La finca Mount Vernon, la finca que heredó George Washington
La finca Mount Vernon, la finca que heredó George Washington - mountvernon.org

Así es Mount Vernon, la plantación sureña de George Washington que visitan los Reyes

En la finca del «padre de la patria» se cultivaba tabaco y trabajaban decenas de esclavos. Es la primera parada de Don Felipe y Doña Letizia en EE.UU.

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Incluso en el fragor de la batalla, en plena guerra por la independencia contra los casacas rojas británicos, George Washington no dejaba de acordarse de Mount Vernon, la finca heredada de su familia a la que volvía siempre que sus obligaciones se lo permitían. Desde el frente enviaba cartas en las que daba instrucciones precisas de las obras de ampliación que se estaban acometiendo en su ausencia. Una fría mañana de diciembre de 1799 en la que salió a cabalgar por la plantación como tantas otras veces, le sorprendió la lluvia y enfermó. Poco después falleció.

Mount Vernon sigue albergando en la actualidad las tumbas de Washington y de su esposa Martha, que este martes visitarán los Reyes de España como gesto hacia el padre de la patria más reverenciado por los estadounidenses.

Nacido en el antiguo condado virginiano de Westmoreland el 22 de febrero de 1732, el sureño Washington parecía destinado a seguir la tradición familiar como un acomodado plantador de tabaco al abrigo del imperio británico en Norteamérica. Pero los agitados años que Virginia y el resto de colonias vivieron desde mediados del siglo XVIII alteraron el curso de su biografía y harían de él la figura clave en la Guerra de la Independencia y en los primeros años de vida de los Estados Unidos de América. Primero en la guerra contra franceses e indios con el uniforme británico, en la que sufrió la célebre emboscada en la que perdió la vida el general Edward Braddock, y luego en la lucha por la libertad de las colonias frente al ejército de Jorge III, Washington acabaría pasando a la historia como un respetado líder militar capaz de conducir a sus tropas aun en las condiciones más adversas.

Así sucedió, por ejemplo, en el duro invierno de 1777-78, cuando tras sufrir severas derrotas en el campo de batalla y perder la entonces capital rebelde, Filadelfia, se retiró a los helados bosques de Valley Forge con unás tropas demacradas y hambrientas. A pesar de las penalidades, logró que aquel ejército miserable saliera de allí fortalecido y con la moral suficiente como para seguir combatiendo hasta la victoria en Yorktown (1781).

El carisma atesorado durante los años de guerra hizo que, tras haberse retirado a su paraíso particular en Mount Vernon, se le propusiese como primer presidente de la nueva nación, cuya nueva capital lleva hoy precisamente su nombre, Washington D.C.

Él mismo, sin apenas educación escolar y formado únicamente para las tareas de la vieja plantación familiar, nunca pensó que estuviera hecho para otra cosa que para una sosegada vida en el campo. Cuando el segundo Congreso Continental le nombró comandante en jefe del nuevo ejército, confesó que se trataba de una responsabilidad que estaba por encima de sus posibildades y, en una conmovedora carta, escribió a su querida Martha: «Mi felicidad durante un mes contigo en casa sería mucho mayor que la que pudiera esperar encontrar fuera ya durase mi estancia siete veces siete años».

Washington, que no tuvo hijos pero acogió a los del primer matrimonio de su esposa, era feliz en Mount Vernon. Allí cultivaba sus grandes aficiones, como la caza y el baile, y celebraba fiestas con lo más granado de la sociedad virginiana.

Un millón de visitantes al año

Más de dos siglos después, aquel remanso de paz es ahora meca de peregrinación para un millón de visitantes al año, que recorren las estancias de la mansión y los jardines donde pasó sus días más felices el matrimonio Washington y rinden tributo al gran padre de la patria.

En esta finca a orillas del río Potomac hay actividades para niños, exposiciones y recreaciones históricas y se puede visitar desde el antiguo molino de harina hasta una destilería, así como los cuartos que albergaban a las decenas de esclavos negros que servían en la plantación en los más diversos trabajos.

La visita a Mount Vernon y a las tumbas de George Washington y su mujer será, en un gesto cargado de simbolismo, la primera parada de los Reyes tras su llegada a Estados Unidos. La última será San Agustín, en Florida, la primera ciudad de la nación, fundada en 1565 por otro «padre de la patria»: el español Pedro Menéndez de Avilés.