Narbona: «No puedo poner la mano en el fuego por nadie en el caso Acuamed»

La exministra de Medio Ambiente con el gobierno socialista de Zapatero defiende las desaladoras, cuatro de ellas paradas a pesar de la sequía

Narbona durante la entrevista a ABC MAYA BALANYA
Marisa Gallero

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En tiempos de sequía, la peor en casi cuarenta años, con España atrapada en el buen tiempo y las cuencas del Júcar y Segura en emergencia, cuatro desaladoras aprobadas por el ministerio de Medio Ambiente de Cristina Narbona, durante el primer gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, siguen sin dar servicio por el alto coste que supondría la factura del agua. La única que funciona a todo gas es la planta de Torrevieja, investigada en el caso Acuamed, que ha salpicado a populares y socialistas de la empresa pública. Narbona nos habla sobre su gestión del Programa AGUA, que anuló el Trasvase del Ebro.

Usted aprobó un real decreto de urgencia que puso en marcha el Programa AGUA y todavía siguen sin estar operativas cuatro desaladoras, ¿se sobredimensionó?

–Cuando fui a presentar el Programa a la comisaria de Medio Ambiente en la Unión Europea, me dijo: «¿Nunca más van a presionar con el Trasvase? He sufrido una presión brutal del Gobierno de Aznar. ¡Dios existe!». La infraestructura era costosa y requería tanta energía mover el agua desde el Ebro hasta Almería como todas las desaladoras en marcha juntas. No sólo hicimos desaladoras, fue una gestión integral.

El caso de la desaladora fantasma de Moncofa (Castellón) se proyectó con un alcalde socialista para dos municipios de 9.000 habitantes con una inversión de 55 millones de euros.

–Incluimos a Moncofa por una expectativa asociada a desarrollos urbanísticos que luego no se cumplieron. Hay casos y casos. Los regantes de Murcia están encantados. Incluso las mujeres rurales de Totana por la planta de Águilas me entregaron como reconocimiento el pimentón de oro.

Pero tampoco da servicio la planta de Oropesa ni de Sagunto. Si esas desaladoras no funcionan antes de marzo de 2019 perderemos 35 millones de fondos europeos.

–Había demanda tanto en el caso de Sagunto por el polígono industrial, como por Marina D´or, redimensionada a la baja de lo que pedía el ayuntamiento. Todavía recuerdo la conversación con un empresario que quería el doble de planta. Y el día que haga falta, llueva o no, el único agua que tiene garantizado el litoral español es de las desaladoras. El Gobierno tiene que optimizar el uso de las plantas que están construidas, revisando los convenios que existen con los municipios.

Actualmente hay un real decreto de sequía en toda la Confederación del Júcar y siguen los ayuntamientos sin activar las desaladoras por el convenio firmado con Acuamed durante su etapa. No pueden asumir el coste de la factura del agua que supondría deudas de un millón de euros durante 25 años.

–En su momento, no fueron contratos leoninos, porque había unas expectativas que iban ligadas al uso de agua para las ampliaciones urbanísticas. Nadie les puso una pistola en la cabeza para que firmaran. Tras 10 años que han tardado en construirse, entramos en un terreno de sobrecostes que desconozco.

Concretamente 218 millones de sobrecostes durante la etapa socialista según un informe del Tribunal de Cuentas.

–De eso no puedo opinar. Lo cierto es que el Gobierno tiene a través de Acuamed la capacidad de utilizar plenamente esas plantas, como ocurre con la desaladora de Torrevieja. En esos cuatro años de mi mandato, dio tiempo a hacer el proyecto de muchas, otras se descartaron porque no surgían…

Fueron concretamente 9 millones de euros en proyectos fallidos.

–Si se hubiera hecho el tubo del Trasvase para llevar mil hectómetros cúbicos, no sabemos cuánta agua se hubiera utilizado ni cuánto se habría pagado.

Se investiga un contrato de publicidad por más de 7 millones de euros financiado con el 1 por ciento de las aportaciones de las constructoras con adjudicaciones en desaladoras.

–Acuamed estableció un convenio con las empresas del sector, que contribuían a esa campaña de publicidad. Pensamos que era necesario una puesta en valor de la desalación, porque el PP decidió que era mala por naturaleza. No sólo respecto a las obras, sino incluso para la salud y el campo. Sinceramente no puedo poner la mano en el fuego por nadie en el caso Acuamed, la puedo poner por mí. Nunca se planteó para generar ningún tipo de compensación a posteriori. No había una sola línea en el convenio de que ese dinero lo iban a recuperar ni era una condición para hacer obras después.

Carlos Massa, director general de Acuamed, declaró ante el juez Eloy Velasco que «si lo ha encargado Narbona, que lo pague Narbona»

–¡Figúrate de donde voy a pagar yo! No había una sola línea en el convenio de que ese dinero se recuperaría, sino que compartíamos el objetivo de explicar las ventajas de la desalación tras un ataque increíble por parte de las administraciones del Partido Popular. ¡Hicimos hasta botellitas de agua desalada, que fui a repartir por la playa!

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