Y a todo esto, ¿qué dice la norma de la que se pitorreó Cervera?

Las claras manos dentro del área de Koke al filo del descanso y que pudieron convertirse en el primer penalti a favor del Cádiz CF, que de haber transformado la pena máxima se hubiera ido a los vestuarios con un empate en el electrónico, siguen dando mucho de que hablar en la resaca del Cádiz CF - Atlético de Madrid del pasado domingo.

Cervera optó por sortear su opinión más caliente en rueda de prensa y optó por dar su versión de una forma distendida y comentarla con un gracejo especial . Ahora habrá que esperar por si estas declaraciones se entienden o no en Competición como una falta de respeto a la reglamentación y por ende a la institución.

Pero precisamente eso, el reglamento, es lo que se pone jornada a jornada en duda. Se desconoce si a la hora de hacerlo sólo hay árbitros y exárbitros a la hora de redactarlo y puede que sea por eso por lo que no termina de entenderse en quienes lo practican los futbolistas. Ni que decir en quienes escriben sobre ello, esa jaula de grillos que significa el gremio de los periodistas.

El tema es que cuando suele saltar una duda se suele ir siempre a la Biblia de cualquier materia, que en el caso que nos ocupa es el reglamento por el que se rige LaLiga. Y sobre esto, ¿qué dice la norma de la que desconfió y hasta cierto punto se burló Cervera en su rueda de prensa posterior al encuentro frente al Atlético?

Sobra decir que desde la llegada del VAR, todo árbitro que lo considere oportuno tiene la última bala de la revisión. Y el extremeño Gil Manzano fue a ella a petición de su compañero Iglesias Villanueva, que desde la sala VAR se había percatado de unas manos que hasta cierto punto y según la reglamentación vigente podrían ser consideras no punibles. Y para el monitor que fue el juez de la contienda, que decidió rearbitrar su decisión y dejar sin penalti al Cádiz CF.

La ley dice que «unas manos apoyadas sobre el terreno de juego o deslizándose sobre el mismo, en las que el jugador no hace ningún movimiento intencionado o voluntario para interceptar el balón, sino que usa el brazo como herramienta o soporte para mantener el equilibrio, debajo del cuerpo y apoyado en el terreno de juego. En estos casos, el árbitro no deberá sancionar la mano, entendiéndolo como una acción derivada del propio desarrollo del juego y accidental».

Además, concluye que «si el jugador realiza un movimiento con la finalidad de tocar el balón u ocupar un espacio 'haciéndose más grande' para interceptar el balón, la sanción técnica correspondiente (libre directo o penalti) y disciplinaria, si fuese necesaria, serán adoptadas por el colegiado». Es decir, y por lo que se sugiere, queda en la interpretación del árbitro, al que se ve que le han hecho un lío tal con las modificaciones de la ley que ya se desconoce si están pitando fútbol o modales sobre la mesa a la hora de comer.