Cádiz - Mallorca
Victoria presidencial (2-0)
El Cádiz gana con facilidad a un flojo Mallorca para respiro de Manuel Vizcaíno, que saca brillo a su discurso tras salir de los puestos de descenso de forma temporal
Victoria del presi, al que se le presentaba un sábado movidito a pesar de sus dos últimos fichajes con los que, aunque tarde, el equipo ha salido fortalecido a falta de un central. A pesar de ello, el escenario que se le presentaba a Vizcaíno no era alentador al comienzo de la mañana y tras la concentración en las puertas de su estadio, donde volvía a escuchar eso de que se vaya para Sevilla. Pero el presidente cadista tiene el pecho cubierto de tiros y esto no es más que una etapa más que pasar y que, de momento, está volviendo a pasar con éxito.
La cómoda victoria ante un flojo Mallorca sacaba al Cádiz del descenso (a la espera de más resultados) y el discurso del presi volvía a salir fortalecido moleste a quien moleste. De entrada, porque el triunfo se comenzó a labrar sin ninguno de los refuerzos y de salida porque el Cádiz acaba la primera vuelta con 19 puntos y fuera del descenso. Declaraciones grandilocuentes 'made in Vizcaíno' al margen, lo cierto y verdad es que los de Sergio afrontarán la segunda vuelta con todo por hacer aún, sí, pero con mucho hecho y sin los recursos que acaban de llegar. Hay mucha vida y, le pese a quien le pese, el presi ya lo dijo, que no se estaba tan mal para tanta crispación.
Sergio sacó un once netamente ofensivo con dos delanteros como Negredo y el Choco Lozano y un centro del campo más que ambicioso con Alcaraz y Álex. De nada le sirvió, o puede que sí, el rapapolvo recibido en el Pizjuán, donde las ideas eran valientes pero quedaron desnudadas a lo largo del que ha sido el peor partido del Cádiz desde Vallecas. En las bandas volvía a confiar, ante las bajas de Sobrino y Alejo, en el decepcionante Bongonda y el esperanzador Ocampo para rematar el equipo con una defensa que tiembla en cada nombre que se pronuncia con Iza, Luis Hernández, Momo Mbaye y el Pacha Espino.
No es que saliera muy tranquilo el Cádiz al campo tal y como se pudo comprobar con un par de pérdidas en el centro del campo a la hora de sacar el balón desde atrás que afortunadamente el ataque bermellón no supo aprovechar para alivio de una afición tan animada como expectante.
Pudo salir al fin de su madriguera el Cádiz, que no espero ni al minuto cinco para probar al serbio Rajkovic, que tuvo que estirarse felinamente para despejar un cabezazo peinado por Negredo a centro del Pacha Espino, que con su derecha envió el balón al área tras una buena jugada de Brian Ocampo, tan incisivo en sus inicios como siempre. Embotellaba por momentos el Cádiz al Mallorca con dos saques de esquinas seguidos bien defendidos por la zaga visitante. Tras un despeje, Momo, el inexperto Momo Mbaye, se jugaba la expulsión tras una entrada por detrás involuntaria a Grenier, que gracias a Dios pudo volver al campo sin complicaciones y evitó a los de negro acudir al VAR.
Gol de Bongonda tras una posible expulsión a Momo
Y si antes Momo pecaba de ingenuo, a la siguiente mostró su poderío al sacarle de cabeza un balón en el centro del campo a Muriqi que Negredo dio continuidad de la mejor forma posible ayudándose en Ocampo para que el charrúa prolongase al vallecano, que ya en el área olió la entrada por el centro de Bongonda para poner un balón del que el congoleño sacaba oro adelantando en el 10' de partido al Cádiz.
Se le ponía el partido bien al Cádiz, pero ya se sabe, sobre todo tras el día del Elche, que eso no es motivo de tranquilidad y sí de incertidumbre con un equipo que cada vez parece más reacio a abrochar los partidos. Aprendido el error, los de Sergio siguieron la misma dinámica ante un Mallorca que daba facilidades al no dar ese obligado paso al frente que le marcaba el resultado.
Se iba llegando a la media hora cuando unos y otros equilibraron el guion. De pronto, toda la posesión que estaba siendo amarilla se fue tiñendo anaranjada y si antes Alcaraz y Álex aparecían más, ahora en cambio se dejaba notar más los patadones a seguir de los centrales Momo y Luis Hernández.
Tanto se equilibraron las cosas que el Mallorca pisó área amarilla a través de un pase en largo a Pablo Maffeo, que en su intento por centrar se encontró con la cadera del Pacha Espino que por poco mete en un aprieto a Ledesma, que pudo revolverse bien para que el balón no acabase dentro de su portería. Y con el rechace pudo llegar el segundo del Cádiz de estar más fino Bongonda , que no supo aprovechar una falta de entendimiento entre Raillo y Rajkovic tras un balón en largo de Negredo que se envenenó, pero el congoleño, con su pata de palo, mandó el balón fuera cuando no había nadie bajo palos.
Mano, VAR, penalti y gol del capitán
Pasada la media hora, el Cádiz volvía a estirarse, como estirado estaba el brazo de Valjent tras el centro chut de Ocampo que el VAR convertía en penalti en este fútbol que el que lo quiera, 'pa' él. Y para el Cádiz fue la pena máxima que Álex transformaba con tremenda frialdad y no menos alegría. Era el 38 de partido y muy mal se tenían que poner las cosas.
El Cádiz, con orden e intensidad, se imponía con facilidad casi que sin despeinarse frente a un Mallorca timorato y acomodado que solo llegaba al área de Ledesma por la banda de Maffeo, que a uno del 45' volvía a controlar dentro del área para empalmar y poner en apuros a Ledesma, que volvía a encarecer su nombre con una nueva parada.
El descanso cambiaba la fisonomía de cada equipo . Así, el Mallorca cambiaba su línea de cinco defensiva y la dejaba en cuatro, mientras que el Cádiz metía a más músculo en el centro del campo en detrimento del Choco Lozano, que se quedaba en las duchas.
Salió con algo de pachorra el Cádiz, que dejó crecer por su banda al recién entrado Kadewere, que se pasó de frenada en las dos internadas con las que se presentó en el área de Ledesma, que con unas palmadas a los suyos les pedía mayor intensidad. Quizás por eso, los amarillos despertaron. Así llegaron tres ocasiones, una por la banda de Ocampo y dos por la de Bongonda, con las que se provocaron tres saques de esquina sin demasiadas noticias.
Las siguientes que acontecieron fueron en el otro área, donde Muriqi, en fuera de juego, cazaba una pelota para toparse con el del siempre, Conan. Esa llegada no fue más que el inicio de otro empuje bermellón. Los cambios de Kadewere y Amath le daban al Mallorca ese punto de peligrosidad que hasta ese momento había sido inexistente.
No terminaba de funcionar ese triángulo formado por Sergio con Álex, Escalante y Alcaraz, aunque cuando no eran ellos aparecían los extremos Bongonda y Ocampo, que arrimaron el hombro tanto para defender como para tratar de contemporizar reteniendo el balón lo que podían y le dejaban. Veía Sergio desprotegido a su equipo y volvía a darle más fuerza en el centro del campo quitando a Alcaraz y metiendo al titán Fali.
Debut de Roger
Mejoró el Cádiz con el paso de los minutos, algo que notó Javier Aguirre para agotar sus cambios en el 73 y darle mayor velocidad al ataque bermellón con Antonio Sánchez y Ángel. A estos le respondía Sergio con el debutante Roger y Arzamendia, que entraban por Negredo y Arzamendia.
Corría el minuto 78 cuando Bongonda casi hace las paces con Carranza tras un trallazo desde el vértice del área que despejaba a córner el meta rojillo. Sería su último servicio del día porque en el 82 dejaba su sitio, tras corear la grada su nombre, a Parra.
Se celebraba ya la victoria en las gradas cuando, llegado el descuento, Kadewere pudo inquietar algo al cadismo cuando en el 91 disparaba con rosca y el balón se iba rozando el palo para alivio de Ledesma, que ya se veía otra vez rezando para no acabar perdiendo todo lo ganado. Pero esta vez no, esta vez los tres puntos se quedaban en casa, se ganaba el primero del año en Carranza y el segundo en lo que va de temporada.
