En el torneo de Wimbledon se pide al público que acuda con la cabeza protegida por gorro o visera
En el torneo de Wimbledon se pide al público que acuda con la cabeza protegida por gorro o visera - efe

Alarmismo en Inglaterra porque hoy el termómetro llegará a los 35 grados

Los diarios sensacionalistas hablan de «estragos por el calor» ante temperaturas que se superan de largo todo el verano en media España

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El bochornazo sahariano también ha llegado a las Islas Británicas, que han iniciado julio con previsión de máximas de 35 grados en el Sur de Inglaterra. Londres espera hoy un tope de 33 y una llevadera mínima de 27. Con ese panorama, las autoridades han decretado una alerta por ola de calor, se recomienda prudencia en el transporte ferroviario por las zonas más cálidas, atención especial a niños y ancianos y se han suspendido actividades deportivas escolares al aire libre. En el torneo de Wimbledon se pide al público que acuda con la cabeza protegida por gorro o visera.

Pero donde la prudencia se torna en histeria es en los tabloides ingleses. Medio en broma y medio en serio, algunos británicos comentan que según el baremo de diarios como el «Mirror» todo lo que suba de 27 grados se apellida ya ola de calor.

Con la previsión de 35 de este miércoles la prensa amarilla habla del día más cálido de la década. El «Daily Express», que no se corta, titula a todo meter en portada « Ola de calor asesina», con un sol con la cifra de 100 grados Fahrenheit superpuesta. El «Daily Mail» no le va a la zaga: «Estragos por el día más caluroso de la década». En la prensa seria, «The Times» también abre con la ola de calor, que mezcla con los problemas por la huelga en el paso de Calais.

Si con 35 grados se arma esta polvareda, cuesta imaginar que se diría si hoy los ingleses tuviesen la temperatura de Madrid para este miércoles (38-22), o de la norteña Pamplona, que llegará a 37. La máxima de Madrid superará en cinco grados a la del alarmado Londres.

La anomalía de la jornada es Escocia, que seguirá a lo suyo, fiel a su hecho diferencial, el mal tiempo. Se anuncian tormentas eléctricas, lluvias torrenciales y hasta granizo.

Lo cierto es que el invierno británico fue el más seco de 1929 y las pródigas lluvias habituales en primavera este año no han hecho acto de presencia. Dar un paseo por los siempre umbríos parques de Londres resulta estos días un poco descorazonador, con las grandes praderas de Hyde Park de un amarillo casi terroso. Es la cara B de las bondades de un Londres con el tiempo de Marsella, con sus parques convertidos en playas de bikini.

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