Cádiz - Eibar
(1-0) Paradón al descenso y... a los árbitros
Un gol de Negredo da los tres puntos al Cádiz tras una parada portentosa de Ledesma a un penalti injusto
Los de Cervera dejan la zona del 'ko' a seis puntos tras reponerse a otro desastroso arbitraje
No es la guerra del Cádiz pero no la puede evitar. Son señores de negro que se encuentra semana tras semana con ellos y, guste o no, es una batalla perdida. Por eso Cervera manda una instancia antes de morderse la lengua por pedir una roja de libro a un rival por segunda amonestación y por eso se echa las manos a la cabeza cuando ve por enésima vez como le pitan unas manos de chiste para que el rival tenga a su favor otro penalti.
Pero ni por esas, este Cádiz ya ha demostrado muchas veces que cuando peor se le ponen las cosas, más coraje y acierto saca . Como el de Negredo, que con un testarazo de película daba los tres puntos al equipo amarillo no sin destacar el paradón al disparo de un penalti de Ledesma, más Conan que nunca.
La victoria en casa era trascendental para volver a poner tierra de por medio con el descenso. Y es que si la jornada comenzó a tres puntos de él, se despide a seis. Todo un logro de un Cádiz que vuelve a confiar en el método más que nunca tras un 'Tourmalet' que lo dejó en un mar de dudas.
Y eso que no comenzó nada bien la jornada para el Cádiz, tampoco para el Eibar puesto que Valladolid y Elche estrechaban las cosas por la zona baja con sus victorias a Getafe y Sevilla, respectivamente. Más las sufrieron los vascos, que comenzaro el duelo en Carranza en puestos de descenso, quizás por ello fueron los que más centrados en el ataque salieron con un Bryan Gil que en su primera acción forzaba un saque de esquina tras el despeje de Cala, que volvía a la zaga supliendo al lesionado Fali. También regresaban los mediocentros José Mari y Jonsson, los mismos con los que el Cádiz arrancó de manera triunfal la Liga. Se quedaban en el banquillo Perea y Garrido.
Se impacientaba pronto Cervera , que saltaba del banquillo para chillar a sus hombres debido a las facilidades que estaban dando en defensa. Tantas que en apenas un cuarto de hora los de Mendilibar ya habían avisado en tres ocasiones, una de ellas con un gol anulado a Sergi Enrich por manos en su remate tras un gran centro de Pedro León que volvió a comerse Ledesma.
Roja perdonada a Enrich
Dichas manos le costó a Enrich la primera amarilla, lo que le valió al Cádiz para pedir la segunda del delantero tras una falta a la altura de la rodilla a Jonsson y que el árbitro no entendió merecedora de sanción y por tanto de expulsión.
Seguía con problemas el Cádiz, que solo se acercaba al área rival con muy pocos efectivos, uno de ellos, Salvi, que tras controlar bien un balón se sacó un zapatazo a la cepa del palo para
conseguir un gol que fue anulado por posición ilegal.
Casualidad o no, ese gol anulado al Cádiz hizo que el Eibar tomase más precauciones y los amarillos empezaron a dejarse notar algo más en campo rival. Negredo forzaba una falta cerca de la línea de fondo para que a continuación, y tras la falta botada por Álex, le llegase de rebote el balón a Salvi para que el sanluqueño empalmase alto un balón en lo que fue la mejor ocasión de los amarillos hasta ese momento.
Y así, con esa inercia, llegó el gol que adelantaba al Cádiz fruto de una dejada de pecho en centro del campo de Negredo con el que comenzaba a fraguarse un señor gol del madrileño, que corría hacia el área mientras Salvi y José Mari cocinaban la jugada para que Espino centrase al segundo palo donde llegaba un tiburón vallecano que ya ha modido siete veces en esta Liga.
Con renta para el Cádiz se llegaba al descanso de un encuentro donde aparecía de nuevo lo mejor de este equipo de Cervera, la seña de identidad que le mantiene vivo, esa especialidad de la casa que ya brilló en Ipurúa y que no es otra que dar un zarpazo cuando más cree el rival que está dormido.
Más asentado y mejor salió de la caseta el Cádiz, que no renunciaba al ataque pese a estar por delante en el marcador tal y como demostraba con un disparo desde fuera del área de Jonsson que fue a las manos de Dmitrovic.
No tenía otra el Eibar que buscar la portería de Ledesma y cerca estuvo Bryan Gil de encontrarla tras un zurdazo desde la frontal del área tras la asistencia de pecho de Enrich.
Ledesma salva un penalti injusto
Insistía más el Eibar por medio de Bryan Gil, que forzaba un penalti de Cala al entender, mal, Del Cerro Grande que las manos del sevillano obstaculizan jugada. Dicen que el penalti que no es
no se mete y eso mismo pasó gracias al paradón de Ledesma al lanzamiento de Dmitrovic. La temeridad de Mendilibar, esta vez, le pasó factura a su equipo, que se quedaba sin el empate desde los once metros.
No bajó la guardia el Cádiz y en la siguiente jugada Negredo casi sentencia con una genial vaselina a Dmitrovic que se fue lamiendo el palo de la portería guipuzcoana.
Metía más calidad Cervera en el campo, que sentaba a la velocidad de Salvi y apostaba por el control que aporta Perea.
Siguiendo el guión, el Cádiz fue poco a poco retrocediendo metros y cediendo el balón a un rival herido y que daba muestras de no dar con la tecla escondida por los de Cervera, que se encomendaba a Fali y Garrido en la contención y al Choco Lozano en la punta del ataque para dar descanso a José Mari, Jonsson y Negredo.
Con más de veinte minutos por delante, Iza pedía el cambio y Cervera retocaba el equipo con Álex, el chico para todos, como lateral e introducía a Jairo en el ataque.
No lo pasaba mal el Cádiz en la recta final del choque, donde incluso pudo sentenciar tras una galopada increíble de Sobrino y que acabó con un pase a Lozano, que la rompía ante Dmitrociv lanzando la bola alta. Al rato, otra vez el hondureño la tuvo en sus pies después de un centro de Jairo, pero de nuevo el remate del Choco se iba alto, como las aspiraciones de este Cádiz, que vuelve a sonreír.
