Atlético - Cádiz
(5-1) La bromita acabó en drama
Sergio saca a una caricatura de equipo que apenas aguanta un minuto ante un Atlético en estado de gracia
Bueno, y qué hacemos. Pues poco o nada. Qué se le va a hacer. Ha salido mal y ya está, pero recibir cinco y ni aparecer por el escenario nunca es plato de buen gusto para nadie. Tampoco es plan de fustigarse después de la sufrida fiesta ante el Valencia, pero sin duda el once presentado por Sergio ante todo un Atlético de Madrid en auge era claramente descompensado. Casi, casi, una falta de respeto a la competición, que tiene en el once de Cholo a su segundo clasificado.
Pero lo dicho, no es cuestión de castigar ni a técnico ni a equipo por un partido que siempre se da por perdido cuando se hacen cuentas en el verano. No pasa nada, pero sin duda el escalón no ya solo ante un once de gala rojiblanco, sino incluso con los suplentes del equipo es insalvable. Y para Madrid que se fue Sergio cargado de suplentes para medirse a un ciclón que no tuvo piedad desde el primer al último minuto de un equipo que en nueve días debe visitar al Mallorca con la alarma bien cerquita.
Hasta nueve novedades metió en su once ante el Atlético Sergio con el fin de dar descanso, que será de nueve días por el parón de este fin de semana por la final de Copa, a sus hombres más tocados a nivel de minutos y de desgaste. Más que por el descanso, se interpreta que no quiere más lesionados y Dios sabe cómo estarán las piernas de unos jugadores que llegan al mes de mayo con el corazón en la boca y la alerta médica encendida en cada uno de sus registros.
Por eso y por el rival que había en frente, un temible Atlético de Madrid -nada que ver con el de la ida en Carranza-, el técnico cadisat prefirió hacer la que se marcó el curso pasado en el Nou Camp y volteó casi que al cien por cien su equipo titular para convertirlo en suplente. El experimento pronto se vio que no seguiría los mismos lances que el que acabó con la campanada ante el Barça con aquel gol de Lucas Pérez porque tan pronto echó el balón a correr el Atlético comenzó a llevar la voz cantante. Y como prueba, el primero minuto, donde llevó hasta en tres ocasiones el balón al área de Ledesma para que a la tercera fuera la vencida y Griezmann adelantase a ls suyos ante la pasividad de la defensa suplente del Cádiz.
Sacó el martillo pilón los colchoneros y no pararon porque al gol del francés le siguieron dos acometidas seguidas. Primero otra vez Grizmann el que probaba con un centro chut los guantes de Ledesma, que al minuto volvía a tener que aparecer para detener un cabezazo de Morata.
No habían pasado ni seis minutos y los locales jugaban como el que jugaba contra el reloj en busca de goles que se necesitan para pasar una eliminatoria. Lo pasaba realmente mal el Cádiz, o lo que quedase de él, y no fue hasta el minuto diez que no respiraron los de Sergio en campo contrario tras un robo de Alcaraz en el centro del campo que empleó para asistir a Negredo para que el madrileño se la jugada desde fuera del área con un zurdazo que se le fue desviado.
Aunque el Atlético era el que seguía haciendo malabares con el Cádiz, sí es cierto que esa ocasión de Negredo le valió a los amarillos para salir de la cueva aunque fuera un poquito. Y ese poquito le valió para, poco a poco, ir tratándose con el balón e ir avanzando con él un poco hacia el arco de Grbic. La pena fue que las dos veces que la hizo en fuera de juego. Negredo se metía en offside antes de intentar asistir a Alcaraz con un pase atrás y después, en el 20', Momo Mbaye se metía en fuera de juego tras una gran falta botada por Arzamendia .
Sí, pero Griezmann dijo no
Por momentos, el encuentro se iba pareciendo al de año pasado en el mismo escenario y que comenzó con otro gol tempranero de Joao Felix, en el 3 ', tras la tradicional cantada anual de Ledesma. Todo indicaba avalancha rojiblanca y el Cádiz de Sergio, de buenas a primeras, comenzó a jugar hasta hacer un señor partido que acabó perdiendo injustamente 2-1. Pues ahora, la cosa se iba nivelando. Aunque solo un poco porque en el 26' volvía a aparecer el principito para despertar del sueño a este cronista y a todo cadista que se estaba viniendo arriba. El francés volvía a entrar por la banda de Arzamendia como Antoine por su casa, se asociaba con Lemar, y chutaba para conseguir el segundo sin que Conan pudiera hacer nada.
Pudo llegar a la media hora el 'hat trick' del francés pero su disparo, en la enésima jugada en la que la defensa dejaba torearse en su área, se topó con Momo Mbaye. No cesaba el Atlético de atacar y más de un cadista comenzaba a echarse las manos a la cabeza con el 'goal average' y con el revolucionario once que sacó un entrenador que comenzaba también a temer el estropicio.
Para colmo, a Momo le dio por creerse que estaba en un amistoso y le daba por perder balones en la medular que no se deben perder ni en un quien pierda paga con los amigos. Eso lo aprovechó el Atlético por mediación de Carrasco, que tras driblar a Arzamendia disparó con la zurda para que Ledesma evitase el tercero a cinco del descanso. Fue así como llegaron hasta tres ocasiones seguidas de Morata, que ni a bocajarro pudo golear a Ledesma, que pestañeaba y veía rayas por todos lados.
El tercero, de Morata al inicio de la segunda
Llegó el descanso por fortuna para un Cádiz que salió en la segunda con el Choco Lozano de recambio por Youba Diarra con la idea de dar la batalla, que no la hubo en ningún lado, más que en la medular, arriba en la delantera. Pero nada. Este Cádiz era una caricatura y en cuanto el Atlético comenzó a rodar le metió el tercero. Carrasco llevaba el balón hasta el área de Conan, se lo daba a Hermoso, que pudo hasta pisarla y levantar la cabeza para dársela a Morata, que en la enésima batía por debajo al arquero argentino consiguiendo el tercero de los colchoneros.
La exhibición atlética no paraba para regocijo de una afición que se veía segunda en la Liga y que casi veía el cuarto después de otra llegada de Griezmann, que centraba a Nahuel Molina para que el argentino se apiadara de su compatriota y enviase, de primeras, su disparo fuera.
No se apiadó más tarde Lemar, que con un centro pedía manos de Alcaraz, junto a Morata y todo el estadio para enviar a Soto Grado al VAR y conceder el primer penalti de la Liga a favor de los colchoneros. Desde los once metros, Carrasco hacía el cuarto. Y tan solo se llevaban diez minutitos de la segunda parte.
Más que cambios, Sergio debería sacar la bandera blanca hacia un banquillo, el del Cholo, que celebraban un nuevo gol como el que celebra una Liga. Nada nuevo en ese carácter ganador, pero no de Champions.
Puestos a dar minutos, Sergio se los dio a José Mari, que junto a Chirs Ramos entraba en el campo en el 60' sustituyendo ambos a Negredo y Álex Fernández, que hasta el cambio no se le había visto.
La cosa, aunque a un menor ritmo, siguió igual. O sea, cada cierto tiempo un rojiblanco, en el 68' fueron Morata y Molina, se presentaba ante Ledesma y le intentaba marcar, pero esta vez Momo llegó a tiempo para que el internacional español no acribillase a su portero y después Conan evitaba el gol del internacional argentino.
Puestos a dar novedades, Sergio le daba la oportunidad de debutar en Primera al canterano a José de la Rosa en el 70'. Y lo primero que hizo el chaval fue recoger el balón de la red tras hacer una pared con el Choco Lozano que el hondureño convirtió en un golazo con un trallazo desde 25 metros al que nada pudo hacer el arquero local.
Lo segundo que hizo De la Rosa fue una mijita más agrio, pues el canterano se resbalaba y se iba al suelo en su marca a Nahuel Molina y veía como el argentino recibía dentro del área del Cádiz para neutralizar al minuto el gol de Lozano.
Por fin, parecía que el Atlético desistía de buscar el set y el pitido final daba descanso a un cadismo que se iba a la cama pensando en que por supuesto ha de seguir remando.
