Mallorca - Cádiz

Demasiados elementos en contra (2-1)

Un pésimo arbitraje, más propio de patio de colegio, condena al Cádiz en un encuentro con muchos intervalos y dos penaltis de chiste

Muriqui marca el segundo gol del Mallorca, también de penalti. efe

Alfonso Carbonell

El fútbol moderno tiene tela. Tanto que cuando se aprecia algo en directo no se quiere ver mejor en el monitor y cuando se obvia en directo se acude a él para confirmar que el árbitro entiende de fútbol más bien lo justito. Es lo que tiene cuando los de negro apenas han jugado al fútbol nada más que para indicar que se acababa el recreo.

Dos penaltis han condenado al Cádiz en Mallorca. El primero, riguroso. Cierto que hay agarrón, pero un árbitro viril y valiente si le echa un vistazo al VAR no lo pitaría. Pero el segundo fue más grave, mucho más grave. Ledesma salió como sale todo portero que se precie y en su camino choca con violencia con, ¡oh, qué pena! con Ángel, que pasaba por ahí. Pero esto es así. O debería ser así porque por lo que se ve para Del Cerro Grande en el siglo XXI habrá que explicar a los porteros cómo se debe salir. O sea, habrá que pedir permiso a los delanteros. Y por supuesto, no tutearlos. El choque fue bárbaro. Sí, sí, de esos que pueden herir la sensibilidad de una madre que esté viendo un partido en cualquier patio de colegio.

Y eso que la cosa empezaba bien desde antes del chocque porque lo mejor en las alineaciones de Mallorca y Cádiz es que en la de los bermellones no estaba Iddrisu Baba, lesionado. El ghanés fue el mejor de los baleares en la ida disputada en Carranza, donde bailó al centro del campo de Cervera hasta que Negredo fue capaz de empatar de penalti (1-1). Además de eso, Sergio volvió a renovar la confianza a buena parte de los que estuvieron en la victoria en el campo del Levante más los que le han dado razones para alinearlos desde el principio como Alcaraz y Lucas Pérez. Pronto uno de ellos se lo agradecería de la mejor manera psoible.

Lo que ha cambiado en apenas tres semanas este Cádiz es una barbaridad. Se comprobó en Valencia, donde los amarillos le ganaron la posesión al cuadro che y se reafirmó con el once dispuesto por Cervera ante el Mallorca, muy ofensivo y con clara vocación de hacerse con el balón. ¡Lo nunca visto! Bueno, al menos en los últimos seis años.

Y así fueron los primeros minutos que el Cádiz dedicó a explicar lo que se proponía hacer. No le sería nada fácil, pero en apenas un minuto Negredo y Lucas Pérez ya habían llevado el balón al área local mientras sus compañeros armaban jugadas con el baloncito en los pies. Y es que cuando se tiene a un entrenador con querencia a los jugadores que tienen buen manejo de balón y pies delicados, pasa lo que tiene que pasar. Que en seis minutos se llegase a área contraris dos veces. Y a la tercera, golazo.

Volvía a llegar el Cádiz CF y entre Lucas Pérez y Salvi le daban un balón a Alcaraz, para que desde el borde del área y con su zurda mandase el balón a la escuadra para poner al Cádiz por delante cuando apenas no se habían disputado ni diez minutos de juego. 'Maraviglia' de inicio. Y justo. Muy justo.

No le vendría nada bien al Cádiz ese gol, pues de repenete comenzó a sufrir. Y de qué forma. No tuvo otra el Mallorca que irse arriba y subir el ritmo. Esto provocó que llegase a oleadas al área de Ledesma, que veía como en poco menos de cinco minutos los bermellones sacaban hasta tres saques de esquina. Entre medias, también llegaba con cierta facilidad. Como es una en la que si no es por Álex, Dani Rodríguez hubiera fusilado al meta argentino tras una buena combinación dentro del área con el excadista Brian Oliván, muy motivado.

El empate, también justo

Seguía empujando el Mallorca por mediación del fichaje Muriqi, que cabeceaba un córner para que Ledesma, bien colocado pero mal de reflejos y con la ayuda de Negredo, evitase un gol que llegaría cerca de llegarse al minuto 20 y tras un error de bulto de Alejo, que agarraba levemente de manera inconsciente a Brian para que desde los once metros Salva Sevilla llevase el empate al marcador.

Le hizo mucho daño el gol al Cádiz, que pasó de dominador a ser dominado por un equipo que llegaba en tromba tal y como se apreciaba en los seis remates a puertas que llevaba en el 20' de partido por solo uno, el golazo de Alcaraz, del conjunto gaditano.

Lo cierto es que el Mallorca le había dado la vuelta al partido como a un calcetín. El Pacha siempre sufre ante un extremo que le juega a pierna cambiada y Kubo dio credibilidad a esta teoría cuando estuvo cerca de conseguir el segundo tras un fabuloso control con post

Álex despeja un balón. EFE

erior finta al uruguayo y un zurdazo raso que se fue al exterior de la red con Ledesma ya engañado.

A diez para el descanso volvió a tener que salir Ledesma para evitar otro gol tras un gran cabezazo de Muriqi que el arquero del Cádiz enviaba a saque de esquina. No eran muy buenas las noticias para el cadismo, que anhelaba ver en acción a sus delanteros, desaparecidos.

Si había habido ritmo en toda la primera mitad, los últimos diez minutos fueron cardíacos. En el 41', Negredo volvía a dar noticias con un zurdado muy tímido que fue a las manos de Sergio Rico, que entraba en calor para lo que pronto le iba a llegar. Antes, Kubo cruzaba demasiado el balón tras sortear a varios defensa pero sin la puntería deseada. Ya en el descuento, Negredo peinaba un balón para que le llegase a Lucas Pérez en el segundo palo, pero con su diestra el ex del Elche no consiguió batir a Rico, que se levantó raudo y veloz para contestar de nuevo al lanzamiento de Alcaraz, que en su intento de ajustar el balón se encontró con el impresionante arquero mallorquín. No iba a morir ahí el primer tiempo, que dejaba para el final la jugada más brillante a la par que rocambolesca. Dani Rodríguez le bajaba el balón en la media luna a Ángel para que el ariete tinerfeño empalmase con su zurda para enviar el balón a la cepa del palo cn tan mala suerte para él que el rechace rebotó en el otro palo antes de desaparecer por la línea de fondo.

Se llegaba al descanso con las espaldas en todo lo alto y después de doce remates baleares por cuatro gaditanos.

Sorprendentemente, no hacía cambios Sergio, que dejaba sobre el tapete a un inoperante Álex, un intermitente Negredo y un desacertado Alejo. Cuestión de fe. Y de confianza.

No había tregua. El Mallorca empezaba volcado y de esta forma Kubo profundizaba por su banda para asistir a Muriqi, que en su definición se encontró con la pierna salvadora de Haroyan. El armenio se iba al suelo para tapar un remate que llevaba mucho peligro.

Pedía el equipo a gritos un par de cambios dado los derroteros que iba tomando el partido. El bloque parecía romperse en la mitad y los delanteros seguían muy separados de la sala de máquinas. Y los damnificados fueron Alejo y Salvi, que daban paso a Sobrino y Jonsson para fortalecer el centro del campo y auxiliar a los desasistidos Negredo y Lucas Pérez.

Remontada gracias al VAR y al árbitro

Poco antes de esos cambios, Del Cerro Grande fue llamado, también por un árbitro, para que visionara una jugada en la que Ledesma chocaba con Ángel con la mala fortuna de que el delantero recibió un golpe que el doliente árbitro juzgó pena máxima. Desde los once metros, Muriqi remontaba el partido con la ayuda del VAR y a la ignorancia del árbitro.

Era el minuto 65 y por delante el Cádiz tenía una vida aún. Sergio sacaba Álex para dejar una defensa de tres con Luis Hernández. Pronto comenzó a notarse este paso adelante. Primero pudo llegar el empate si Negredo está más fino con un caramelito que le envió Rubén Alcaraz , pero el vallecano se equivocó buscando a Lucas Pérez antes de volear o controlar incluso para quedarse solo ante el portero. Al tiempo, una nueva llegada por banda, pero esta vez el lanzamiendo raso desde el punto de penalti y a la media vuelta de Iza, reconvertido en extremo, fue atrapado por Rico una vez más.

Se gustaba por momentos el Cádiz, que comenzaba a llegar con insistencia pero lástima que lo de Sobrino no sea el gol. Primero no se atrevió a rematar sin portero después de que se le escapase la pelota a Rico y después no se entendió con Negredo dentro del área en una jugada que descompuso a muchos con su acción.

Lo volvía a intentar el Cádiz con un gran pase de Alcaraz a Iza, que se colaba hasta la cocina para dar el pase de la muerte que interceptó Amath con la suerte de que el balón acabó en el palo.

Remató, en el 90', sus cambios Sergio quitando a Haroyan y Lucas Pérez para meter desparpajo y genio con Idrissi y Perea, que lo primero que vieron fue un testarazo de Luis Hernández a la salida de un córner que se fue alto.

Diez minutos de prolongación concedió Del Cerro Grande, como el partido se le hizo a él, y en los que el Cádiz no estuvo fino. De hecho, pudo sentenciar Amath con un disparo al palo tras un robo de balón a la defensa amarilla, que se vestía despacio teniendo prisas.

El pitido final condenaba al Cádiz y Sergio conocía su primera derrota, que incluso puede que pudiera haber sido justa por los méritos de unos y otros pero que se convirtió en injusta por una decisión arbitral más propia de una monja que de un colegiado de Primera División.

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