La alimentación los primeros 1.000 días de vida del bebé: lo que debes hacer (y lo que no)

Entrevista con Elena Toledano, nutricionista y dietista de la startup Roots Mindfoodness

Carlota Fominaya

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Las recomendaciones en nutrición infantil han ido cambiando mucho en los últimos diez años gracias al espectacular avance de la ciencia. Esto significa que cada vez sabemos más y nos ajustamos mejor a las necesidades de la población en cada etapa de la vida pero, ¿son los padres conscientes de la importancia de la alimentación durante los primeros 1000 días de vida de su bebé? «No mucho, y es sumamente importante cuidar la nutrición durante ese periodo de la vida», advierte Elena Toledano, nutricionista y dietista de ROOTS Mindfoodness , la nueva propuesta de alimentación infantil para que las futuras generaciones crezcan fuertes y sanas mientras ahorran tiempo a madres y padres en la elaboración de recetas.

¿Qué es lo más relevante que deben saber los padres?

Lo más relevante es conocer los básicos en alimentación infantil, que son estos:

-Comer fruta y verdura todos los días varias veces al día

-Comer legumbres 3 veces a la semana

-Comer cereales integrales y tubérculos todos o casi todos los días

-Consumir frutos secos, semillas 4 veces a la semana

-Utilizar aceite de oliva virgen extra

-Realizar cocinados saludables: cocido, plancha, horno, guisos, vapor… Evitar fritos y rebozados .

-Cocinar una alimentación variada y atractiva

-Evitar al máximo: cereales infantiles, galletas, bollería, zumos, refrescos, dulces, lácteos azucarados y batidos bebibles, yogures de sabores azucarados, pizzas, patatas fritas y snacks salados, azúcar, pan blanco, carnes procesadas (salchichas, embutidos), salsas, precocinados…

En mi opinión, este asesoramiento es tan importante que debería ser accesible desde el servicio de pediatría.

Efectivamente, los servicios de atención al paciente en centros de salud deberían contar con recomendaciones actualizadas en materia de nutrición pediátrica, ya que éstas cambian constantemente. Autoridades como la OMS y la AEP siempre tienen evidencia científica actualizada, por lo que los profesionales de la salud (pediatras, enfermería, nutricionistas) deberían seguirlas para poder divulgar información que no sea contradictoria y confusa para los padres y madres.

Además, somos el único país europeo que no tiene nutricionistas en salud pública , por lo que las familias no tienen forma de acceder a una educación nutricional adecuada en ninguna de sus etapas de la vida. Ven la necesidad de recurrir a nosotros fuera, lo cual no es accesible para todo el mundo. Se ve como un lujo algo que es una necesidad básica de salud, y más en esta etapa tan importante como son los 1000 primeros días de vida.

Otro problema grave es que existen conflictos de interés desde los mismos centros de salud y profesionales con las grandes marcas que ofrecen productos insanos, por lo que la educación a los padres se ve sesgada por esta información no saludable y perjudicial.

Al final, ¿cuáles son los mayores errores de las familias españolas con niños pequeños?

La publicidad y el marketing alrededor de los productos infantiles hacen creer a los padres y madres que lo que están haciendo es insuficiente o no es lo adecuado para sus niños pequeños, pero son simplemente estrategias para hacernos creer que necesitamos sus productos insanos. La oferta industrial actual ofrece productos perjudiciales para la salud infantil, no siguen recomendaciones nutricionales oficiales, contienen azúcares añadidos, grandes cantidades de sal, harinas hidrolizadas y dextrinadas, aceites de mala calidad y utilizan ingredientes para abaratar costes como almidones, agua o patata.

¿Cuáles son las recomendaciones para seguir una alimentación saludable en el niño pequeño?

Nuestras recomendaciones para seguir una alimentación saludable en el niño pequeño son:

-Alimentación basada en frutas, verduras, legumbres, tubérculos, cereales integrales, acompañado de carnes magras, pescados blancos y azules, huevos, semillas…

-Evitar al máximo los refrescos, azúcar, bollería, lácteos azucarados, zumos, galletas, precocinados, dulces, snacks salados, cereales infantiles, repostería…

-No debe ser rígida y estricta, sino flexible y respetuosa con las demandas del niño

-La alimentación no es una moneda de cambio: no debemos utilizarla ni para castigar ni para premiar, ya que puede generar una mala relación con la comida en el futuro

-Respetar la velocidad, sensaciones de hambre y forma de comer del niño: ellos saben más que nadie cuánto necesitan comer, obligarles a terminarlo solo creará problemas de alimentación

-Dar ejemplo: no podemos promover el consumo de fruta mientras nosotros nos comemos un bollo

-No debemos dejarnos llevar por la publicidad infantil, esta utiliza nuestros miedos (la salud de nuestros niños) para que necesitemos comprar sus productos (sin que sean necesarios)

¿Por qué es importante cambiar la alimentación el momento de la concepción?

En el momento de la concepción, el útero se prepara para crear un ambiente óptimo para el óvulo fertilizado. El estado nutricional antes del embarazo determina el desarrollo del embrión y la placenta, por eso es importante cuidarse antes del embarazo también.

El embarazo es un periodo de gran crecimiento y desarrollo fetal. El estado nutricional de la mujer cuando se queda embarazada y durante el embarazo puede afectar al desarrollo del feto, a la calidad de la placenta, a la salud de la madre, al parto, al postparto y a la posterior etapa lactante, con la activación de la producción de leche.

Un déficit en ciertos micronutrientes como el calcio, el hierro, el ácido fólico, la vitamina A o el yodo pueden dar lugar a complicaciones en el embarazo, poniendo en peligro a la madre y al niño, al igual que una ganancia insuficiente de peso por parte de la madre también aumentaría el riesgo de parto prematuro, bajo peso del niño al nacer y defectos congénitos.

Las mujeres embarazadas que realicen unas 3 comidas al día pueden cumplir con las recomendaciones para el embarazo, pero seguramente no lleguen a los requerimientos de hierro, vitamina D y colina, micronutrientes clave en este periodo. Por eso es importante cuidar la alimentación antes, durante y después del embarazo.

¡Qué es lo que debemos cuidar durante la lactancia materna?

Las principales asociaciones científicas nacionales e internacionales como la OMS y la Asociación Española de Pediatría (AEP) recomiendan que la lactancia materna sea el único aporte de alimento hasta los 6 meses de edad, y después complementarla con otros alimentos, al menos hasta los 2 años, pudiendo mantenerla todo el tiempo que madre e hijo deseen. La lactancia materna tiene beneficios sobre la salud, ya que reduce el riesgo de padecer enfermedades crónicas en el bebé y se asocia con una reducción de cáncer de mama y ovario en la madre.

Se considera la mejor y única fuente recomendada de nutrientes que el bebé necesita. En este periodo, la alimentación de la madre también modula la leche materna, por lo que es muy importante seguir ciertas pautas en esta etapa.

¿Cómo conseguir un buen estado nutricional durante la lactancia?

Para conseguir un buen estado nutricional durante la lactancia, la mujer tiene que aumentar la ingesta de nutrientes. Por ejemplo, si la dieta de una madre es deficiente en vitaminas su leche contiene menos cantidades de estos nutrientes, lo cual puede ser perjudicial para el crecimiento del bebé.

Igualmente, hay alimentos que pueden pasar a la leche y ser perjudiciales para el bebé, por eso hay que tener en cuenta las siguientes recomendaciones nutricionales:

-El consumo de verduras y hortalizas debe ser de 2-3 raciones diarias

-El consumo de frutas debe ser diario también, de 3-5 raciones al día

-Los cereales integrales y tubérculos (arroz, patata, quinoa, pasta integral, …) deben incluirse en cada comida

-La ración de frutos secos naturales es un puñado al día

-El pescado debe consumirse 3-4 veces a la semana, siendo la mitad de pescado azul

-No debemos incluir carnes rojas, siendo las carnes magras (pollo, pavo, lomo de cerdo) sin grasa las más recomendables, con 2-3 veces a la semana sería suficiente.

-Las legumbres son muy importantes: deben estar al menos 3 veces a la semana

-El huevo es un alimento muy interesante, podemos incluirlo 2-5 veces a la semana

- Los lácteos no son imprescindibles, pero podemos tomar 1 o 2 raciones al día

-Para cocinar y aliñar siempre utilizaremos aceite de oliva virgen extra

-Beber agua e hidratarnos suficiente, unos 2L al día

-Las necesidades de yodo en la mujer lactante son casi el doble de las de un adulto sano, ya que además de cubrir sus propias necesidades tiene que garantizar que el bebé reciba a través de la leche el yodo que necesita para la síntesis de hormonas tiroideas, lo cual se consigue utilizando sal yodada.

¿Y qué queda desaconsejado durante la lactancia?

Queda desaconsejado durante la lactancia el café, té, infusiones: la ingesta de 2 tazas de café o té al día es segura, pero se recomienda reducirla siempre que sea posible. Las infusiones son seguras, pero hay ciertas hierbas que pueden ser peligrosas como el poleo. Por supuesto, el alcohol, la ingesta recomendada es cero . Los pescados con alto contenido en mercurio (atún rojo, pez espada, emperador, tiburón, lucio…).

¿Y al empezar la alimentación complementaria a los seis meses, cómo debemos empezar a introducirla?

La alimentación complementaria (AC) se considera un proceso por el cual se ofrecen al lactante alimentos sólidos o líquidos distintos de la leche materna o de una fórmula infantil como complemento (no como sustitución de esta). En los últimos años las recomendaciones han cambiado numerosas veces, siendo notablemente diferentes de los consejos recibidos por la generación anterior. Una AC inadecuada puede ocasionar desequilibrios nutricionales que desemboquen en déficits energéticos o de macronutrientes como las proteínas o los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga, importantes para el crecimiento y la salud. Además, el objetivo secundario de la AC es prevenir enfermedades a corto, medio y largo plazo, en cuya patogenia la nutrición es determinante, como las alergias o la enfermedad celíaca.

No hay evidencia clara de que haya un orden determinado, pero hay calendarios que nos dan unas recomendaciones de introducción a modo de guía:

¿Por dónde empezar a los 6 meses?

-Alimentos vegetales que puedan digerirse fácilmente: tomate, cebolla, zanahoria, el nabo, la calabaza, la chirivía y la yuc

-Tubérculos y raíces como la patata (sin piel), el boniato o la batata

-Legumbres: garbanzos, lentejas, empezar sin piel y después añadir con piel.

-Frutas como el plátano, el mango o el aguacate. Manzana, pera, albaricoque y melocotón también, pero sin piel y mejor cocidos o al micro al vapor.

-Pescado blanco: rape, merluza, lenguado, lubina, dorada o rodaballo. Mejor pescados salvajes y con certificación MSC (como los nuestros de Papis).

¿Cómo podemos luchar contra los alimentos que no son realmente buenos para nuestroshijos y que están en el supermercado?

Los alimentos que se encuentran en el supermercado tales como: bollería, dulces, postres, cereales infantiles, refrescos, lácteos azucarados, chucherías, productos precocinados, salsas, batidos, zumos… Son todos insanos y perjudiciales para su salud.

¿Y cómo luchamos los pades contra ello?

No comprándolos. Rodeando a nuestros hijos de alimentos saludables y no introduciendo en casa lo que es perjudicial para ellos. Por norma general, los nutricionistas no recomendamos aislar totalmente a los niños de los productos insanos, porque debemos aprender a convivir con este tipo de productos, pero tampoco rodearles ni favorecer un ambiente obesogénico innecesariamente.

Y entonces, ¿qué tienen que comer?

Fácil: alimentos sanos. Lo mismo que los adultos: frutas, verduras, cereales integrales, verduras, carnes, pescados, frutos secos, huevos… Lo importante es que los productos insanos se encuentren de forma puntual sin que lleguen a afectar a su salud. El problema de hoy en día es que les damos bollería de media mañana y chucherías por la tarde. Zumos y cereales azucarados en el desayuno… Hay mil opciones a las que podemos recurrir: fruta, fruta deshidratada, chocolate negro, galletas caseras, yogur, batidos caseros, cereales integrales (maíz, avena), tortitas caseras, bocadillos saludables palitos de zanahoria con hummus...

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