El 88% de las especies de ranas modernas provienen de tres linajes que sobrevivieron al meteorito que acabó con los dinosaurios
El 88% de las especies de ranas modernas provienen de tres linajes que sobrevivieron al meteorito que acabó con los dinosaurios - Brian Freiermuth

Los dinosaurios desaparecieron... y las ranas conquistaron el mundo

Casi nueve de cada diez especies modernas provienen de los linajes supervivientes al gran impacto del meteorito

Madrid Actualizado: Guardar
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Lo que para unos es una hecatombe, para otros es la oportunidad de prosperar. Hace unos 66 millones de años, un objeto llegado del espacio impactó contra la Tierra provocando una extinción masiva que acabó con la mayor parte de la vida en nuestro planeta, incluyendo los dinosaurios no avianos. Pero, sorprendentemente, unas criaturas fueron capaces de sacar provecho de la situación: las ranas. Casi nueve de cada diez especies de ranas actuales descienden de tres linajes que sobrevivieron al cataclismo, según ha descubierto un equipo internacional de científicos que esta semana publica sus conclusiones en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

Una rana del linaje Hyloidea de China
Una rana del linaje Hyloidea de China - Peng Zhang

No es que todas las ranas existentes entonces sobrevivieran, la mayoría también murieron tras el evento de Chicxulub, pero las que lo hicieron (Hyloidea, Microhylidae y Natatanura) tuvieron un éxito incuestionable.

Son las que han dado lugar a la gran mayoría de las 6.700 especies conocidas hoy en todo el mundo, capaces de vivir en hábitats que van desde los árboles a ambientes acuáticos o subterráneos. Según los investigadores, fue precisamente su gran capacidad de adaptación la que permitió a estos animales aprovechar los huecos dejados por otras especies y conquistar el mundo.

«Las ranas han existido durante más de 200 millones de años, pero este estudio muestra que no fue hasta la extinción de los dinosaurios que tuvimos esta explosión de diversidad de ranas que resultó en la gran mayoría de las que vemos hoy», señala David Blackburn, investigador de la Universidad de Florida y coautor del estudio. «Este descubrimiento fue totalmente inesperado».

Los científicos creen que tras el impacto del gigantesco meteorito que puso fin al Cretácico se produjeron grandes alteraciones en los ecosistemas del momento y una destrucción generalizada de bosques, pero las ranas pudieron ganarse la vida en microhábitats. Cuando los bosques y los ecosistema tropicales se recuperaron, rápidamente encontraron su lugar en ellos. Su capacidad de adaptarse a la vida en los árboles fue fundamental, no solo porque podían escapar de los depredadores terrestres, sino porque las hojas caídas les daban protección cuando estaban en el suelo, un hábitat de cría y mucho alimento, como insectos.

Análisis genético

Para llegar a estas conclusiones, los científicos analizaron 95 genes nucleares de 156 especies de ranas, combinando estos datos con los publicados anteriormente sobre 145 especies adicionales para producir el mayor árbol evolutivo de estos animales hasta la fecha. El árbol representa las 55 familias conocidas de ranas y genera una nueva línea de tiempo de su evolución.

«Se puede ir a África central, Filipinas y Ecuador y encontrar lo que parecen ser las mismas ranas que podrían haber compartido un ancestro común hace 120 millones de años», dice Peng Zhang, de la Universidad Sun Yat-Sen en China. «Estos diferentes linajes parecen haberse diversificado de manera similar después de la extinción», añade.

El estudio también indica que la distribución global de las ranas siguió a la desintegración de los supercontinentes, desde Pangea hace 200 millones de años y luego, Gondwana, que se dividió en América del Sur y África. Los datos sugieren que las ranas probablemente utilizaron la Antártida, aún no enterrada en capas de hielo, como un trampolín desde Sudamérica a Australia.

¿Somos nosotros peores?

Si bien la supervivencia y posterior reaparición de las ranas es testimonio de su capacidad de recuperación, los investigadores advierten de que su actual vulnerabilidad a la enfermedad, la pérdida de hábitat y la degradación es motivo de preocupación. «Creo que lo más interesante de nuestro estudio es que mostramos que las ranas son un grupo animal muy fuerte. Sobrevivieron a la extinción masiva que borró por completo a los dinosaurios y se recuperaron rápidamente», apunta Zeng. Y lanza una interesante reflexión: «Las especies de ranas están disminuyendo hoy en día porque los seres humanos están destruyendo sus hábitats. ¿Significa eso que los humanos estamos provocando un evento de extinción incluso más fuerte que ese? Tenemos que pensar en ello».

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