Luis Ojea - CUADERNO DE VIAJE

Estupidez infinita

Si hay un tema en el que a la izquierda gallega le gusta encenagarse con especial fruición es la exhibición de su odio a Israel

Luis Ojea
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La izquierda gallega no pierde nunca la oportunidad de hacer el ridículo y demostrar su sectarismo, pero si hay un tema en el que les gusta encenagarse con especial fruición es la exhibición de su odio a Israel. Siempre han preferido atacar a la única democracia de Oriente Medio que meditar, aunque sea un minuto, su apoyo a quien promueve la aniquilación de ese Estado. Por eso cada vez que se presenta una oportunidad, por muy disparatada que sea, van todos como borregos en manada a demostrar con sumo gozo la indigencia intelectual y moral en la que se mueven.

El consuelo es que a veces se encuentran de frente con una bofetada de realidad en forma de sentencia judicial recordándoles que España es un Estado de Derecho donde no cabe discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.

Un derecho fundamental consagrado en la Constitución y a la vez un principio básico que vertebra nuestro ordenamiento jurídico que Compostela Aberta, BNG y PSdeG se pasaron por el arco del triunfo cuando en 2015 aprobaron que el Ayuntamiento de Santiago se sumase a una campaña racista denominada «BDS» para boicotear las actividades comerciales, culturales, educativas o deportivas relacionadas con Israel.

Más allá de que, como subraya el auto conocido esta semana, un ente local carece de competencias para iniciativas de este tipo, lo más surrealista del caso es que estos visionarios declaraban al municipio «espacio libre de apartheid israelí». Sí, los mismos que promueven abiertamente la discriminación a todo lo que huela a israelí, incluso a empresas españolas que comercializan juguetes fabricados en ese país. Ya advirtió Albert Einstein que «dos cosas son infinitas: la estupidez humana y el universo», confesando que de lo segundo no estaba seguro. De lo primero me temo que aún tendría más certeza si hubiese tratado con los líderes intelectuales de la izquierda gallega. Esos iluminados que demuestran sin pudor su desconocimiento de la Historia y su absoluta carencia de valores como la tolerancia y el respeto al coquetear con la fraudulenta causa palestina, demostrando un inicuo sectarismo que les lleva a intentar imponer su visión dogmática del mundo al resto de la sociedad sumándose desde las instituciones donde gobiernan a cuanta causa poco edificante hay en vez de centrarse en mejorar la prestación de servicios públicos a los ciudadanos.

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