TODO IRÁ BIEN

Franco para Cataluña

Para Lluís Rabell todo vale en su submundo preintelectual, de garrapatas de la subvención pública

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El peor atraso de Barcelona son sus asociaciones vecinales, empeñadas en destruir cualquier progreso. Son un tanque frente a cualquier esperanza de creación de riqueza. Lluís Rabell, flamante candidato del engendro de Podemos en Cataluña, encarna lo peor de este asociacionismo tan típicamente barcelonés, estos perdedores que van de víctimas del franquismocuando quien les ha derrotado es la vida. La vida con su belleza categórica, espiritual y superior que el izquierdismo atroz nunca ha sabido comprender porque siente tanto odio que no le queda espacio para el amor.

Rabell, comunista, conscientes de su derrota, en lugar de esforzarse para superarla, trata con su rabia de involucrarnos en ella. Sus ideas son funestas y sus promesas, conjuntos vacíos.

Su impostura empieza en su nombre, que es Lluís Franco Rabell.

El debate político del populismo es de tal bajeza que el flamante candidato cree que sin el apellido de su padre gana credibilidad antifranquista. Todo vale en su submundo preintelectual, de garrapatas de la subvención pública que presumen de una falsa necesidad y de un fatalismo que no existe para lograr protagonismo.

Se dan la razón entre ellos y se legitiman en su hiperventilación compartida. Sólo así un tipo como Franco Rabell puede ser considerado culto cuando es troskista e inteligente cuando renuncia a su apellido.

Rebosan las cloacas en Cataluña. Emergen personajes cada vez más absurdos. Y aunque sean los principales enemigos de la mayoría que Mas busca con su candidatura unitaria, fue el president quien soltó a los perros del caos llamando a la desobediencia y a la locura.

Después de haber atentado contra el futuro de Barcelona propiciando que Ada Colau llegara a alcaldesa, Franco Rabell se presenta por Podemos a ver si puede acabar con Cataluña. Trotskista, activista e independentista.

Y «España nos roba», decimos.

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