Elche - Cádiz
Estos, hasta por si acaso (1-1)
El Cádiz certifica su permanencia tras empatar en un mal partido ante un Elche superior y al que le anularon dos goles
Hasta por si acaso. Apenas le quedaban fuerza a un Cádiz que ya lo dio todo pero que tuvo que dar algo más para llegar a los 42 puntos. Y sumó. El empate le hacía no depender de nadie y eso que la noche tuvo momentos inciertos, pero los de Sergio saben estar incluso sin estar. Porque no fue un buen partido, pero fue el que fue y ha valido para sellar un año más en Primera.
Sergio no quiso cambiar mucho el equipo respecto al que sacó hace una semana frente al Celta y tan solo introducía un cambio obligado y hasta recomendable. Al sancionado Alcaraz lo intercambiaba por San Emeterio, que para variar vería su tarjetita amarilla en el primer tiempo. El resto, los mismos.
No entró muy bien al partido el Cádiz, que en apenas cinco minutos vio como el Elche se adentró en su área a base de balones colgados que por poco le costó un disgusto a Ledesma. En esos momentos, lo único bueno para los de Sergio fue el gol de Ayoze en el Villamarín contra el Valencia, que era el primero de los damnificados en encender una cerilla.
Los amarillos despertaron un poco, pero no lo suficiente para que el Elche dejase de insistir. De hecho, en el minuto 7 los franjiverdes volvían a la carga. Esta vez por mediación de Lucas Boyé, que al ver que no podía disparar decidió centrar pasado para que Nteka bolease un balón que fue bloqueado por Conan Ledesma, que en apenas diez minutos ya veía como su indumentaria ya estaba manchada.
Pasaban esas cosas cuando en el minuto diez el Cádiz dijo basta. Iza botaba una falta que enviaba al palo, aunque su rechace le llegaba a San Emeterio para que desde fuera del área empalase un balón a gol que fue tocado lo suficiente por Gonzalo Escalante para subir el primero al marcador en el momento en el que Celta empataba, perdía el Valencia y Espanyol y Almería firmaban tablas. Pero todo esto ya daba un poco menos igual.
El gol sacudió el guión de un partido que parecía tener controlado el Elche pero que de golpe, tanto y porrazo cambió de aires porque al cuarto de hora los hombres de Sergio tomaron la batuta del choque. El encuentro parecía controlado hasta que en el 25' un balón colgado al área de Ledesma era recepcionado por Lucas Boyé y recibido por Tete Morente, que disparó según le vino para sorprender a un Ledesma que no tapó como debiera su palo. El tanto fue revisado por el VAR y anulado por los que echan cuentas con la escuadra y el cartabón. Anulado. Suspiros de Cádiz.
Seguía el encuentro entre bostezos sospechosos y entre medias a Meré le dio por ceder un balón comprometido a Ledesma al que para colmo el argentino le añadió un inoportuno resbalón del que casi saca provecho Lucas Boyé, pero tan pronto como se fue al suelo el arquero reaccionó para evitar el gol del Elche que podría haber puesto al cadismo en un incierto abanico.
Los gaditanos seguían ganando pero el encuentro continuaba en el aire dado que la intensidad y la concentración no aparecían como las circunstancias debían mandar. Sin embargo, pudo el once amarillo sentenciar en el minuto 35 después de una internada de Bongonda, que puso un caramelo de muerte para que el Choco Lozano desperdiciara la mejor que iba a tener en toda la noche.
La tuvo y no la aprovechó el Cádiz, que seguía jugando con fuego. Y mucho más que lo haría después de ver como el VAR volvía a ponerse la camiseta amarilla para anular un gol de cabeza de Nteka tras un centro de Tete Morente, que estaba en posición no reglamentarias. Más suspiros.
Tampoco es que el Elche estuviera mostrando mucha inquina, para nada, pero era el Cádiz el que se dejaba hacer. Y por eso mismo, porque los de Sergio no parecían estar, estuvo cerca el conjunto local de empatar el partido después de la enésima oportunidad nacida de un balón colgado cabeceado por Tete Morente al que Ledesma contestó con una palomita como subido a un parapente.
Se esperaba que Sergio diera una bronca al equipo en el descanso pero de echarla o no nadie se dio cuenta porque lo primero que el cadista se cenó tras el descanso fue una oportunidad clarísima del Elche, que a punto estuvo de empatar después de una jugada individual de Nteka, que se metió hasta la cocina para asistir a Tete Morente para que el linense enviase a los músicos con todo para él y sin portero.
Pasado el susto, Sergio renovó el ataque y metió a Roger por Guardiola para comenzar un carrusel de cambios con el que también quiso dormir el encuentro . A ese cambio le siguió uno doble porque Sergio llamaba a las bases y sacaba del campo a Lozano y Bongonda para meter a Fali e Iván Alejo. Tocaba remar lo poco que quedaba por remar.
Efectivamente, los cambios cadistas adormecieron el choque para tranquilidad y calma del cadismo, que veía que por mucho que podía preocuparse no le daba para ello. Además, estuvo cerca de rematar la faena con otro gol tras el saque de banda de Luis Hernández que prolongó Escalante para que Roger cabecease sin apenas reacción para poder ajustar su testarazo.
Y de testarazo a testararo, pero en este caso para adentro y col acento ilicitan. A veinte del 90', Lucas Boyé empataba el encuentro y mandaba a los cadistas a preocuparse por lo que pasaba en otros campos. El empate, justo. Que todo hay que decirlo.
Para colmo, el Martínez Valero se crecía en busca de su última victoria mientras el Espanyol, ¡bendito Espanyol!, marcaba el 3-2 al Almería para hacer un nuevo favor a los gaditanos un años después. Y es que los de Sergio estaban, como se podía esperar, contra las cuerdas. Ledesma sacaba cuantos puños podía para despejar todo lo que llegaba de un Elche que decidía irse en tromba a por los gaditanos.
Los resultados acompañaban , pero el Cádiz no parecía mantenerse en pie. Para eso, para mantenerse en pie, Sergio volvía a dar un paso atrás y sentaba a Escalante y San Emeterio para dar entrada a Momo y José Mari y dejar un Cádiz sin identidad, con miedo, temeroso y a la espera de que Gil Manzano diera el pitido final que dejase definitivamente al Cádiz un año más en Primera.
