Chispas

40 minutos de reflexión

Dentro de un año ya estará en marcha la campaña de las elecciones municipales y les alarma que el auge de Ciudadanos les pille sin mensaje de regeneración propia y sin ideas de futuro

Xavier García Albiol, la pasada semana durante un acto del PP celebrado en Barcelona ÁNGEL DE ANTONIO
Curri Valenzuela

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La reunión de la Ejecutiva Nacional del PP celebrada el viernes 22 duró 40 minutos. Solo hablaron el presidente y, tras él, el candidato. Tal como recogieron los medios de comunicación, Mariano Rajoy reconoció que los resultados habían sido malos y Xavier Albiol que la culpa la tuvo el empeño de Ciudadanos por capitalizar el voto útil. A ninguno de los presentes les extrañó encontrar a ambos en estado de shock. Lo más destacable no fue ese dato, sino que cuando ambos terminaron de hablar y llegó el turno de ruegos y preguntas nadie pidió la palabra. La prueba palpable de que el PP languidece.

El único de los barones que levantó la voz, en la acera de la calle Génova, para recomendar autocrítica y reflexión fue Alberto Núñez Feijóo , que es el único que se lo puede permitir por ser el único que gana elecciones por mayoría absoluta. Los demás confiesan estar preocupados cuando hablan off the record con periodistas amigos. Es lógico: trabajan más en contacto con la calle y llevan meses escuchando quejarse a sus militantes de que no entendían la respuesta del Gobierno al desafío independentista. Dentro de un año ya estará en marcha la campaña de las elecciones municipales y autonómicas y les alarma que el auge de Ciudadanos les pille sin mensaje de regeneración propia y sin ideas de futuro.

Lo más seguro es que ninguno de ellos se atreva a decirlo en público. Lo más que hemos escuchado durante la campaña catalana desde alguna figura destacada del PP ha sido el «se podría haber hecho de otra manera» de María Dolores de Cospedal , que se supone una crítica al 155 light de Soraya Sáenz de Santamaría y que revela el descontento del partido del que es secretaria general hacia la actuación del Gobierno, postura compartida por otros dirigentes regionales quejosos de que la acción gubernamental ignora sus intereses.

En el PP se da por hecho que no habrá más reacción de la dirección que la de culpar a enemigos externos de su debacle en Cataluña. La culpa es de Ciudadanos por querer ganar, según versión de Albiol; la culpa es de Arriola por recomendarles que centrarán su campaña en apelar al voto útil para llevarse los restos de cada provincia según el reparto de la ley D’hont ; la culpa es de Aznar por el comunicado de ayer de FAES felicitando a Ciudadanos, que ya avisaba de cual será la reacción de la dirección popular: «Sabemos por experiencia que cualquier reflexión será despachada con desdén».

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