203 días dentro de un castillo inexpugnable

Pablo Vallejo

02/04/2023
Actualizado 03/04/2023 a las 11:06h.

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Nada es eterno, tampoco en el fútbol y menos en una situación de vida o muerte como en la que se encuentra el Cádiz CF en LaLiga. Los de Sergio González, aturdidos por el nefasto arranque liguero, encauzaron el rumbo y el primer paso fue hacer del feudo gaditano un escenario inexpugnable para los rivales.

Tras las derrotas ante la Real Sociedad en el choque inaugural, la contundente goleada recibida por el Athletic Club y el duelo marcado por la emergencia médica ante el FC Barcelona, los amarillos dijeron basta y comenzaron a armar un plan que se ha mantenido en el tiempo durante seis meses y 22 días.

Equipos de nivel como el Villarreal, Espanyol o Real Betis tan solo fueron capaces de lograr un empate en Carranza, y en los tres casos el Cádiz pudo llegar a hacerse, incluso, con los tres puntos. El Atlético de Madrid, en el último encuentro en casa de los de Sergio González antes del Mundial de Catar, mordió el polvo ante un cuadro gaditano efectivo y que se llevó el gato al agua con un gol de Rubén Sobrino en el minuto 97. Tras el parón llegaría la mejor imagen, aquella que se puedo contemplar en varios tramos en el empate frente al Almería o en las contundentes victorias acometidas contra el Mallorca o el Girona, donde el Cádiz disputó los que han sido, hasta el momento, sus mejores minutos de la campaña. En este periodo, el club capitalino también ha sido víctima de lamentables arbitrajes (Elche y Getafe) que, a pesar de contar con fuertes negligencias por parte del estamento, tampoco de tradujeron en derrotas.

Por lo tanto, ser fuertes en casa fue un punto de inflexión más que necesario que, además, ha ido fortaleciéndose progresivamente con el paso de las jornadas y que ha logrado volver a conectar en profundidad con la afición, que mostraba su preocupación en forma de críticas a la directiva y al presidente debido a las necesidades cualitativas de la plantilla. El mercado de invierno apaciguó el malestar y aupó una comunión entre grada y equipo que ha desembocado en una buena dinámica de puntuación de los de Sergio González, que se han revelado como uno de los equipos más fuertes y con mayor identidad de la zona media baja en el último tramo de curso.

Pero todo tiene su final y el del Cádiz en el antiguo Carranza fue ante el Sevilla. El fondo de armario del que presumía el técnico catalán se ha visto desgastado debido a lesiones como las de Brian Ocampo, Escalante o Roger Martí, y las sanciones sobre Iza Carcelén y Conan Ledesma. Por su parte, el cuadro hispalense, que estrenaba a José Luis Mendilibar en el banquillo, llegó con las ideas claras y con la fuerza que otorga un nuevo preparador. Eficaces, resolutivos y sin las complicaciones habitualmente exhibidas bajo el mando de Sampaoli.

El Cádiz, muy descafeinado aunque sin realizar un mal encuentro, otorgó ciertas facilidades que matan. Ocampos primero y En-Nesyri después fueron los autores de unos tantos que sepultan el registro amarillo ante su afición.

Sin embargo, el mensaje a modo de conclusión de este texto no es para nada alarmista ni negativo. Todo lo contrario. Los de Sergio González han mostrado una fortaleza brutal en su feudo a pesar de los múltiples atropellos sufridos. El nivel anímico del vestuario es admirable y la capacidad del cuerpo técnico de levantar al grupo y hacerlos pensar en el próximo envite, también. En una de las temporadas más igualadas de la última década, el Cádiz se está codeando con todos y contra todos y, en el momento de pulsar estas teclas, se mantiene fuera de la zona de descenso, que es el objetivo único y principal.

Tal y como comentaba Negredo tras el duelo ante los sevillistas, “no hay que volverse locos, sabíamos que podíamos tener alguna derrota. Hoy ha sido así y así es el fútbol. Llevábamos tiempo sin perder en casa, que es un dato positivo, pero no hemos podido seguir con esa racha. La gente ha estado con nosotros, el recibimiento ha sido espectacular y esperemos que sigamos así de aquí a final de temporada”, concluía.

Y así será, Álvaro. Porque la grada está con el equipo y el equipo está con la grada. En la mente de todos está el repetir la gesta del curso pasado y acabar logrando la permanencia. Y, para ello, el estadio gaditano será fundamental. La presión y el aliento de la afición será diferencial, y el Cádiz responderá con victorias en el terreno de juego. La hoja de ruta, ilusionante al igual que tremendamente dificultosa: Real Madrid, Osasuna, Valencia, Real Valladolid y Celta de Vigo. Esos son los cuadros que aún deben pasar por la Tacita de Plata. Abróchense los cinturones.

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