Cádiz - Getafe

Varados en casa (2-2)

Dos penaltis videoarbitrados y un descuento de un cuarto de hora condenan al Cádiz a no despegarse de la zona peligrosa

Unas manos involuntarias de Espino concedieron el penalti del empate al Getafe

Alfonso Carbonell

Al que le guste, 'pa' él. Vaya mundo y vaya fútbol que vamos a dejar a las generaciones venideras. Vaya tela. Lo mejor será, puestos a cargárselo, que se juegue a la consola y que los puntos se obtengan directamente de ahí. De hecho, parece que ya hay ligas de esas en las que están jugando los equipos de Primera con players con joysticks, mandos, teclas o con lo que quiera que se juegue ahora a la gameboy o como se llame donde ponen el FIFA. Porque lo que es el fútbol de hoy en día, desde luego, es lo más parecido. Después está el tema de los descuentos, que con el Cádiz se están cebando de manera indiscriminada. Nueve fueron ante el Rayo, diez este viernes ante el Getafe. Increíble. Vale que no debió cerrarse en su área ante un jugador menos, pero el añadido y después el penalti es para no echar gota. Varapalo gordo. Varados en Casa. Y todo, por el maldito VAR.

Como era de esperar, o no tanto cuando se tiene a un entrenador tan estudioso de cada rival como lo es Sergio, el Cádiz repitió el mismo once que sacó en casa hace dos jornadas ante el Rayo Vallecano y que tan buen resultado le dio. Por tanto, las dos novedades que introdujo el entrenador cadista en Anoeta para contrarrestar a los jugones realistas se los guardó en el banquillo en beneficio de dos que reservó en aquella contienda. Así pues, Álex y San Emeterio dejaban su sitio a Alcaraz y Guardiola, que de nuevo tocaban pelo desde el principio.

Se intuía bastante respeto sobre el campo entre dos rivales directos en un buen momento y se esperaba que fuera el Cádiz el que comenzara a enchufar a su gente, sin embargo se invirtieron los papeles y fueron los madrileños los primeros que avisaron tras un disparo de Munir a la salida de un córner que Ledesma detuvo en dos tiempos para evitar que el rechace le llegase al temible Eres Unal, que ya estaba con la caña preparada. No habían pasado ni dos minutos y ya había llegado una vez el Getafe, que no esperaría a que se cumpliera el 5' de partido para volver a probar al arquero local, que volvía a aparecer para detener un balón tras un disparo lejano que rebotó en un defensa para desviar levemente la dirección del balón que atrapó sin problemas el cancerbero cadista.

Los mimbres que ofrecía Sergio eran ofensivos pero la verdad es que fue el Getafe el que salió con más decisión y ambición en unos primeros minutos en los que el Cádiz se vio sorprendido por el empuje de los azulones. Tuvieron que pasar diez para que el color amarillo comenzara a notarse sobre el campo y para que eso fuera posible apareció Iza para avisar de que por su banda podían pasar cosas. Y vamos que si pasarían. La primera acción de ataque del portuense hizo variar un tanto la dinámica de un encuentro que al cuarto de hora podía considerarse igualado. Como prueba de este equilibrio llegó el primer lanzamiento a puerta de Bongonda, pero el disparo del congoleño desde el balcón del área resultó centrado y fácil para Soria, que como Ledesma, ya había protagonizado dos acciones.

Como estaba preestablecido, el encuentro se fue aburriendo conforme avanzaban los minutos, pero esto no tranquilizaba a los defensores cadistas, que no tendrían descanso siempre atentos al tridente formado por Unal, Mayoral y Munir.

Estando como estaba el partido, es decir, bloqueado, las ocasiones que llegaban venían a balón parado. Y en una de estas, pasada la media hora, llegó la más clara hasta el momento . Un córner del Getafe era mal despejado por Ledesma, que solo pudo prolongar para que el balón le llegase a Djené. Fuera ya de sus dominios, Conan no tuvo otra que irse hacia el togolés para achicarle la portería y conseguía repeler su disparo a quemarropa. El rechace, eso sí, le llegaba a Algobia, que vio como el cuerpo de Luis Hernández evitaba el gol. Suspiros en Carranza.

Pasaba el Cádiz sus peores momentos y no se restablecía. Eso lo olió el Getafe que siguió martilleando el área gaditana. Y si la de antes fue clara, a los 33' de juego vendría otra doble ocasión y de nuevo con otro centro al área que no fue bien despejado de cabeza por Fali. El balón le llegaba en la frontal a Maksinovic, que empalaba para ver como Ledesma se lucía y se revolvía en el suelo para salir a los pies de Unal, que se preparaba para marcar a bocajarro pero sin contar con el gato de Pergamino.

Gol de Sobrino en el peor momento del Cádiz

Tuvo cuatro ocasiones en dos y no las aprovechó el Getafe , que bien sabe lo que le pasa al que perdona. Y si no lo sabía, se lo recordó el Cádiz en el 38' de partido con un golazo de Sobrino tras una gran internada y mejor centro de Iza por la derecha que fue cabeceado, en un salto limpio y ejemplar que sorprendió hasta al mismo Sergio en su banquillo, por el manchego en el segundo palo llevando el éxtasis a la grada.

No se lo había merecido el Cádiz sin duda, pero ojo con esto. ¿No les suena? ¿No les suena que los equipos grandes llegan una vez y la meten? Pues en esas anda este equipo de Sergio , que sacó petróleo de una fenomenal jugada en donde se asociaron dos de los jugadores que más dudas generaron en otros tiempos. Qué cosas.

El encuentro siguió en la misma rutina anterior al gol y es que en el añadido Ledesma volvió a sacar sus guantes a pasear para repeler una volea de Munir previa prolongación de Mayoral cerca del área pequeña cadista.

Con esa parada y con el dominio visitante se llegaba al descanso. Y no, no sería esta vez el Getafe, acuciado por el resultado, el que avisaría primero en la reanudación. No, esta vez fue el Cádiz, que tras un centro de Espino y un remate de espuela y poco ortodoxo de Roger el que calentaba primero al portero rival.

No se echó atrás el Cádiz en estos primeros compases de la segunda parte. Los de Sergio pisaban con fuerza el área rival, donde había hasta cinco jugadores para rematar un centro de Iza que finalmente llegaba a Espino, pero el lanzamiento desde la frontal del charrúa no encontró puerta cuando tenía todo para él.

Se encontraba cómodo el Cádiz en este inicio, tan cómodo que a los diez minutos se sacó de la manga un jugadón de pizarra que casi sale a pedir de boca de no ser por la ejecución de Bongonda, que mandó el balón a las nubes desde el punto de penalti tras el pase atrás de Roger.

Todo iba de lujo hasta que apareció el VAR , que se chivó de una jugada en la que Escalante tocó la rodilla de Enes Unal en una jugada de chiste, como han convertido este fútbol que después se lo explica en Europa a los equipos españoles cuando le pasan por encima adversarios acostumbrados al contacto. Desde los once metros, el turco quitó las telarañsa de la escuadra.

Había que volver a remar y si injusto fue el gol del Cádiz, no menos lo fue el del Getafe. Así pues, la justicia se imponía con más de media hora por delante.

Pasado el 65' Sergio metía velocidad con Alejo y altura de remate con Chris Ramos sacando del campo a Roger y Bongonda. Hombre por hombre con perfiles diferentes. Y lo primero que vieron sobre el campo los recién salidos fue una magnífica ocasión de Guardiola, que recibía completamente solo cerca del área pequeña una asistecia desde la línea de fondo del Pacha que inexplicablemente el balear mandaba a las nubes tras echar el cuerpo atrás en el justo momento de un remate que debía haber sido letal.

El Cádiz tocaba y tocaba en campo rival y para frenar eso Quique metió a Luis Milla, Angileri y Portu para meter más fútbol en la búsqueda de un balón que ahora parecían quererlo con más ahínco los dos equipos. Más tarde, siguió reforzando el centro del campo con Aleñá sacando a Mayoral. Ahí estaba la pelea.

Estuvo parado un tiempo el partido por el lanzamiento de un objeto desde fondo sur y no le vino nada bien al Cádiz ese enfriamiento puesto que, acto seguido, Luis Milla botaba un córner peinado por Unal, que envenenaba un balón que tuvo que ser rebañado en la escuadra por el omnipresente Conan Ledesma, el mejor de los suyos.

Los cambios de unos y otros templaron el encuentro, que se vio abocado otra vez a sacar sus oportunidades a balón parado y de una de ellas llegó la siguiente para el Cádiz, que cerca estuvo de marcar tras un centro prolongado en el área rival y rematado fuera por Escalante.

Gol de Alcaraz de penalti

Empujaba el Cádiz y lo hacía bien a balón parado, bien con los saques de banda de Luis Hernández, que en el 81' conseguía forzar unas manos de Domingos Duarte por unas manos dentro del área que veía el trencilla para pitar un penalti que transformaba Alcaraz desde los once metros.

Ocho minutos más el añadido le quedaban a Carranza para respirar ante un rival que acababa con un 4-3-2 por expulsión de Duarte por doble amarilla.

La pizarra del cuarto árbitro señalaba ¡diez minutos! y Carranza tronaba de indignación. La gestión de ese descuento no fue bien llevada por un Cádiz que comenzó a achicar balones de manera infantil sin percatarse de estar en superioridad. Más tarde, dentro de ese mundo que suponen diez minutos cuando ya se han jugado 90, los de Sergio empozoñaron lo suficiente el duelo para acercarse aun final que remató a Carranza. Un balón frontal centrado que nunca debió llegar al área amarilla era tocado levemente por Espino para que otra vez el VAR, el mejor de los de Quique, volviera a ejecutar desde los once metros al Cádiz. Un empate que dejaba un profundo cabreo en una afición que cuando ya despegaba fue varada de la peor manera pero no menos conocida.

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