Mauricio García - Cádiz CF. Desde la platea

Nuestro VAR

Tenemos que centrarnos en empujar para que el equipo siga compitiendo y divirtiendo

El Cádiz CF tiene demasiado ruido alrededor y cuenta con demasiados debates extradeportivos abiertos

Hay que dejar de respirar el aire de la arrogante élite de Primera y volver al espíritu de barrio

El Cádiz CF necesita a su afición. F. J.

Mauricio García

Vamos A Remontar. Ese debe ser nuestro VAR. Quizás sea hora de dejar de mirar al trencilla de turno, al que esté en la sala viendo la pantallita y centrarnos en empujar para que el equipo siga compitiendo y divirtiendo. La empresa de la salvación es complicada, pero los rivales cada semana se empeñan en darnos oxígeno.

El Cádiz CF tiene demasiado ruido alrededor. Demasiados debates extradeportivos abiertos que hacen que la afición se enrede en discusiones absurdas y que al final crea un caldo de cultivo de cabreo generalizado. Entre los fichajes de verano e invierno, donde hay más scouting que ventanas tiene el estadio, seguidores acérrimos de personas, ocurrencias de estadios nuevos o finiquitos y posturas poco señoriales, llevamos una temporada que visto desde fuera, quizás roce hasta el absurdo.

Porque lo importante, lo que nos debe divertir, como deporte, es lo que pase en el verde cuando la pelotita rueda. El Cádiz CF compite bien, hasta donde le llega. Es divertido de ver y encima, aunque con un calendario infernal, la orilla de la salvación está ahora mismo al alcance.

Cada partido es una final, aunque suene a tópico. Pero es así. Hay que ser consciente que es como si jugáramos esas liguillas de ascenso de Segunda B pero con diez partidos en vez de tres o cuatro. Hay que dejar de respirar el aire de la arrogante élite de Primera y volver al espíritu de barrio, de equipo que celebra un córner como una ocasión de gol o un balón cortado en defensa como un gol en la meta contraria.

Todo lo demás, las discusiones, los finiquitos, los nuevos estadios, los malos o buenos fichajes, los entrenadores ya pasados o el quién arbitra y sus antecedentes, es distraerse en un absurdo que ahora no toca. Ahora toca pelear y divertirse en la pelea. Ningún rival va a ser fácil, pero centrémonos en hacer del estadio un pequeño Ali Sami Yen. Después, ya veremos lo que pasa.

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