valencia - cádiz

La pizarra del Valencia 2-0 Cádiz

Sin concentración y con una empanada general, el cuadro cadista se planta en Mestalla ante un rival que sin hacer nada del otro jueves se lleva el partido merced a los errores amarillos, una vez más

Chris Ramos en una acción del partido l.v.
Rubén López

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Vestidos de Reyes Magos

Aún queda para que sus majestades los Reyes Magos de Oriente llegen a las casas de los niños y repartan sus correspondientes regalos. Sin embargo, el Cádiz lleva semanas encarnando a Melchor, Gaspar y Baltasar. No hace falta que los rivales de turno exhiban su mejor juego, para eso ya están los Reyes amarillos para dar, repartir y regalar goles, jugadas, expulsiones, y lo más importante, puntos.

Y es que resulta del todo inexplicable lo que le está pasando al Cádiz en las últimas semanas. Encaja goles de regional, fallos defensivos inapropiados, sale a los partidos sin tensión alguna y encima regala expulsiones nada más comenzar los choques que le privan de competir con un mínimo de garantías. Está claro que regalando y haciendo de cada partido un 6 de enero es muy complicado ganar y siquiera luchar por la permanencia.

El Cádiz sabía que en Mestalla a poco que lo hagas bien pones en jaque a un equipo muy joven que convive con una afición muy vieja y cargada de ansiedad para con sus jugadores. Sin embargo, en el minuto tres ya había regalado de manera incomprensible el primer tanto del partido, y a partir de ahí a remar. Y cuando en el minuto 23 ya vas 2-0 y encima juegas con diez el partido prácticamente se ha acabado.

Lo incomprensible de todo es que el Cádiz lleva dos partidos consecutivos que son difícilmente analizables porque prácticamente los ha jugado con diez, con lo que todo ello implica. Eso unido a errores en defensa muy dignos de estudio hacen que este equipo, por muchas razones, está a años luz de lo que debe ser.

1. 'Caraja' para comenzar

Sergio planteaba de nuevo su 4-4-2 desafiando a las bajas con la oportunidad para Kouamé y Robert Navarro en el once titular. El resto del equipo era el más o menos previsible teniendo en cuenta que en defensa, sobre todo en los centrales, no hay más cera que la que arde.

Y sabiendo que era un partido que debía ser largo, el Cádiz concedía nada más comenzar una jugada por la derecha en la que media defensa está cogiendo uvas mientras Gayá hace una pared y se planta ante Conan para hacer el primero. Falta de tensión, concentración y cosas que se presuponen en cualquier equipo de Primera División.

A partir de ahí, a remar contracorriente una vez más. El Cádiz no se enteraba de nada y se comía una y otra vez triangulaciones que acababan con jugadas en el área de Conan. Escalante y Kouamé perseguían sombras por el campo hasta que una jugada de infortunio, a la par que innecesaria, dejaba al cuadro cadista con diez y sin Robert Navarro en el campo. A renglón seguido, la sentencia. En vez de uvas, ahora son aceitunas, del gran verdeo, las que comienzan a coger los defensas cadistas mientras Correia se pega una rabona y Hugo Duro bate a placer a Conan. El Cádiz acababa de entregar el partido sin que el Valencia hubiera empezado a sudar.

2. Partido nuevo

Comenzaba otro partido en el que el Cádiz tenía que ir a la heróica y tratar de mover el árbol para conseguir algo. Los amarillos, como pasó ante el Girona, se replegaban a la par que Escalante y Kouamé comenzaban a hacer kilómetros y kilómetros para acabar el mayor campo posible.

El Cádiz trataba de espabilar pero era complicado sabiendo que tenía que robar y correr muchos metros, con Chris Ramos en la banda y Maxi Gómez tratando de aguantar balones arriba. El tiempo de descanso llegaba como agua de mayo para un equipo que tenía la segunda parte para intentar algo y evitar una goleada, cosas ambas muy complicadas cuando juegas tanto tiempo con diez.

Sergio movía el banquillo y metía en el terreno de juego a Lucas Pires y Álex Fernández, de tal forma que el Cádiz jugaba con un 4-3-2, en el que el centro del campo estaba formado por el madrileño, Escalante y Kouamé, mientras que Javi Hernández pasaba al centro de la zaga junto a Fali.

Y las cosas como son, le salía bien a Sergio porque el Cádiz salía con otra actitud al segundo tiempo y comenzaba a pisar área del Valencia. Con balones en largo a Chris, buenas conducciones de Koaumé y las internadas de Pires, el Cádiz no jugaba mal con diez jugadores ante un Valencia que no atinaba con las contras.

3. Reacción final

Por momentos el Cádiz merecía marcar pero Sergio hacía dos cambios un tanto incomprensibles. Quitaba a los dos delanteros, Chris y Maxi, por otros dos, Roger y Guardiola, totalmente diferentes. Y el Cádiz en el minuto 70 desaparecía otra vez del campo, viendo que a pesar de su dominio no había conseguido hacer daño al rival.

El Valencia daba vida al equipo cadista porque no acertaba arriba y atrás no es un equipo para tirar cohetes pero el Cádiz perdía la conexión con los dos de arriba hasta que con la entrada de Sobrino por Escalante el equipo se reactivaba y tenía sus mejores ocasiones. Oportunidades incluso para empatar el partido manteniendo ese 4-3-2 de toda la segunda parte.

Sin premio y con un tiempo de descuento vergonzoso por parte del colegiado, el Cádiz se iba de vacío tirando de amor propio en la segunda parte pero sabiendo que en la primera lo había tirado todo por la borda.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación