Rubén Alcaraz está de vuelta

El mismo día que el Cádiz cerraba la incorporación de Rominigue Kouamé para apuntalar el centro del campo, Rubén Alcaraz demostraba que, mientras esté en buen estado de forma, no hay quien lo mueva del once. Ante el Villarreal, el futbolista catalán volvió a completar un encuentro exquisito. Quizás no se hable tanto de su figura porque hubo otras que resaltaron mucho más como las de Darwin Machis, Chris Ramos o Iván Alejo, pero lo cierto es que su influencia está siendo diferencial para entender el exitoso inicio liguero que está protagonizando el Cádiz CF de Sergio González.

Alcaraz se ha reencontrado con su mejor nivel, aquel que supuso un punto de inflexión con su aterrizaje en la Tacita hace ya dos mercados de invierno, en plena tormenta por el cese de Cervera y con una situación clasificatoria agónica. La mano, en este caso el pie, del centrocampista fue fundamental para que Sergio González confeccionara un once mucho más solvente y resultadista. Con capacidad de abarcar grandes espacios sobre el terreno de juego, buena lectura táctica, compromiso defensivo y condiciones para generar ofensivamente tal y como demostró con sus tantos en Mallorca o ante el Valencia.

Y eso que la temporada pasada no fue fácil para Alcaraz . En numerosas ocasiones, Sergio González ha explicado que el nefasto inicio liguero no se debió tan solo a la inexistente planificación deportiva desde el palco, sino que también se mezclaron otros factores como el de las lesiones. Una de ellas era la de Rubén, que no pudo debutar hasta la jornada seis, fecha en la que el Cádiz CF venció al Real Valladolid y selló el punto de inflexión en tierras pucelanas.

Ante el Villarreal, el catalán confirmó que está de dulce. En su partido número cincuenta como jugador del Cádiz CF, Alcaraz estuvo de diez. Algo que ya había demostrado ante Deportivo Alavés, Almería, y, obviamente, en Montjuic frente al FC Barcelona, donde realizó un auténtico partidazo a nivel táctico y defensivo. Su última víctima fue el cuadro de Quique Setién. Fue el líder en pases completados (83.8%), en pases recibidos, en intercepciones de balón y en bloqueos. Además, fue el segundo en toques de balón y el tercero en disparos. De hecho, uno de ellos desembocó en el rechace de Jorgensen que Chris Ramos aprovechó para poner el empate en el electrónico.

Sin duda, unos números que acreditan el buen estado de forma del catalán. Tras el encuentro, declaraba que "me encuentro como todo el equipo. El equipo está de notable alto. Podemos mejorar muchos aspectos del juego y en momentos determinados, pero hemos empezado LaLiga muy bien. Sabemos nuestro camino y vamos a trabajar en ello que todos tenemos mucha ilusión este año". Un inicio que permite a los amarillos soñar con una permanencia algo menos sufrida que las temporadas anteriores. Y gran parte de culpa es Rubén Alcaraz, pulmón y brújula del Cádiz CF.