La seguridad con PSOE y Ciudadanos

Desde España y otros muchos otros puntos de Europa se están criticando con toda razón los fallos en la seguridad belga que podrían haber impedido los atentados de esta semana y sus trágicas consecuencias. Pero, como otras tantas veces, los españoles vemos mucho mejor la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio: Estamos pasando por alto el hecho de que si llega a entrar en vigor el pacto firmado por PSOE y Ciudadanos para que Pedro Sánchez consiga ser investido presidente del Gobierno la lucha contra el terrorismo yihadista se haría más difícil en nuestro país.

Uno de los puntos del acuerdo firmado por Sánchez y Albert Rivera compromete a un futuro gobierno de ambos a reformar en sus aspectos mas esenciales la Ley de Seguridad Ciudadana aprobada gracias a la mayoría absoluta del PP en la pasada Legislatura.

De forma explícita se habla de los artículos «que atribuyen a las fuerzas de Seguridad poderes decisión y represión fundados en meros indicios y sospechas que desplazan las garantías judiciales».

Mucho criticar a Bélgica porque no hizo caso de la advertencia de Turquía de que Ibrahim El Bakraoui, uno de los kamicaces que se inmolaron en el aeropuerto de Bruselas, era un peligroso terrorista en potencia cuando le deportó a ese país europeo el verano pasado y poco curarse en salud. El pacto PSOE-Ciudadanos trataría de impedir que las fuerzas de seguridad españolas detuvieran a un Bakraoui cualquiera que llegara a España en esas circunstancias.

Otro peligro detectado por expertos en seguridad en el pacto Sánchez-Rivera es su prometida «derogación inmediata de la prisión permanente revisable» que el Gobierno Rajoy aprobó cuando reformó el Código Penal para garantizar que personajes tan peligrosos como ese Salah Abdeslam responsable de las masacres de París y Bruselas permanezcan en la cárcel hasta que dejen de constituir un peligro para la sociedad.

Tras los atentados de esta semana en la capital europea, los líderes de PSOE y Ciudadanos se apresuraron a condenarlos y a cerrar filas tonel resto de los partidos democráticos que participan en el Pacto Antiterrorista. Era lo natural. Pero también lo contrario a lo que habían firmado, seguramente para justificar el voto en contra de los socialistas a la Ley de Seguridad Ciudadana o a la prisión perpetua revisable cuando oponerse al PP les era más rentable que preocuparse por el futuro de la seguridad nacional.