Caras largas en el grupo parlamentario de UPyD tras pedir Irene Lozano y Toni Cantó (ambos de pie) la cabeza de su líder, Rosa Díez
Caras largas en el grupo parlamentario de UPyD tras pedir Irene Lozano y Toni Cantó (ambos de pie) la cabeza de su líder, Rosa Díez - isabel permuy

El enroque de Rosa Díez dinamita la convivencia de UPyD en el Congreso

Tres de los cinco diputados exigen la cabeza de la portavoz tras la debacle andaluza

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«Va a ser bastante difícil la convivencia parlamentaria». Lo decía, con la tristeza en el rostro, la diputada de UPyD Irene Lozano a su llegada al Congreso de los Diputados. El panorama en su formación es, desde luego, todo menos cómodo: de los cinco diputados en Cortes, tres -Lozano, Álvaro Anchuelo y Toni Cantó- están a favor de que Rosa Díez asuma responsabilidades por los malos resultados electorales en Andalucía, y dos -ella misma y Carlos Martínez Gorriarán- dicen mantener el apoyo de la mayoría de su formación.

Lo cierto es que el bloque magenta está hoy fragmentado en dos facciones que parecen irreconciliables, y en el que incluso se ha escuchado alguna voz estridente, como Martínez Gorriarán llamando «irresponsables» a sus compañeros críticos.

También el candidato a la Comunidad de Madrid, Ramón Marcos, en declaraciones a ABC, tildó de «profundo error» el cuestionamiento de la «lideresa» a dos meses de las elecciones autonómicas y locales. «Este partido no es sólo Rosa Díez. Somos un gran equipo», arguyó apretando las filas en un día de intensa resaca magenta.

El ambiente estaba ayer más que caldeado en el Congreso, donde los cinco diputados magenta coincidieron brevemente en la sesión plenaria -suspendida a causa del accidente de aviación-, trabajando y hablando entre ellos con apariencia de normalidad. Aunque la tensión era evidente.

«Sin insultos»

Irene Lozano, especialmente afectada, manifestaba su «incomodidad» por «ser la noticia», pero insistía en la necesidad de asumir «responsabilidades por los resultados de las andaluzas», algo que habría que hacer «sin insultos». Tal vez recordaba las duras palabras de su compañero Carlos Martínez Gorriarán, que horas antes llamaba «irresponsables» a quienes habían decidido dejar el Consejo de Dirección de UPyD. Gorriarán llegó a acusarles de «abandonar el barco» que hace aguas y de haber entrado en política pensando solo en su carrera personal.

La tensión promete ir a más hasta el sábado, cuando está previsto que se celebre un Consejo Político que aborde el análisis de los resultados electorales. Andrés Herzog, secretario general del grupo parlamentario, recordaba en cualquier caso que «UPyD no es un partido asambleario: no somos de hacer referéndums»; la participación de la militancia, recordó, tiene cauces. En todo caso, la mayoría pide «reaccionar ya» tras la debacle andaluza.

Y de fondo, la larga sombra de Ciudadanos, el partido que le ha comido la merienda a UPyD, y con quienes algunos como Sosa Wagner y Cantó apostaban por unirse, algo rechazado por Rosa Díez. «Somos dos proyectos totalmente diferentes; no nos parecemos en nada», insistía ayer Herzog.

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