Un carbonero criado en el campo (izquierda) y otro en la ciudad (derecha). Aparte de su aspecto, se diferencian en que los segundos tienen unos telómeros un 11 por ciento más cortos
Un carbonero criado en el campo (izquierda) y otro en la ciudad (derecha). Aparte de su aspecto, se diferencian en que los segundos tienen unos telómeros un 11 por ciento más cortos - Pablo Salmón

Esto es lo que las ciudades les hacen a los pájaros

La polución parece acelerar el envejecimiento de los carboneros, unas aves que viven en el campo (a la izquierda) y en la ciudad (a la derecha)

MADRID Actualizado: Guardar
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Las ciudades crecen a pasos agigantados en casi cualquier lugar donde hay presencia humana. Transforman la naturaleza y suponen un reto tan duro para los seres vivos, que en muchos casos no son capaces de superarlo y acaban desapareciendo. Junto al asfalto y los altos edificios, con las ciudades llega el ruido, la luz, la polución, la escasez de comida y la destrucción de los espacios naturales.

A pesar de todo, algunos afortunados seres vivos se adaptan a esas condiciones, pero en algunos casos, a costa de un duro precio. Según un estudio publicado este miércoles en « Biology Letters», hay un pájaro que está sufriendo un claro deterioro de su salud a causa de esto: se trata del carbonero común (Parus major).

Según sus conclusiones, los telómeros (unos tapones situados en los extremos de sus cromosomas, donde se almacenan sus genes) de estos carboneros se ven afectados por la ciudad: aquellos que viven en entornos urbanos tienen unos telómeros un 11% más cortos que los de los pájaros que viven en el campo. Eso indica que, aparte de otros muchas complicaciones, la ciudad acelera el envejecimiento de estos pájaros.

«Hemos mostrado, por primera vez, que crecer en un medio urbano acorta de forma significativa la longitud de los telómeros, con independencia incluso del lugar de nacimiento», han escrito los autores, encabezados por Pablo Salmón, investigador en la Universidad de Lund, Suecia, en el estudio. «Esto implica que el medio urbano supone un reto para los pájaros jóvenes, y que potencialmente tiene consecuencias irreversibles para su esperanza de vida».

Hasta ahora, los investigadores habían concluido que las ciudades crecen cada vez más rápido, y que, junto a los efectos negativos ya descubiertos, a veces aparecen efectos positivos para algunos animales oportunistas, que pueden aprovechar la comida desperdiciada por el humano o que se benefician de las altas temperaturas de los edificios. Pero con este último estudio, se ha comprobado que la urbanización puede afectar seriamente al desarrollo de las crías.

«Además es sorprendente que en sólamente dos semanas de exposición al ambiente urbano hayamos logrado encontrar diferencias significativas en la longitud de los telómeros entre los individuos criados en la ciudad y los criados en el bosque», ha explicado Pablo Salmón a ABC.

Para investigar este efecto, los investigadores criaron carboneros de campo y de ciudad en el entorno contrario al que habían nacido. Después, analizaron su sangre y comprobaron la longitud de los telómeros, un rasgo que es indicativo del grado de envejecimiento de un animal y que con el tiempo está asociado a problemas de hígado o enfermedades cardiovasculares.

¿Un problema general?

Así, descubrieron que los carboneros criados en entornos urbanos tienen, por regla general, telómeros más cortos. En concreto, los polluelos criados en la ciudad resultaron tener unos telómeros un 11 por ciento más cortos que los criados en el campo.

La siguiente pregunta que surge es si esto le puede estar ocurriendo a otras aves o animales: «Hay que ser cautelosos a la hora de extrapolar nuestros resultados y son necesarios futuros estudios en otras especies y comparando más poblaciones», ha apuntado Salmón. «Se sabe que el grado de urbanización no afecta por igual a todas las especies, incluso algunas explotan increiblemente bien el medio urbano. Sin embargo es muy posible que aquellas especies con similares rasgos ecológicos se vean afectadas de la misma manera», ha añadido.

Tal como ha proseguido, si no se remedia este tipo de efectos: «El principal riesgo es la desaparición de algunas especies a las que estamos acostumbrados en los ambientes urbanos». Quizás con el tiempo, proliferarán otras especies capaces de adaptarse a este nuevo escenario.

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