Cádiz - Levante
Notable alto y sin banquillo (2-2)
El Cádiz CF saca un punto ante el Levante tras un comienzo trepidante con cuatro goles y alternancias en el marcador
Perea y Cala, goleadores de un equipo que acaba la primera vuelta con 24 puntos
Misión cumplida. Había cierto temor de cómo iba a acabar las tres últimas jornadas de la primera vuelta el Cádiz CF y sus cinco puntos logrados le dan para un notable alto antes de afrontar el comienzo de la segunda ante Sevilla, Atlético, Real Sociedad, Barcelona y demás. No está nada mal y sobre todo hacerlo con un equipo que va camino de acabar el mes de enero sin banquillo alguno.
Cervera volvió a retrasar lo más posibles sus cambios y tan sólo metió al principio a Salvi, considerado titular. Al técnico no le hace faltar hablar, tan sólo hay que leer bien las poquísimas modificaciones que hace en su once a lo largo de los últimos partidos para conocer lo que piensa. Y eso no es otra cosa que con lo que tiene no le da más que para seguir estirando un milagro que, como todo lo milagroso, debe tener fecha de caducidad. Por tanto, o se ficha, o se reza.
Como tantas otras veces, Cervera tiró de jerarquía y orden a pesar de las circunstancias y ante las bajas de Fali en el centro del campo y el Pacha en el lateral zurdo se decidió por guiñar a esos que puedan estar tambaleándose tras el desastre de Gerona pero que no dejan de ser sus chicos, Jairo y Garrido , dos hombres limitados pero que si su técnico les pide ir a la guerra acuden a ellas con los ojos cerrados y con un tirachinas en cada mano. Así es Cervera, y hace bien. Lo más significativo de todo ello es la definitiva falta de fe en Álex como mediocentro. Eso sí, al pelirrojo le sigue considerando su mejor hombre creativo de tres cuartos hacia delante y es por ello que junto a Perea le dé la manija de un ataque rematado por el Choco Negredo y Tiburón Lozano.
Dos equipos con la flechita para arriba y separado por dos puntos se veían las caras en Carranza en un duelo por acabar la primera vuelta en la zona tranquila. El Cádiz CF, que tras ganar al Alavés y poder hacerlo en Mestalla, y el Levante, que llegaba de remontar al Eibar.
Pronto empezó con las hostilidades el Levante, que en solo dos minutos había tirado ya dos veces a puerta por obra y gracia del zurdo Clerc tras un libre directo al borde del área gaditana y el posterior córner facilitado por Ledesma.
Tan decidido parecía el Levante a acabar por la vía rápida con el Cádiz CF que se olvidó contra quien estaba jugando y fue eso precisamente lo que mejor le vino a los de Cervera, que armaban una contra fabulosa tras una dejada en el centro del campo de Negredo con la que lanzaba al marco contrario a Álex. El madrileño condujo de maravilla el balón hasta el área rival y cuando ya se le cerraba la persiana tuvo la fortuna de ver como un pase infructuoso tocaba en un contrario para convertirse en una asistencia de oro a Perea, que resolvió con la clase que atesora engañando al meta rival tras sentar a un defensa.
Y de un boquete en una defensa a otro, el que creó Jairo al quedarse a medias entre salir al fuera de juego o quedarse con la marca de De Frutos, que fue finalmente al que llegó un balón que profundizó hasta la línea de fondo para meter el pase de la muerte que no falló Roger.
Habían pasado sólo siete minutos y el marcador ya soportaba dos goles, todo un espectáculo para el aficionado neutral pero insoportable para ambos entrenadores.
Más lo sería para Cervera, que vería como a los tres minutos del empate le llegaba el segundo después de una jugada por banda de Clerc , que con algo de fortuna se colaba en la cocina para asistir de nuevo a Roger, que volvía a pescar en río revuelto para adelantar a un Levante que exceptuando el fallo primero era el único que pretendía atacar con contundente claridad.
Ya con el marcador a favor, los granotas descansaron armas a la voz de su capitán de que «vayan ellos», en clara señal de que hasta ahí había llegado el desparpajo de los de Paco López y que de ahora en adelante el Cádiz CF debería adelantar sus líneas y exponer algo más.
Y en base a ello, el Levante se acomodó ante la tesitura que le brindaba al Cádiz CF. Tocaba y tocaba, portero incluido, el once valenciano ante la pasividad de los amarillos, que temerosos de salir de su cueva, miraban al banquillo a la espera de una orden más ambiciosa y concreta. El lento transcurrir del juego granota no significaba que no llegase al área de Ledesma , que veía primero como Morales remataba con fuerza pero desviado la enésima internada de De Frutos, que se aprovechaba de las facilidades que daba Jairo, al que Cala tuvo que sacarle las castañas del fuego en más de una ocasión.
Pero como este Cádiz CF sabe mantenerse en los partidos hasta cuando peor lo está pasando, llegó una acción por banda en la que se forzó un saque de esquina botado por Álex y cabeceado imperialmente por Cala , que envió el balón a la escuadra tras imponerse a los centrales granotas. El empate insuflaba de moral a los cadistas, que no por ello dejaban de ver como la banda izquierda de Jairo seguía siendo una sangría de la que no paraba de sacar ganancias De Frutos.
De boquete a muro...
Sin embargo, fue Jairo el salvador pasada la media hora cuando se interpuso en el camino de Morales cuando este ya se disponía a batir a Ledesma en una jugada en la que no suele perdonar. El canario tomaba algo de confianza dentro de un partido que se le estaba haciendo eterno.
La recta final de la primera parte niveló bastante la balanza con Cádiz CF atrevido en ataque y negligente en defensa y un Levane algo más conservador tras haber aprendido la lección.
Sin cambios salían ambas escuadras y los primeros compases de la segunda mitad cayeron por los mismos derroteros que los del primer tiempo, es decir, con un Levante seguro de sí mismo y dominando desde el comienzo y volcando su ataque por la derecha, desde donde surgió la primera oportunidad que salvó Ledesma tras sacar una pierna milagrosa a un disparo raso de De Frutos, que por enésima vez se había colado hasta dentro .
Se agilizaba el partido con posesiones muy cortas pero incesantes y vertiginosas entre uno y otro equipo, que por momentos se salían del guión para bien del espectáculo. Después de esos preciosos e incontrolables minutos, ambos contendientes tocaron retirada y conservaron con mayor recelo sus territorios.
A los veinte minutos de la reanudación ambos técnicos comenzaron a mover el banquillo, aunque en el caso de Cervera solo con un hombre, Salvi, que suplía a Perea. Y el sanluqueño, en su primer balón, metió un buen pase a Negredo, que se pasó de solidario dejando el balón atrás para la llegada inconclusa de Álex cuando quizás la mejor opción era haberle pegado de primeras.
La respuesta granota no se hizo esperar y si no es por la intervención de Iza, Sergio León hubiera rematado a placer un pase de la muerte de Roger.
A falta de diez minutos, Negredo dejaba su lugar a Iván Alejo para refrescar la velocidad de la dupla atacante, que en esta ocasión se salvaría de la presencia de los estáticos Malbasic y Álvaro Giménez.
Se acercaba el final sin un dominador claro y con mayor respeto a medida que pasaban los minutos aunque no por ello aflojaba el ataque granota, que cerca estuvo del tercero después de una falta lanzada por Morales y que cabeceó fuera Dani Gómez
Restaban tres minutos cuando Cervera hacía sus dos últimos cambios reemplanzando a Jonsson por Bodiger y a Lozano por Álvaro Giménez. para terminar de ganarle minutos al crono de un partido que acabó como empezó, con tablas merecidas por el esfuerzo de unos y otros.
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