Pedro Sánchez, este miércoles a mediodía, durante el mitin que ofreció a militantes y transeúntes en la céntrica plaza madrileña de Callao
Pedro Sánchez, este miércoles a mediodía, durante el mitin que ofreció a militantes y transeúntes en la céntrica plaza madrileña de Callao - MAYA BALANYA

El PSOE achaca su caída a un supuesto pacto de todos contra él

En Ferraz se habla abiertamente de un «tripartito» antinatura para atacar a Sánchez

Toledo Actualizado: Guardar
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A Pedro Sánchez se le ha puesto muy cuesta arriba el 20-D. Intenta aferrarse al dato de que todavía hay, mínimo, un 30% de indecisos, como para dar la vuelta a los sondeos. Pero la percepción, dentro y fuera del partido, es que el PSOE ya no pelea con el PP por el primer puesto sino con Ciudadanos... por el segundo. Por si fuera poco, en el debate del pasado lunes, 9,2 millones de españoles vieron cómo Pablo Iglesias martilleaba sobre él y abría una nueva amenaza: la fuga de votos a Podemos. Ayer, el propio Sánchez intentó explicar que «algo estaremos haciendo bien» para que PP-Ciudadanos-Podemos le ataquen. No llegó a hablar de pacto, pero en Ferraz sí se habla abiertamente de ese «tripartito» antinatura porque ven «ganador» a su líder.

Estas son las debilidades de Pedro Sánchez como candidato que está revelando la campaña.

1. Falta de unidad: las espadas en alto

El secretario general del PSOE lleva 16 meses en el cargo pero no ha logrado suturar heridas internas. Muy al contrario, al enfrentamiento temprano con la todopoderosa Susana Díaz siguió la defenestración del líder del PSM, Tomás Gómez, y luego la de Antonio Miguel Carmona. Ello ha ido debilitando el apoyo de los barones y cuadros que un día le auparon a la Secretaría General para que no saliera elegido Eduardo Madina. Ferraz está asediado... y no solo por el «tripartito» exterior.

2. Las conspiraciones: la supuesta gestora

Han bastado dos debates sin victoria clara y unos sondeos catastróficos para que el PSOE, un partido lleno de ciclotímicos, entre a especular en los cenáculos con la constitución de una supuesta gestora, una vez dimitido u obligado a dimitir Sánchez en la misma noche electoral. Nada hay más disuasorio del voto que eso en plena campaña electoral. Ni los ataques de Mariano Rajoy, Albert Rivera o Pablo Iglesias. Según esa tesis, habrá catarsis el 20-D por la noche en Ferraz.

3. Fuga de votos: Ciudadanos y Podemos, beneficiados

Ni que decir tiene que esa imagen de partido asediado desde fuera, con un secretario general cuestionado dentro, hace que los llamamientos al «voto útil» de este para echar a Rajoy caigan en saco roto. Porque los electores huelen la derrota. En esa circunstancia Podemos y Ciudadanos -dado que ya hay poco trasvase de voto PP-PSOE-, pueden hacer de partidos refugio para socialistas de izquierda y de centro izquierda desencantados.

4. Poca movilización: actos pequeños

Al líder socialista se le ve cansado porque son múltiples sus actos de masas diarios, pero como decía el otro día el que fue candidato a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, además de ser socialista de carné, hay que «votar». Porque, por ejemplo, un Felipe González que en 2008 congregaba a más de 20.000 personas en el Palau Sant Jordi de Barcelona... solo logró 300 militantes en Vicálvaro (Madrid) el pasado martes.

5. Acto pequeño y en periferia: adiós a las plazas de toros

La crisis económica que sufre el PSOE desde la debacle de 2011 sin duda pasa factura, pero quien ha conocido a este partido hace tan solo cinco años, se sorprende de ver cómo ha renunciado a grandes actos en plazas de toros y grandes polideportivos para exhibir músculo. Los actos centrales de Sánchez congregan un máximo de 2.000 personas y además se celebran no en el centro de las ciudades, sino en áreas metropolitanas. Un ejemplo, en Madrid: apertura en Getafe y cierre en Fuenlabrada; y en Cataluña, nada de Barcelona, Hospitalet de Llobregat.

6. El «error» de los pactos: la importancia del mensaje

Cuando el viernes pasado Pedro Sánchez explicó en Barcelona que «con un voto más que el PP», hará una propuesta de «programa común» a C´s, Podemos, IU, PNV y otros para que no gobierne el PP, muchos cuadros socialistas se llevaron las manos a la cabeza. «Eso es lo último en campaña porque estás diciendo indirectamente que no te ves con fuerza para ganar», coincidían muchos.

7. Le falta «naturalidad»: autocrítica del candidato

Ayer, el candidato socialista reconoció que «uno no nace aprendido» y «es verdad que se tiene que ganar más en naturalidad». Esa es la gran crítica interna que se le hace; que en los debates no aparece humano sino prefabricado. Y eso, frente a los Pablo Iglesias o Albert Rivera le puede acabar pasando factura. Sobre todo, en un momento en el que estos dos últimos encarnan la «nueva política».

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