Cádiz CF

De la Rosa, el chaval que fue fichado de la calle

El debutante cadista en el Wanda comenzó a jugar federado en el modesto club de barrio onubense Nuevo Molino, club que ayer «celebró por primera vez en su historia ver a uno de los suyos jugando en Primera División», señala su orgulloso presidente

José Antonio de la Rosa comenzó jugando de alevín en el CD Nuevo Molino.

Alfonso Carbonell

En la temporada 20/21 llegó a la cantera del Cádiz CF un chavalito de Huelva de 15 años y que respondía al nombre de José Antonio de la Rosa Garrido. Tan seguro estaba el club cadista de lo que veçia que el pasado año le hizo un contrato hasta 2025. No era para menos pues venía despuntando a pesar de que ni en la cantera del Recre ni en la del Betis destacó. Había motivos que luego se verán porque no lo logró hacer.

Pero sin duda, fue su curso 21/22 en el que se salió y por el que dio el salto al segundo equipo del Cádiz CF. Sus 24 goles en el Juvenil Fundación sirvieron para el ascenso del equipo a División de Honor y de paso para que el club le prolongara su contrato hasta el 27.

Sus goles, su electricidad y su velocidad son sus principales virtudes de un joven que se coronó el pasado miércoles en el Wanda, ahí es nada. Aunque el resultado no es de buen gusto (5-1), a De la Rosa nadie le quitará poder decir que debutó en Primera en uno de los estadios más importantes del país.

Pero antes, mucho antes, cuando era apenas un pipiolo, José ya adelantaba lo que iba a ser en el futuro. Tenía la edad de un alevín «cuando llegó al Nuevo Molino», cuenta el presidente del modesto club de barrio onubense donde el actual jugador del Cádiz CF comenzó a jugar federado.

«Claro que lo conozco; jugó con mi hijo», recuerda con orgullo José María González de Lara Serrano, máximo mandatario del CD Nuevo Molino, un club de fútbol base que solo tiene categorías alevín, infantil y cadete. «Pero hasta en esa categorías nos comemos al Recreativo», dice medio broma, medio en serio un directivo modesto que lucha en el día a día por conservar que no se pierda un equipo que este año cumple su XX aniversario.

Vuelve a De la Rosa. «Era un chaval que nos llegó de la calle, es decir, que no vino a hacer la prueba. Nuestro entrenador de alevín de primer año, Luis Carrillo, sabía de un chaval que jugaba muy bien en un pueblo cercano, creo que Moguer, y del tirón lo llamamos para que comenzara a jugar con nosotros. Era un pequeño que jugaba en la calle con sus amigos y de lo bien que lo hacía era más que conocido en su pueblo, pero ni jugaba en ningún equipo ni nada. No nos equivocamos. Estuvo con nosotros los dos periodos de alevín y ganamos todo con él; la copa COVAP, todas las ligas que jugábamos...», asegura.

Llegó al CD Nuevo Molino en la 2013/14. «Tenemos una foto aquí de él que ha perdido color por estar puesta al sol», dice con cariño un presidente que desde el primer momento que lo vio entendió que «iba a llegar. Se veía, sí, se veía que llegaría. Él era muy nervioso, tenía una muy buena dinámica y gozaba de una facilidad tremenda para hacer goles. Era impresionante la diferencia con los otros chavales», recuerda cuando De la Rosa brillaba como atacante en fútbol 7,

En el Nuevo Molino estuvo tres años, «hasta infantiles, que se lo llevó el Recreativo de Huelva, que nos destrozó. Claro que nos alegramos por él, por su crecimiento, pero el equipo se quedó cojo con su marcha. Fue una pena y una alegría a la vez».

De la Rosa debutó en el Wanda.

Ni en el Recre, como infantil, ni en el Betis, como cadete, siguió su veloz progresión José De la Rosa, que ahora en el Cádiz CF ha vuelto a poner la quinta. La explicación a ese freno cree tenerla González de Lara. «El arraigo es importante y tanto al Recreativo como al Betis tenía que ir todos los días a entrenar y volver a su casa. No le daban residencia y eso los padres no querían porque el chaval tenía que seguir con sus estudios y de esa manera los cortaba y le costaba mucho. Por eso creo que ahora en Cádiz está volviendo a tener esa continuidad. Además, también está con un chaval de aquí, Clavería , y eso le viene muy bien a nivel de amistad en su día a día».

La capacidad mental, a estas edades, puede marcar la vida de un futbolista. Si es por eso, González pone su mano en el fuego por el niño que él conoció. «El chaval tiene una cabeza muy bien armada», comenta una persona que mantiene una relación muy cercana con el padre de la criatura.

Para el final deja González un hito histórico para su club. «Es el primer jugador que debuta en Primera División del Nuevo Molino. Tanta es la ilusión que tenemos que le hemos pedido al padre una camiseta del hijo con su firma para colgarla aquí en el club. También queremos -en el caso de que no vaya convocado el 19 de mayo- que se acerque a la fiesta de nuestra veinte aniversario , donde le queremos dar entrega de una placa. Además, que nuestros chavales le vean a él será un acicate para todos ellos».

A modo de curiosidad, le preguntamos al presidente del Nuevo Molino si por el hecho de debutar en Primera el modesto club donde se comenzó a formar recibe una cantidad como apoyo al fútbol base y que siempre se solía contemplar. Nos sorprende su respuesta. Bueno, en realidad, no. «Eso fue una norma que nuestro amigo Zapatero se cargó. Bajo su gobierno se quitó esa norma por la que los clubes tenían que dar un dinero a los clubes modestos por derecho de formación. Tuvimos la suerte de que si cobramos con una chaval que debutó en la liga portuguesa, un país donde no se impuso esa prohibición que tanto le daba al fútbol base». Pues vaya gracia con los más desfavorecidos.

Si el joven tiene los pies en el suelo no debería echar a volar. Por su bien, su día a día es el Cádiz CF B, que se está jugando la permanencia en Segunda RFEF. Sergio le ve cualidades y le hace no pocas veces entrenar con el primer equipo pero en su primer año en el filial tampoco está destacando mucho. De la Rosa ha disputado esta temporada 18 encuentros con el 'B', aunque solo seis formando parte del once titular. Ha marcado dos goles, eso sí, que ayudaron a los de Cifuentes para sumar seis puntos. Buena puntería, como la del pasado miércoles en el Wanda, donde tocó su primer balón en la misma jugada en la que el Choco hizo diana. ¡Y qué diana, oiga! A ver si espabila el catracho. Pero esto iba del canterano De la Rosa, al que se cierne sobre él un horizonte tan esperanzador como resbaladizo.

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