El debate sobre el proceso separatista en Cataluña todavía coleaba ayer en Nueva York, donde uno de sus dos protagonistas, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, se encontraba como parte de la delegación española que acude a la Asamblea General de Naciones Unidas.

«A mí no me importa ganar o perder un debate», dijo García-Margallo, que acompañó al rey Felipe VI en un acto con funcionarios españoles en Naciones Unidas en la sede neoyorquina del Instituto Cervantes. Aseguró que acudió «para que la gente no cometa un error fatal, en el sentido de que es irreversible».

«En un debate, cada hinchada dice que ha ganado el suyo, intentar decir quién ha ganado es absurdo y es un esfuerzo inútil», aseguró el ministro sobre su participación y repasó las mismas razones legales y económicas expuso en el debate.

«Hay algo que muestra la debilidad de los argumentos de Oriol Junqueras», apuntó. «Ahora se agarran mucho al tema de la doble nacionalidad, lo cual quiere decir que no están tan seguros de que Cataluña se mantendría dentro de la Unión Europea. Decir que se quiere hacer una republica independiente catalana con 7,5 millones de españoles repudia toda lógica».

El ministro insistió en que «a Cataluña le ha ido muy bien dentro de España y de la Unión Europea, incluso en estos momentos de dificultad». Para García-Margallo, solo una duda de que eso se podría poner en riesgo debería bastar «para que la gente se lo haga mirar antes de votar».

«Llamo a los catalanes a que no cometan un disparate y no voten unas listas que les llevan a un camino a ningún sitio», añadió el principal responsable de la política exterior española, que será el encargado de intervenir, la semana que viene, ante el pleno de Naciones Unidas en su Asamblea General.