Amortizados

No había sorpresas en el once pero se terminó de confirmar lo esperado. Los parches volvieron a su lugar tras su rol y los titulares regresaron con suma fuerza al once tras cumplir sus partidos de sanción. Y después de todo, pues la cosa no ha salido del todo mal . Mucho mejor, eso sí, en la portería.Algo peor en el lateral derecho. Pero en líneas generales, los chavales han cumplido. Esta conclusión es la que fácilmente puede escucharse en una conversación cualquiera entre dos aficionados cadistas que a mediados de marzo, es decir, justo después de que se conociera las sanciones sobre Conan Ledesma (cuatro partidos) e Iza Carcelén (tres), bien podrían estar con las carnes abiertas al verse como los dos únicos parches que tenía la plantilla tendrían que salir al verde. Y a la vez.

Y es que tanto David Gil como Raúl Parra apenas contaban con experiencia en Primera . El primero siempre ha sido el eterno suplente del Cádiz CF.Primero lo fue de Cifuentes y después le tocó serlo de Ledesma.Por su parte, Parra jugó el curso pasado con Sergio y se recordaba su gran partido en la heroica victoria del Cádiz en el Nou Camp y su marcaje a Ferran Torres.También jugó en Copa ante el Valencia y había incluso más confianza en él que en su compañero bajo palos. Eso sí, su cesión al Mirandés, donde era suplente en el momento que Vizcaíno lo repescó, chirriaba un poco. Era por algo.

De los dos, el que más ha gustado ha sido David Gil, un portero que Sergio se empeñó en renovar a pesar de saber que sería su suplente . De los cuatro partidos que ha defendido la portería cadista estuvo bien en Almería, mal ante el Sevilla, seguro ante el Betis y excepcional ante el Madrid. Notable para el getafense, que puso la guinda a su sustitución con un señor partido ante todo un Real Madrid, un equipo que apenas levanta el balón del suelo, gran talón de Aquiles de Gil.

Su compañero ha sufrido un poco más . De hecho, a sabiendas de la importancia del encuentro frente al Betis, el club consiguió la cautelar para Iza, que se salió en el Villamarín a diferencia de Parra, que sufrió lo indecible ante el Real Madrid, donde para colmo tuvo el feo detalle de pedirle la camiseta a Rodrygo en el descanso cuando, además, lo estaba bailando. No estuvo mal en Almería, donde jugó su mejor partido aunque tuvo que pedir el cambio por inactividad. Ante el Sevilla cumplió dentro de un mal partido en general. Aprobado ramplón.