Cádiz CF

La grada, un defensa más

La afición cadista interioriza el método ultraconservador de su equipo y arropa a sus jugadores como un guerrero más

Negredo jugó por banda derecha. Francis Jiménez

Alfonso Carbonell

Mucho se está hablando de la fiesta sevillista en la grada de Carranza el pasado lunes. Por hablar, hasta se está criticando que las voces de los aficionados del Sevilla llegase a sonar más que las de los cadistas. Pero en parte es normal. No es lo mismo animar a un equipo va segundo en Liga y que tiene la pelotita e intenta hacer cositas con ella que arropar a once jabatos que bastante tienen con llegar de pie al minuto 90 de partido.

Ya al comienzo de la temporada, en su primera intervención antes de la primera jornada ante el Levante en Carranza, Álvaro Cervera mandó un mensaje nítido a su parroquia con el que la advertía de lo que esperaba este año por el barrio de La Laguna. Ese aviso no era otro que todo aquel que pensara ir a Carranza a divertirse con su equipo podría tranquilamente seguir la dirección del '1' y acabar echando la tarde en Cortadura.

Pero el caso es que la afición, entre pitos y flautas, se está decantando últimamente por los aplausos y los elogios al equipo que por el cabreo y el enfado. Es cierto que para ello se ha tenido que esperar a la lección del Bernabéu y a que su entrenador sacase pecho tras el sufrido empate ante el Madrid. Ese punto le bastó para renovar el mensaje y lanzarlo en la previa del encuentro ante el Sevilla llegando a decir que el «camino no es otro que el que recorrimos en el Barnabéu». Es decir, defender y defender y de vez en cuando... defender también.

Y asi se salió en Carranza ante el Sevilla. Es cierto que de vez en cuando se salía de la trinchera, pero la orden esra bien clara. Esperar en campo propio al Sevilla sin ningún tipo de complejos. Eso ya se sabe que hacerlo jugando fuera de casa es más fácil hacerlo pero esta vez Cervera y sus chicos contaron con la aquiescencia de la grada, que no dudó en apoyar a su equipo durante los 90 minutos que duró prácticamente el acoso y derribo de los de Lopetegui.

Sintomático fueron los últimos minutos de la primera parte en los que el Cádiz CF se echó descaradamente atrás en la búsqueda del oxígeno del descanso y con empate sin goles en el marcador. Atrincherado en su su área se pasó un tiempo importante el Cádiz CF y, pese a ello, estruendoso fue el aplauso multitudinario con que Carranza despidió a sus muchachos de camino al vestuario.

Es cierto que hacer eso contra el primer clasificado y el segundo es hasta cierto punto permisible por la afición, que está por ver cómo actuaría si en vez del Sevilla fuese, como será, el Espanyol en el próximo encuentro en casa.

La senda de Cervera se repite. El entrenador insiste que no hay otra forma de protegerse que defendiéndose independientemente de quién sea el rival y de cómo juegue. Este domingo comienza la segunda vuelta y no pueden darse falsos pasos en un recorrido que, de momento, cuenta con el beneplácito de la afición, que es soberana.

De momento, la grada de Carranza no sólo es el jugador número doce como suele decirse sino que defiende como uno más del ejército de Cervera. Paciencia, esa es la receta que el técnico de las gafas les aconseja a sus aficionados dado que él es el primero en admitir que su fútbol no atrae ni a los perros.

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