Cádiz Cf

El Beckenbauer de la Bahía se sincera

Carmelo Navarro repasa su etapa como futbolista amarillo y lamenta "no haber ascendido y dejar al equipo en Primera División"

Defensa cerrada

Carmelo Navarro, junto a Manuel Vizcaíno

P.V.

Carmelo Navarro (Murcia, 1959) es uno de esos futbolistas que representan a la perfección al deporte rey de los ochenta y principios de los noventa. Aquel de menos elegancia y de mucha más brega. Portando un look que una gran mayoría de aficionados extrañan en la actualidad, donde los futbolistan acuden al peluquero dos veces por semana. El central defendió los colores del Cádiz CF durante siete temporadas tras jugar en en el Portuense, Salamanca, Real Betis y Recreatiivo de Huelva. En el antiguo Carranza fue pieza fundamental de la mejor etapa de los amarillos en la máxima categoría, donde se ganó el apodo de Beckenbauer de la Bahía, aunque se despidió con un doloroso descenso a Segunda División. Afincado en la provincia desde los dos años, aún continua viviendo en tierras gaditanas.

Carmelo se sincera en los medios del club

Quien fuera defensa central del primer equipo amarillo atendió a los medios oficiales del club, donde reconoció que su generación de jugadores hizo lo que pudo. "Hemos intentado ayudar a que el Cádiz CF se quedara cuantos más años en Primera División, porque ya no solamente era lo que era el Cádiz CF como entidad y Cádiz como capital, sino como provincia". En este sentido, catalogó aquella época como "muy bonita" y que, además, fue "para enmarcar, con los medios que tenía aquel entonces el Cádiz CF...". "Estoy muy orgulloso de haber contribuido al mantenimiento del Cádiz CF tantos años en Primera, lo que teníamos en mente era mantener al Cádiz CF en Primera División, que era nuestra ilusión y nuestra meta", explicó.

Asimismo, mostró su satisfacción porque "jugar en el Cádiz CF y haber disfrutado de estar en mi casa era una ilusión". "Cádiz es como si fuera mi casa, y el que no ha venido a Cádiz no sabe lo que es la vida realmente, es otra manera de ver la vida, de actuar, la gente es muy abierta, agradable y acoge a todo el mundo. En el equipo, cuando venía alguien de fuera, inmediatamente se sentía como si hubiera estado toda la vida con nosotros. Para nosotros era una alegría y, para mí, fue una felicidad muy grande, primero, por volver a mi casa, y segundo por encontrarme con compañeros con los que habíamos jugado en infantiles y juveniles, cuando el Cádiz CF era nuestra guía".

En relación a su larga trayectoria como futbolista, Carmelo también reconoció que disfrutó siempre en el terreno de juego. "He podido hacer hasta donde he llegado, porque tuve la suerte de que me respetaran las lesiones, de tener entrenadores que confiaron en mí y yo nada más que me dejé llevar. Para mí ha sido muy fácil la época del Cádiz CF, tuve la suerte de jugar. Lo único que me quedó es no haber ascendido y dejar al Cádiz CF en Primera División. Si me tocara vivir otra vez en el mundo del fútbol volvería a vivir todo lo que he vivido. Para mí era una delicia venir a entrenar, habrá gente que haya disfrutado igual que yo, pero más no. No cambiaría nada", zanjaba el murciano.

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