Cómo se conduce un coche eléctrico

S. M.

Las ventas de vehículos eléctricos han crecido más de un 50% , y se prevé que el año 2020 se incremente tanto la oferta de modelos por parte de las marcas como la demanda.

En las grandes ciudades como Madrid la conducción de este tipo de coches se ha popularizado en gran parte gracias a los servicios de «car sharing», que hacen que el gran público tenga acceso a la conducción eléctrica sin necesidad de tener que comprar un coche. Pero a la nora de sentarse al volante de uno de estos vehículos electrificados hay que tener en cuenta una serie de recomendaciones, ya que no se conducen exactamente igual que los térmicos de diésel y gasolina o gas.

En general, conducir un eléctrico es muy similar a conducir cualquier otro coche. Sin embargo, los eléctricos suelen ser automáticos y, por lo tanto, más fáciles y cómodos de manejar, algo que puede sorprender al principio a los conductores acostumbrados a la transmisión manual. Sin embargo, cuidado, porque la fuerza inicial es instantánea y en consecuencia la aceleración es mayor que en un vehículo de combustión tradicional, lo que hace que vayan a máxima potencia partiendo desde cero revoluciones. Por esta razón, hay que conducir con suavidad, sobre todo en los primeros metros de trayecto, acelerando de forma suave y progresiva.

Otro aspecto clave es que la eficiencia energética se convierte en un aspecto central, y aprender a optimizar el funcionamiento de la batería puede hasta convertirse en un juego . Los últimos modelos de eléctricos vienen equipados con un sistema de recuperación de energía que recarga parcialmente las baterías al soltar ligeramente el acelerador, con lo que la velocidad se reduce en el momento que se levanta el pie del acelerador. Si estuviéramos en un coche convencional, esta acción sería el equivalente a pisar con suavidad el freno.

Una de las ventajas más importantes de los vehículos eléctricos es que no hacen ruido, por lo que la experiencia de conducción es mucho más suave y tranquila, según explica el Blog de Honda. Tanto es así, que para facilitar la transición hacia un tráfico más silencioso y evitar posibles peligros para los peatones, la Unión Europea aprobó este verano una ley comunitaria que obliga a los vehículos eléctricos a emitir sonidos para ser fácilmente percibidos.

En un coche de combustión tradicional, se recomienda llevar una temperatura que no supere los 22 grados para no aumentar el consumo de combustible . En el caso del eléctrico, hay que tener en cuenta que la autonomía del vehículo se puede ver afectada dependiendo de la conducción y del uso de calefacción o climatizador, para que estos afecten lo menos posible a la autonomía se recomienda utilizar los sistemas automáticos de conexión. De esta forma, cuando se vaya a usar el coche estará ya a la temperatura adecuada y el climatizador sólo tendrá que mantenerla.

Los vehículos eléctricos se impulsan con un motor eléctrico y una batería que sustituyen al motor de combustión convencional. La electricidad almacenada en la batería alimenta el motor y hace girar las ruedas. Esto significa que en lugar de llenar el depósito en las familiares gasolineras, los propietarios de un eléctrico tienen que enchufar su automóvil a la red eléctrica regularmente para recargar la batería, ya sea en casa o en alguno de los puntos de recarga públicos (electrolineras).

La autonomía de los vehículos eléctricos es inferior a la de un vehículo tradicional y requiere de una planificación anticipada de las rutas así como a tener en cuenta los puntos de recarga para aprovechar al máximo las cargas adicionales que se puedan realizar durante el día.

Según recomienda la empresa de renting Arval , existen una serie de aplicaciones móviles como las de Ibil o GIC que permiten identificar los puntos de recarga más cercanos.

Mantenimiento y duración de la batería

En los vehículos de combustión, la batería se usa para arrancar el motor y para proveer energía a ciertos accesorios . En un vehículo eléctrico, sin embargo, todo depende de la batería, lo que es natural que genere cierta ansiedad en los nuevos conductores. Es recomendable, pues, conocerla bien.

Según las garantías que están ofreciendo los fabricantes, actualmente la vida útil de una batería se sitúa entre los ocho y los 10 años , y generalmente, los fabricantes garantizan un kilometraje de entre 100.000 y 160.000 kilómetros. La revolución de las baterías de iones de litio actuales, sin embargo, no ha hecho más que empezar, y el desarrollo tanto de la tecnología como de los sistemas de gestión relacionados, sigue avanzando a toda velocidad.

Los sistemas de gestión de baterías integrados en los vehículos eléctricos monitorizan y gestionan las operaciones para optimizar los procesos de carga y facilitar el buen mantenimiento de la batería. Sin embargo, el propietario puede adoptar ciertos hábitos y cuidados para sacar el máximo rendimiento y alargar la vida útil de la batería .

Los factores más importantes son la frecuencia de carga y descarga , el proceso utilizado (carga rápida o normal), los hábitos de conducción o la temperatura ambiente. Para sacar el máximo provecho a un vehículo eléctrico, se recomienda por ejemplo evitar temperaturas extremas (por ejemplo, guardándolo en un garaje) y planificar largas horas de recarga.

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