Mancha, desde la Unión de Pequeños Agricultores destacan que el agua «sigue siendo un recurso limitado en esta región y vienen mucho jóvenes detrás que quieren garantizar su futuro en el campo. No podemos seguir siendo discriminados por planes hidrológicos que nos están dejando atrás».

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