Una trabajadora selecciona las hortalizas en la planta de Alvalle
Una trabajadora selecciona las hortalizas en la planta de Alvalle - ABC

La batalla de los gazpachos envasados

Las ventas de la sopa fría de origen campesino, embotellada o en tetra break, crecen al 15% con una hegemonía de las marcas blancas

SEVILLA Actualizado: Guardar
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Cuando el calor aprieta, la zona de refrigerados de los supermercados se llena de gazpachos envasados, una opción rápida y cómoda que cada año seduce a más consumidores. Según un informe de la consultora Nielsen, en 2015 se vendieron 45,2 millones de litros de gazpacho en España, un 14% más que en 2014, con un valor de mercado (facturación) de 91,8 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 15,4%. El precio medio por litro se sitúa en 2,03 euros tras un leve repunte del 0,6%.

Esta evolución al alza impulsa un negocio en el que cada vez hay más competidores y que empezó tímidamente hace ya 25 años. Pese a lo que podría esperarse, la idea de lanzar un gazpacho envasado no surgió en Andalucía.

Fue la firma murciana Alimentos del Valle (Alvalle) la que creó el gazpacho refrigerado en el año 1991. En este caso se ha cumplido el dicho de que el que da primero, da dos veces ya que Alvalle es el líder del sector, con una cuota superior al 35%. El fabricante murciano —que fue adquirido por Pepsico en 2001— consume alrededor de 25 millones de kilos de hortalizas frescas para elaborar un océano de 27 millones de litros de gazpacho. De esta inmensa cesta de la compra se beneficia Andalucía, donde Alvalle compra el 40% del producto que necesita, principalmente el tomate de Almería y la cebolla de Córdoba. Otro ingrediente principal, el aceite de oliva virgen extra, procede de Jaén y Córdoba, según informa la compañía.

Por delante de Alvalle se sitúan las marcas blancas del distribuidor, que en conjunto suman más de la mitad del mercado. Y entre el líder (Alvalle), más Don Simón —el segundo del ranking de fabricantes— y las marcas blancas aún queda un nicho interesante en el que compite un buen número de fabricantes andaluces, especialmente implantados alrededor de la huerta almeriense.

La murciana Alvalle, marca líder del sector, y la sevillana La Gazpachería Andaluza, fueron pioneras

Andalucía produce marcas autóctonas, pero además provee de la materia prima necesaria a firmas de otras regiones, especialmente levantinas y catalanas; o alquila plantas industriales a foráneos para la elaboración de sus recetas. Una empresa que abarca todas las facetas y aparece en el lugar más destacado por ventas en la clasificación nacional entre los players andaluces es la cordobesa Arteoliva, en cuyas instalaciones de Palma del Río se elabora el gazpacho de la empresa abulense Santa Teresa, uno de los más reconocidos por los críticos gastronómicos, o de la productora ecológica almeriense Biosabor.

«Una de nuestras líneas de negocio que mayor crecimiento experimenta es el desarrollo de productos a la medida también para restauración organizada. Es una de nuestras fortalezas. Arteoliva aspira a ser el departamento e I+D+i de muchas otras empresas», explican fuentes de la compañía. La firma cordobesa, inmersa en un concurso de acreedores, sigue atravesando dificultades. En 2015 facturó casi 5,4 millones de euros, de los cuales un 35% los aportó el gazpacho, tanto con marca propia, como para terceros. Su estrategia también apunta al exterior para aprovechar el tirón del gazpacho fuera de España. Un último aldabonazo es el acuerdo con la norteamericana Goya Foods.

Otra marca histórica es la sevillana La Gazpachería Andaluza, que despegó durante la Exposición Universal de 1992. Su fundador, Rafael Aquino, es uno de los pioneros de la venta de gazpachos y salmorejos artesanales envasados. En 2013 inició la comercialización de sus productos en máquinas expendedoras y posteriormente se ha lanzado al mercado a mayor escala en España y Europa, con un nuevo sistema de alta precisión hidráulica que optimiza el transporte de este delicado producto. Para abordar la expansión ha creado la sociedad New Way Foods en la que ha incorporado a Alexis Masaveu Mora-Figueroa como socio.

Huerta almeriense

Pero es la huerta almeriense el gran campo abonado para la proliferación de gazpachos, que lanzan cooperativas y empresas agroalimentarias de la zona, como Biosabor, que utiliza sus hortalizas ecológicas producidas en los campos de Níjar. Esta compañía familiar, que factura 30 millones de euros, especialista en tomate en rama, ha dado una vuelta a sus gazpachos lanzando la variedad de invierno, que puede tomarse fría o caliente, y que recibió el premio nacional 2016 al producto alimentario más innovador del año. En 2015 Biosabor comercializó medio millón de litros en el mercado nacional (sobre todo en Cataluña y Madrid) y en el exterior, especialmente en Francia, Inglaterra y Japón.

El mismo esquema sigue La Gergaleña, la filial del grupo Caparrós Nature dedicada a la elaboración de confituras de hortalizas, salsas y platos preparados con método artesanal, sin conservantes y sin gluten. Ubicada en Gérgal, en el entorno de la Sierra de los Filabres, su gran hallazgo fue el Rafpacho, elaborado con tomate Raf. Los últimos lanzamientos son el Lobello, de tomate sherry, y un veraniego gazpacho de sandía. Sin salir de Almería, Primaflor, Unica Group o Bio Sol han sacado versiones de nuestra sopa fría.

Como un refresco

Pero el gazpacho es uno de los platos más internacionales de la cocina española. Esa proyección la ha aprovechado una firma anglosajona, La Chispa Ltd., que sacó al mercado en 2013 una oferta elaborada con materia prima almeriense en un 90% bajo la marca ¡Chó!. Suaves, ligeros, para agitar y consumir en el momento, directamente de la botella, como un refresco. Motivos tipycal spanish en el envase, como flamencas y toreros, son los señuelos para su clientela exclusivamente británica.

Y en Huelva, Fresón de Palos se ha estrenado esta temporada como gazpachera con una receta que tiene un 52% de fresón. «Nadie ha estandarizado hasta ahora una receta óptima de gazpacho de fresón y nadie la ha industrializado», destacan fuentes de la compañía. La nueva marca andaluza ha debutado en El Corte Inglés y busca el reconocimiento en hostelería entrando también en cadenas como VIPS. Para este lanzamiento, la compañía productora de frutos rojos, que factura 115 millones, ha llegado a un acuerdo con el grupo Collados, establecido en Granada y Murcia, para lanzar de entrada unos 12.000 litros al mes.

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