¿Dónde nadan los «náufragos» de UPyD?

El grupo parlamentario en el Congreso, quebrado. El de Bruselas, prácticamente perdido para las siglas magentas. Candidatos autonómicos y locales que huyen del «suicidio» político porque se sienten «kamikazes». Mareas de afiliados y cargos orgánicos que se van. UPyD, o lo que queda de ella en torno a Rosa Díez, niega que la sangría sea para tanto, y afirman que en realidad están recibiendo «infinidad de muestras de cohesión». Los que se fueron, de los que aquí se mencionan solo algunos, avanzan ya por otro camino. Muchos, por el que conduce a Ciudadanos.

Francisco Sosa Wagner

Fue el primero en apostar públicamente por una confluencia con Ciudadanos, por lo que fue insultado y vilipendiado por sus entonces compañeros de UPyD. Poco después de ser sometido a un tercer grado en un Consejo Político extraordinario, dejó el partido y el acta, no sin denunciar el despotismo de Rosa Díez que lo había apartado como portavoz magenta en Bruselas.

Hoy, zanja Sosa Wagner, su papel no es de «compromiso político en primera fila».

Fernando Maura

Suspendido cautelarmente de militancia por la dirección del partido el pasado Viernes Santo, el eurodiputado continúa dentro del grupo de UPyD en la Eurocámara mientras toma una decisión que, según dijo, podría pasar por seguir así o renunciar a su escaño. «Todas las opciones están abiertas», subrayó tras ser expedientado. También, que no tiene prisa y que ha dejado de sentirse «ligado» a a formación magenta. No oculta su proximidad con Ciudadanos, en cuyos actos públicos ha participado.

Enrique Calvet

UPyD ha incoado contra él también un expediente de suspensión. No se plantea dejar su acta en Bruselas pero sí ha abandonado el grupo parlamentario de UPyD, aunque continúa encuadrado en las mismas filas que sus excompañeros -la Alianza por los Liberales y Demócratas de Europa (ALDE)- como independiente. Como militante aún, Calvet promueve una corriente interna denominada «La ciudadanía primero» con la que busca reflotar el partido partiendo del debate político.

Toni Cantó

Tras reclamar sin éxito la dimisión de toda la dirección de UPyD en el Consejo Político del 28 de marzo anunció que dejaba su escaño en el Congreso y renunciaba a ser candidato a la Generalitat valenciana por el partido magenta, en el que aún milita. Su abrupto distanciamiento de Rosa Díez ha ido en paralelo a su no menos súbita entrega a Ciudadanos, fuerza a la que intenta incorporarse, si bien nunca alzó la voz para defender una alianza política con ellos mientras hubo negociaciones. Albert Rivera no ha negado que sería bienvenido, como tantos otros: Ciudadanos, con escasa estructura nacional, tiene muchas listas que completar, aunque los primeros puestos fueron ya decididos en primarias.

Irene Lozano

Irene Lozano. La supuesta «favorita» de Rosa Díez anunció el 8 de abril que en el congreso extraordinario de UPyD previsto para junio encabezará una candidatura para liderar el partido y que en ella estará también su compañero de escaño Álvaro Anchuelo. Lozano no ha dejado su acta en la Cámara Baja, a pesar de la invitación general que Díez a que los críticos siguieran el ejemplo de Cantó. Ella fue la primera en cargar contra Francisco Sosa por defender una confluencia con Ciudadanos. «Va a resultar difícil que te igualen en mezquindad», le reprochó. Después se disculpó.

Ignacio Prendes

El primer cargo e UPyD que fue llave de un Gobierno, el de Asturias, fue expulsado del partido tras ser acusado de estar trabajando con y para Ciudadanos. Ha dejado su escaño autonómico. Impulsa «Encuentro», una plataforma aún muy difusa pensada como vehículo para negociar un acuerdo con Ciudadanos con vistas a las elecciones de mayo. Ha afirmado que no se afiliará al partido de Rivera, pero que no descarta ir en sus listas.