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El candidato del PP a la Presidencia, Mariano Rajoy, junto a Jorge Fernández Díaz - INÉS BAUCELLS
Elecciones 2016

El PP sopesa un Gobierno con programa pactado con los socialistas en septiembre

Entre los populares creen que si hay «sorpasso» un comité federal sacará a Sánchez del PSOE tras el verano

Barcelona Actualizado: Guardar
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Cuando sólo quedan cinco días para las elecciones generales, en el PP comienzan a pensar en el día después. Y lo ven peligrosamente en manos del PSOE. Todo depende, aseguran distintos dirigentes, de si se produce o no el adelanto de Unidos Podemos sobre los socialistas. En el primero de los casos, en la cúpula popular piensan que Pedro Sánchez debería marcharse esa misma noche. Lo piensan, pero no creen que suceda: más bien dibujan otro escenario, donde el líder socialista se resistirá a abandonar y deberá ser un comité federal o un congreso de su partido en septiembre el que reconduzca la situación y abra paso a un posible gobierno negociado con el Partido Popular.

Esta es la opción que Rajoy considera «ideal», según dijo ayer en el desayuno Primera Plana convocado por El Periódico de Cataluña: apostó por «un Gobierno para cuatro años con programa pactado».

Pero en su partido creen que esta opción no será posible hasta que no se produzca un cambio de actitud en el PSOE, lo que podría llevarnos al mes de septiembre.

Una de las cuestiones que habrían de negociarse para ese Gobierno serían los Presupuestos de 2017, que tienen que aprobarse antes del 30 de septiembre. En fuentes populares ven posible hacerlo si antes se ha perfilado un acuerdo sobre ellos. Que también debería incluir otros asuntos, como el pacto nacional por la Ley de Educación, la reforma constitucional, la reforma de la Ley Electoral, cuestiones fiscales, regeneración democrática o las relacionadas con el déficit.

Diferentes dirigentes populares han coincidido en estos días de campaña en su percepcion sobre la situación de Pedro Sánchez: entienden que en su mano tendrá la responsabilidad de elegir entre un gobierno de —o con— el PP, u otro con Unidos Podemos. Pero esa decisión no la podrá tomar igual si queda segundo partido en las elecciones o si es tercero. Consideran que la situación actual, en que Podemos puede ganar al PSOE, «se la ha ganado Rodríguez Zapatero», y están convencidos de que «si pacta con el partido de Pablo Iglesias y se van de la centralidad, están absolutamente muertos».

Gobernar en solitario

Rajoy insistió en su idea de la gran coalición durante su intervención de ayer en Barcelona: «Si se producen resultados similares, yo voy a hacer lo mismo». Y aunque lo ideal es ese Gobierno de amplio apoyo y con programa pactado, «estoy dispuesto a gobernar en solitario». Eso sí, la investidura sólo la ve clara si tiene posibilidades de sacarla adelante: «Sin apoyos, ¿a qué vamos a ir a la investidura? Se va a ser investido; si no, no tiene ningún sentido».

Rajoy cree que los vetos son «una muestra de debilidad de quien no se atreve a llegar a acuerdos con quien piensa diferente», y los definió como «la negación de la política». Sobre la corrupción, un tema fuera de campaña desde el inicio de ésta, criticó que «a un juez se le dan 5 o 6 años para emitir sentencia; a nosotros se nos pide que en media hora condenemos a una persona».

Durante su desayuno en Barcelona, se «coló» en el acto una pareja que cuando Rajoy comenzó su discurso y sin pronunciar palabra, mostró unas camisetas verdes de la Plataforma Antidesahucios. Fueron desalojados por la seguridad del evento.

El candidato popular aprovechó su presencia en Barcelona, en este su único acto de campaña en la Ciudad Condal, para tender la mano a un entendimiento con los «catalanes moderados» que «están por el cumplimiento de las leyes» A ellos les pidió «que retomen la iniciativa que hace mucho tiempo le han arrebatado los radicales y los rupturistas». Para Rajoy, está claro que «podemos y debemos encontrarnos», y les prometió que «no nos va a faltar la capacidad de entendimiento y diálogo», aunque avisó: «Nos gustaría que ese entendimiento fuera recíproco» y basado «en la Constitución y las leyes».

Recordó que «pactar con radicales tiene un precio» que ya están pagando en Cataluña «no sólo los políticos sino también los ciudadanos», y concluyó: «Es el momento de mirar hacia delante, reafirmar los puentes, rearmar los afectos».

Pagar la luz a los okupas

Tras referirse al «error» de haber dejado el Ayuntamiento de Madrid, Barcelona y otros a Podemos o partidos afines, se mostró muy firme con respecto a las «okupaciones». En este sentido, indicó que «no es de recibo que la gente ocupe edificios y no pase absolutamente nada», o que «el Ayuntamiento les pague la luz; ¡pero esto es una broma!», exclamó. Sus palabras fueron aplaudidas por muchos empresarios que estaban presentes en el acto, y que también apoyaron sus afirmaciones sobre la imposibilidad de que el Gobierno dé luz verde a un referéndum que «liquide la soberanía nacional».

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