Momento en el que los mossos se llevan a uno de los detenidos
Momento en el que los mossos se llevan a uno de los detenidos - EFE

Un peluquero convertido al Islam, cabecilla del grupo yihadista detenido

Sorpresa por el perfil de varios de los detenidos, sin ascendencia musulmana

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En el número 9 de la calle Juan Bravo, en el barrio de Sants de Barcelona, la sorpresa era general. Casi como si se tratase de un ritual tras una operación de este tipo, los vecinos hablaban de tipos corrientes, con sus túnicas y sus barbas pobladas, discretos y amables con la comunidad, para nada el patrón, si es que existe alguno, de alguien dispuesto a cometer un atentado terrorista. Una de las vecinas del inmueble sí reconocía a este diario que en el piso había mucho movimiento de personas de apariencia musulmana, pero en ningún caso «sospechosos de nada».

Otra vecina explicaba que sí pudo tener más relación con el primero de los hombres que llegó al piso, «un joven peluquero que lo pintó y amuebló todo pero que al cabo de pocos años se fue a su país, como han ido haciendo el resto que iba llegando también».

«No se sabía qué hacían allí siempre tantos hombres, pero eran muy tranquilos y nunca habríamos imaginado esto», manifestó, entrevistada por Ep, tras saber de su supuesta relación con el yihadismo.

Ciertamente, el perfil de los detenidos es de los aspectos que más ha sorprendido a los investigadores. Integrados en sus municipios, sin haber dado muestras aparentes de radicalización, cinco de los once son conversos al Islam y sin una vinculación familiar anterior con esta religión. Uno de ellos regentaba una fruteria.

De 17 a 45 años

El caso más significativo es el del supuesto líder de la célula: Antonio S. M., ciudadano español residente en el número 20 de la calle Plini el Vell de Sabadell (Barcelona), en el popular barrio de Can Llong, donde residía desde hacía unos diez años, según indicaron sus vecinos en testimonios recogidos por Efe. El hombre mantenía una relación con una mujer de origen marroquí, y habría trabajado en una peluquería del barrio hasta hace aproximadamente unos cuatro años. No ha trascendido si se trata de la misma persona que alquiló el piso del barrio de Sants.

Entre los cinco detenidos conversos hay cuatro personas de nacionalidad española y una quinta de Paraguay. Tanto desde la Consejería de Interior como desde los Mossos d’Esquadra se destacó este hecho, al ser la primera vez que se detiene a individuos con perfiles de estas características. Entre los arrestados, de entre 17 y 45 años de edad, hay una mujer. Las once detenciones fueron «las previstas» cuando se diseñó la intervención.

El hecho de que cinco de los detenidos fuesen personas convertidas al Islam «nos tiene que hacer reflexionar», insistió el titular de Interior de la Generalitat, Ramon Espadaler, sin acertar a exponer una explicación sociológica a esta circunstancia. El consejero de Interior, en cualquier caso, reiteró que no se puede bajar la guardia ante el fenómeno yihadista, sin caer por ello en un alarmismo que no ve justificado. Cataluña se mantiene en un nivel de 4 sobre 5 en la escala de alerta terrorista desde los atentados en París contra el semanario «Charlie Hebdo».

El viernes, ante Pedraz

De igual forma, y como hecho diferencial, fuentes de la investigación precisaron que las labores de proselitismo y captación de los jóvenes para radicalizarlos no se realizaban, como es habitual, ni a través de las redes sociales ni en el entorno de mezquitas u oratorios, sino a través por ejemplo de charlas.

Los detenido permanecerán en dependencias policiales de los Mossos d’Esquadra hasta que mañana, según lo previsto, partan hacia Madrid, donde comparecerán ante el juez Santiago Pedraz, titular del juzgado central de instrucción de la Audiencia Nacional y esta semana en funciones de guardia.

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