Cobrar tres euros por hora por hacer de extra en «la serie «Brigada de fenómenos»

ESCENA PRIMERA. NOCHE. INTERIOR. CASA DEL PERIODISTA.

«La vida cabe en un clic», cantaba el uruguayo Jorge Drexler. Mentira. La vida cabe en los descansos del rodaje de una serie de televisión. Sin embargo, el protagonista de esta historia aún no lo sabía y se afanaba en sacar el albero de los bajos del pantalón bueno y encontrar una camisa limpia para ser figurante en la nueva serie de Canal Sur, «Brigada de fenómenos», al día siguiente. Ajeno a la que se le venía encima («para ahí-sube-anda-cambia de sitio-espera-a primera-rodamos-no, no, a primera otra vez-repetimos-haz menos ruido-haz ruido-sal-entra»), contó por Whatsapp su carrera en el mundo del espectáculo a quien quiso escucharle:

- ¡Que voy a hacer de extra en una serie!

El negocio parecía redondo: un día conociendo cómo se rueda una serie, 30 euros y cátering.

Voz en off: «¡Infeliz!».

Fundido a negro.

ESCENA SEGUNDA. INTERIOR. PLANO SECUENCIA SIN FIN.

Periodista: Hola, venía como figurante para el rodaje de «Brigada de fenómenos».

Vigilante: Pase, aparque y deme su documentación.

Desde ese momento, el protagonista fue «el barbas-el alto-Manuel-tú- sí, tú- disculpa- el de azul-el largo-el periodista-». Y descubrió que, efectivamente, la «magia» de la tele no está en lo que se ve en la pantalla, sino en cómo un equipo tan grande de profesionales aguanta diez horas de descansos y paradas de rodaje con una sonrisa desde el inicio de la jornada hasta el final.

Hasta diez figurantes llegaron este martes con la intención de ganarse el jornal entre cámaras y focos de la nueva ficción de Canal Sur. Diez historias en la que nos solo cabe la del periodista. Hay de todo. Parados que buscan un sueldo, actrices que, mientras llega la oportunidad, hacen tablas de bulto de fondo, curiosos a los que hace ilusión que les den de alta en la Seguridad Social en la categoría de «artistas»... Está Manolo, quien hizo de figurante en «7 vírgenes» y al ver la cola en el casting de exras en Las Sirenas se dijo: «Pues me quedo y lo intento». O Paco, quien vacila a los amigos porque en su alta de la Seguridad Social pone «artista o torero».

Está la historia de Paty, actriz hace años y modelo en Bellas Artes que hasta se ganó decir una frase, la envidia del resto de la figuración. Y la de José Luis, que hace publicidad cuando le sale y tiene más tablas que algunos profesionales. También la de Inma, una mujer divertidísima que se hizo 450 kilómetros para llegar desde Madrid y de madrugada se puso a planchar camisas para el rodaje («sin dormir vengo, fíjate si me hacía ilusión»). O la vida de Vicky, que sin aparentar más de 27, resulta que tiene una hija de 12 años, un pasado como actriz, un presente como camarera y todo el futuro que ella quiera por la seguridad que derrocha.

ESCENA FINAL. INTERIOR, DÍA. SET DE RODAJE.

Todos, sin embargo, coinciden en lo mismo:

(Al unísono):

-Esto no se hace por dinero.

«Esto», es tener tres cambios de ropa listos, aguantar casi diez horas de espera, repetir movimientos, subir, bajar, callar... ¿Por qué se hace entonces? Las repuestas de los demás figurantes son muchas: «Por la ilusión», «por vivir la experiencia», «por ver famosos». El sueldo es secundario.

Cuando el salario supera por poco los tres euros la hora y la mayor parte del tiempo hay que hacer algo tan tedioso y enervante como sentarse y esperar en silencio, puede parecer que la tarea se hace ingrata. De ninguna manera. El rodaje se convierte en una especie de campamento en el que se acaba hablando de todo con los compañeros. Ni el calor, ni el cansancio, ni el sueldo, ni el cátering (que resulta ser un bocadillo y natillas) dejan mala sensación. Al contrario. La vida es lo que cabe en el descanso de un rodaje de telvisión, sí. Y, además, sales en la tele.

Fundido a negro y títulos de crédito: Gracias a la productora, a Sonsoles, a Son de Casting, a Zanfoña, a Canal Sur. Y sobre todo, a Ilde, Vicky, Paty, Carolina, Paco, José Luis, Inma, Manolo e Isa.

FIN.