Valencia - Cádiz

Los Reyes son la banda (0-1)

El Cádiz regala a su afición una victoria en Mestalla que le hace salir de forma temporal de los puestos de descenso catorce jornadas después

Un gol de Alcaraz al comienzo del encuentro endulza la fiesta a un cadismo que se descubre ante los suyos tras un agónico partido repleto de ardor guerrero

Los jugadores del Cádiz celebran el gol de Alcaraz.

Alfonso Carbonell

Vaya regalo de Reyes que se ha marcado en Valencia la banda de Sergio, que se han convertido en los Reyes Magos del cadismo en este 6 de enero. Una victoria en Mestalla con las pocas armas que les ha dejado su presidente, que comienza a tirar de su 'baraka' para sumar tres puntos que saca al equipo del descenso de forma temporal y a falta que se jueguen una pila de partidos este fin de semana. Pero este Cádiz, como dice Vizcaíno, es mucho Cádiz y en Mestalla se ha marcado el regalo de Reyes que toda la afición esperaba tras el sabor agridulce del último empate ante el Almería. Y sí, la banda puede con todo, pero hay que ayudarla.

Sabía el Cádiz y Sergio que el Valencia hoy por hoy tiene más nombre que equipo y a sabiendas de ello salió la banda, que no se metió atrás de entrada sino que entró en el campo midiéndose de tú a tú al conjunto che. Y no le salió nada mal la jugada.

No habían pasado ni diez minutos cuando Sobrino, que volvía al templo de dónde llegó al Cádiz, se hacía con un balón por la banda derecha para echarse a correr librándose de su par y colándose hasta la cocina, desde donde levantó la cabecita para ver como llegaba por la frontal del área un Alcaraz pidiendo el balón como el que pide un taxi a las seis de la mañana. Y vaya que si tenía ganas de montarse en él porque en cuanto recibió el caramelito le dio con su interior a conciencia para enviar el esférico lejos de las manos de Mamardashvili y adelantar a los suyos.

El Valencia, sin muchas ideas de inicio, solo se acercaba a las inmediaciones de Ledesma a balón parado, pero ni un cabezazo inocente de Cavani ni un posterior remate tras un rechace de Samu Castillejo (de fatal apellido para el cadismo) inquietaron a un arquero cadista que pasado el cuarto de hora no despejaba con firmeza la tercela pelota llegada a su área y desbaratada por su defensa.

Pasaban cosas sobre el campo. Y era cierto que eso no suele venir muy bien para el equipo que va ganando , pero pasaban en las dos área. Así fue como el Cádiz, aprovechando la enésima concesión de la zaga che, volvía a tener una oportunidad magnífica, pero esta vez el zurdazo de Alcaraz dentro del área y tras una internada por la izquierda del Choco Lozano se iba muy alto.

El Valencia, por deber, se hizo dueño del partido, pero lo hacía más por impulso que por juego. Pero dominaba al fin y al cabo y eso teniendo a Cavani, como que es una temeridad para su oponente, que a ciencia cierta se defendía muy bien, especialmente en las acciones a balón parado que tanto predomina en el juego del once de Gattuso.

Pasada la media hora el ritmo de partido aminoró para tranquilidad de los cadistas, que incluso acabaron el segundo tiempo en campo contrario gracias a las galopadas por banda del Choco Lozano, que un primer intento y tras quitarse en carrera la presión de Diakhaby probaba fortuna con un derechazo desde el vértice del área que blocó sin problemas el arquero local. Más tarde, ya en el añadido de la primera, el catracho caía dentro del área trsa notar el contacto de la pierna de un defensa que el árbitro no consideró siquiera ir al VAR a revisar. No era penalti, no, pero en el nuevo fútbol debería haberlo sido como sí se pitó la falta de Fali anterior al gol anulado a Ocampo frente al Almería. Las cosas de la jodienda, que no hay quien las entienda. A menos que se sea del Cádiz, que uno se puede ir haciendo la idea...

Tocó teclas Gattuso tras el descanso y daba entrada a Almeida y Justin Kluivert por Moriba y Guillamón para darle mayor mordiente a un ataque inoperante hasta el momento. Pero lo cierto es que el Valencia no avanzaba por tierra y si acaso solo un poco por aire. Fue después de un córner cebeceado mansamente por Cömert que enviaba a las manos de Ledesma como daba solo un indicio de lo que quería hacer, pero traspasado el primer cuarto de hora de la reanudación la verdad es el once che solo se acercaba al arco del cancerbero argentino a base de balones bombeados poco comprometidos.

Visto lo visto, Gattuso daba entrada a Hugo Duro por Castillejo y lo primero que hacía el ariete che era embarrar un poco el asunto encarándose con Fali, que si no tenía bastante ya con Cavani ahora tenía a otro muchacho con el que batirse. Y claro, el gitano, en su salsa y el cadismo, mojando. Cómo no sería la cosa que hasta el archiconocido Diakhaby era el que intentaba templar los ánimos del delantero recién salido y que acababa de ver una amarilla tras una acción con Iza, al que suplía Sergio para dar entrada a Parra.

Seguía insistiendo el Valencia a base de balones parados. Tras un saque de esquina repelido por la zaga amarilla le llegaba el balón a Gayá, que con una voleíta se la preparaba para empalmar y ver como Ledesma sacaba el puño para salvar a los suyos del empate enviado a córner.

Acechaba cada vez más el Valencia, que a base de empujar había metido en su casa al Cádiz. Pasado el 70', Sergio refrescaba a la banda y metía a José Mari y Alejo por San Emeterio y Alejo. Y mientras, el Choco Lozano seguía dando aire a los suyos aguantando cada balón que le llegaba y llevando por la calle de la amargura al francés Diakhaby. En una de esas habilitó, tras quitarse a los dos centrales de encima, a Alejo, pero el pucelano falló estrepitosamente con un pase propio de un recreo de colegio.

Cada vez se notaba más el bombardeo che en la muralla amarilla, que seguía aguantando. Minutos más tarde, Alejo se repuso de su anterior error y sirvió un buen centro con el que Álex pudo sentenciar pero su remate se fue desviado mientras se quedaba pidiendo córner.

A diez minutos más el descuento se lesionaba José Mari y Sergio remataba sus cambios quitando al roteño y a Sobrino para hacer debutar a Diarra y y Arzamendia. No quedaba otra que seguir sufriendo y sin el capitán de la banda.

Se le agotaba la gasofa a los cadistas, pero con todo y con eso pudo sentenciar otra vez Álex tras una contra a trompicones y corazón liderada por el Pacha y que se perdió tras un mal control de Álex y otra posterior decisión errónea al no asistir a Alejo que venía para fusilar.

La banda se atrincheró y salía vencedora después de siete agónicos minutos que pasaron lentos en los corazones amarillos pero que se saborearon de la mejor manera en cuanto se escuchó el pitido final que sacaba al Cádiz del descenso temporalmente.

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