PSOE, PP e IU se desploman en Andalucía frente al auge de Podemos y Ciudadanos

Los socialistas registran el peor resultado de su historia en esta Comunidad

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Todo indica que lo más interesante de las elecciones autonómicas de Andalucía del próximo 22 de marzo llegará justo después, cuando se conozcan los resultados y se compruebe que para poder formar Gobierno harán falta pactos inéditos en esta Comunidad, nunca vistos en España.

El PSOE afronta la última semana de campaña a la cabeza de la carrera electoral, pero con un retroceso que puede llegar hasta los siete escaños respecto al resultado de 2012, más lejos por tanto de la mayoría absoluta, menos fuerte para negociar futuros acuerdos, ya sea con Podemos, Ciudadanos o el PP, y con tendencia a ir perdiendo fuerza en los días que quedan, según la encuesta de GAD3 para ABC, realizada con 1.300 entrevistas entre el 5 y el 13 de marzo y publicada el domingo 15 de marzo.

El partido de Susana Díaz tendría ahora mismo un 32,4 por ciento de estimación de voto, es decir, sufre una caída de 7,1 puntos en relación con las pasadas elecciones. Sería el peor resultado de toda su historia en unas elecciones autonómicas andaluzas. Traducido en diputados significa que obtendría entre 40 y 44, cuando la mayoría absoluta se sitúa en 55. Aunque gane las elecciones, después de perderlas en 2012, el PSOE será menos fuerte, ya que entonces alcanzó los 47 diputados.

El PP acusa la crisis

Si los socialistas pierden fuelle, el desplome del PP es mucho más acusado. Retrocede 12,2 puntos respecto a las últimas elecciones, y sus 50 diputados actuales se quedarían entre 34 y 38. Con todo, se consolida en la segunda posición, a cuatro puntos del primero; de ahí que el presidente Mariano Rajoy se esté volcando en la campaña andaluza, para tratar de estrechar al máximo el margen, «vender» los logros económicos que se están consiguiendo y evitar que un partido emergente como Ciudadanos le gane más terreno.

Tanto el PSOE como el PP sufren el desgaste de los que gobiernan en tiempos de crisis, el primero en Andalucía y el segundo en el Gobierno de España. Pero también acusan la crisis de los partidos tradicionales o de lo que una parte de la población considera «viejas políticas». Entre los dos sumarían ahora un 60,8 por ciento en estimación de voto, frente al 80,1 por ciento que obtuvieron en las urnas en 2012.

El varapalo al bipartidismo clásico se hace patente, aunque se extiende a IU, otra formación considerada «tradicional». IU, que ha gobernado en coalición con el PSOE, no se escapa del castigo: pierde 4,2 puntos en estimación de votos y puede quedarse con la mitad de diputados, según la encuesta de GAD3. Son unos resultados que lo dejarían en una posición prácticamente irrelevante en la política andaluza.

Castigo a los «tradicionales»

El 91,4 por ciento de votos que sumaron PP, PSOE e IU se relaja ahora hasta un 67,9 por ciento. Lo que pierden los «tradicionales» va directamente a dos nuevas formaciones: Podemos y Ciudadanos, que podrían tener en sus manos la estabilidad, o no, del futuro Gobierno autonómico.

Ciudadanos tiene en su contra que sigue siendo muy poco conocido en Andalucía, donde se presenta por primera vez. Pero se beneficia de la novedad: muchos votantes quieren algo «nuevo», y Podemos ha empezado a defraudar por las informaciones que se han conocido. A partir de ahí, arranca la última semana antes de la selecciones como cuarta fuerza, con un 10,9 por ciento en estimación de voto y 8 o 9 diputados. Serían insuficientes para sumar mayoría absoluta con el PSOE, aunque el margen puede cambiar. Ocurre que los socialistas tienden a la baja, y aunque su caída beneficia a Ciudadanos, la suma de los dos seguiría siendo parecida.

El PSOE podría buscar la abstención del PP para permitir la investidura de Susana Díaz por mayoría simple. Pero ese «acuerdo» tendría, probablemente, contrapartidas, y es una opción que no gusta nada en Ferraz.

Los socialistas tampoco ven con agrado la posibilidad de cerrar un acuerdo con Podemos, la formación que les está comiendo el terreno a grandes mordiscos, y en el conjunto de España les ha arrebatado ya el segundo puesto. Lo último que quieren es seguir alimentando un partido, cuyo crecimiento, precisamente, motivo en parte el adelanto electoral en Andalucía.

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