Cádiz - Valencia

Centrales de guardia (2-1)

Violenta victoria del Cádiz marcada por la marcha del Valencia motivada por un supuesto insulto racista de Cala a Diakhaby que el sevillano niega

Los goles de Cala y Marcos Mauro, que salió por el sevillano, dan el triunfo a los cadistas y acercan la permanenca

el valencia se retiró a la media hora de juego tras un supuesto insulto de Cala a diakhaby. a. vázquez

Alfonso Carbonell

Carranza se ha convertido en un juzgado de guardia con sus propios centrales, esos que le dieron la victoria a un Cádiz que fue juzgado a nivel nacional por un supuesto insulto racista de Cala a Diakhaby que el sevillano negó a sus compañeros. Pero la agónica y trascendental victoria quedó manchada ya por todo lo sucedido a la media hora de partido, Muy violento todo, muy desagradable. Muy feo.

Desgraciadamente, en esta sociedad ya no hace falta pruebas, ni siquiera un juez para condenar a cualquiera. Y ya puestos, en el fútbol también se juzga ya. Y no, no lo hace el que debe hacerlo, el árbitro de la contienda, lo puede hacer cualquiera que se sienta insultado. Este domingo ha sido Diakhaby, que con su razón o no (ya se verá), se cargaba un partido al dictar sentencia y señalar a Cala como racista, algo que el sevillano negaba desde el primer momento. Pero ya da igual la palabra de nadie. Sobre todo ¿para qué escucharlo si ya se le ha juzgado?

Y ese incidente marcó un encuentro embarrado por algo tan violento como esa acusación y lo que trajo después. La marcha a la media hora de un Valencia que se unía a su jugador ultrajado. Al Cádiz eso le sentó como un tiro. Descentrado y señalado, el once amarillo se agarró al encuentro como pudo y supo resistir hasta crecer tanto que hizo su propia justicia llevándose la victoria gracias a los goles de dos centrales que cogieron el martillo para decir que el Cádiz resiste y gana y hasta jugando a lo bonzo. Porque sí, por segundo partido consecutivo, los de Cervera tiraron de ambición y valentía pese a que el fútbol quedó en un segundo y triste plano.

Una pena la baja de última hora de Álex porque el once que pedía el cuerpo sonaba bonito, pero un esguince dejó fuera de combate al pelirrojo y Cervera optó por entregarla la mediapunta a Perea para jugar con dos bandas profundas con Jairo y Salvi. Quien sí entró fue el danés Jens Jonsson, que pese a entrenar un día y medio mal contado fue de la partida para un partido en el que la batalla en el centro del campo estaba garantizada.

Y con un once ilusionante salió un Cádiz CF presionando arriba a un Valencia que al minuto de juego se beneficiaba de una falta cometida por Cala que acabó con un lanzamiento lejano de Wass que enviaba a saque de esquina Ledesma. En apenas cuatro minutos, los valencianistas habían sacado sendos córners bien concedidos pero bien defendidos por el Cádiz.

Demasiado movidito comenzó el encuentro en Carranza para sospecha de Cervera, que salía de su banquillo para recordar a la tranquilidad que debe imperar en los suyos. Seguía el Valencia a lo suyo, es decir, sacando córners. Hasta seis en diez minutos. Producto de ello llegó un nuevo chut de Wass que volvía a repeler Conan con sus puños.

Estaba atractivo el duelo. El Valencia mandaba pero el Cádiz no renunciaba a las contra. En una de ellas, Perea se deshacía con clase y precisión de hasta tres rivales para que después Salvi, con buena intención, perdiera una bola en su camino a Negredo. Este ataqu

cala adelantó al cádiz. a. v.

e animó al Cádiz, que al cuarto de hora se adelantaba en el marcador tras la continuidad de un saque de esquina al se sumaron las torres Cala, y Fali. Y fue este tándem el cocinó el primero de la tarde tras un centro del valenciano que llegó a la cabeza de Cala, que con avidez superaba a Jaume, que se quedó a media salida.

Insistía el Cádiz en su ímpetu y aprovechando los momentos titubeantes del Valencia. Un centro de Negredo con muchísima intención cerca estuvo de empelmar Salvi para conseguir el segundo.

Pasaría factura esta ambición. Y qué razón tiene Cervera cuando llama a la calma y a la paz que da el aburrimiento, porque estando así el partido, bonito como estaba, al Cádiz le pintan bastos. El que le dio Gameiro tras un magnífico pase al hueco de Guedes que sirvió para empatar un partido del que volvería a sacar lectura el señor de las gafas

Pasados veinte minutos el partido estaba como empezó pero con un buen chorreón de fútbol por encima, que nunca viene mal para el espectador

Y se lió el taco

Corría el minuto 31 de partido cuando se armó el belén. De repente, y mientras la pelota andaba por el área valencianista Diakhaby entra en cólera con Cala y se desentiende del juego para encararse en el centro del campo con el sevillano, el que supuestamente le habría agredido verbalmente con la siempre hipotética sombra del racismo. El Valencia se planta y se solidariza con el jugador francés, enloquecido y presa de los nervios, y abandona el campo mientras tratan de calmar al central, al que el colegiado le había mostrado una amarilla.

A falta de pruebas, el Valencia decide volver condenando el racismo en su redes y 25 minutos después y con Diakhaby en la caseta, se reanudaba el partido desde el minuto 29. Un duelo ya sin chispa, alocado, con los jugadores del Cádiz idos y mas centrados los del Valencia, que por mediación de Thierry casi se adelanta de no ser por la madera tras el fuerte disparo del lateral con el que culminaba su incorporación al ataque.

Cariacontecido y desubicado por la extraña situación, el Cádiz y Cala muy especialmente daba gracias de irse al descanso con empate tras una reanudación que no le sentó nada bien.

Efectivamente, Cala se quedaba en el vestuario -donde negaba haber insultado al jugador francés- y en el segundo tiempo salía Marcos Mauro para intentar, entre todos, embocar de nuevo hacia la normalidad. Pero el Valencia seguía dominando con un Thierry desatado en ataque.

Con el fútbol ya en un triste segundo plano, el Cádiz volvía a dar señales de vida tras un cabezazo de Negredo que se fue alto cuando el crono marcaba el 56 de partido. La respuesta se la dio después Racik, pero otra vez Ledesma respondía para enviar su disparo a saque de esquina.

Como sonámbulos, y casi que por inercia, jugadores de Cádiz y Valencia avanzaban en un encuentro ya ensombrecido por el incidente que había marcado el encuentro y casi que la jornada liguera.

Pese a todo, el Cádiz le daba la vuelta a la tortilla y tiraba de concentración y garra para acercarse a la portería che. Y le ponía tanta fe que llegando el final del encuentro un buen centro de Alejo servía de bandeja a Marcos Mauro para catapultar a un Cádiz que pese a ser juzgado en su propia casa salió reforzado de un duelo que allana el camino de la salvación.

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