Es una madraza. Estuvo horas ladrando y llorando junto a un contenedor de basura. Cuando los vecinos fueron a mirar se encontraron con la sorpresa: sus 5 cachorritos en una bolsa de plástico. Alguien los había tirado allí y no quiso separarse de ellos. Cala, que así se llama esta perra, comenzó a atenderlos. A darles de mamar, a darles besos y calor. Y ha logrado que dos de los cachorros se salven, pero tres han muerto.Un vecino de Poio está siendo investigado por un presunto delito de maltrato animal.
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