La afición del Cádiz, indignada

Alfonso Carbonell

14/11/2022
Actualizado a las 18:35h.

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«De vergüenza», «ridículo», «de vergüenza», «patético», «insoportable», «y ahora, de vacaciones que se ven encima»..., estos y otros muchos más términos peyorativos ha empleado buena parte de la afición para reprochar la imagen con derrota que sufrió el Cádiz CF a manos de un equipo que va último de su grupo en la Primera RFEF, lo que era la Segunda B.

Así que, puestos a ser positivos o no, que los jugadores del Cádiz CF estén desconectando de vacaciones de una semana en estos momentos puede ser hasta bueno para que no se empapen estos días de escuchar y recibir reproches de una afición que se siente muy dolida por la derrota en Irún ante un equipo de tan inferior categoría en comparación. Y eso tan solo pocos días después de que la misma afición que ahora critica se enorgulleciera por el digno papel de los suyos en el Bernabéu, donde se quedo a un cabezazo de Espino de empatar.

Pero así es el fútbol. Ingrato o no, la afición no descuida el nombre y se cree en una amplia mayoría que el escudo bien vale otro pase copero como para no arrastrarlo por un campo de la extinta Segunda B.

Tantas han sido las críticas que incluso se ha superado el nivel. La afición no perdona a los causantes de esta dañina derrota, los jugadores, sino que van más allá y señalan al entrenador Sergio González. Y sí, aunque parezca mentira se debate, que no se cuestiona, la continuidad del entrenador de Hospitalet de Llobregat a pesar de que los tres últimos encuentros en Liga (Atlético, Getafe y Real Madrid) el once amarillo ha demostrado ir por el buen camino a pesar del borrón mayúsculo que se se dio en Vallecas, donde la manita vallecana dolió mucho también en el aficionado medio.

¿Llueve sobre mojado? Es posible. De hecho, muchos recriminaron a Sergio sus disculpas pñublicas tras el 3-2 del Real Unión puesto que se cree inaudito que un club de Primera pierda en el campo de un Primera RFEF.

La causa del debate es el siguiente. Queda un mundo para que la Liga vuelva a comenzar a andar debido al parón por el Mundial de Catar y todas las direcciones deportivas, en el caso de albergar dudas sobre su entrenador, entenderían que ahora es el momento preciso para cambiar de piloto dado el tiempo que tendría para trabajar junto a su nuevo equipo. Pero no es el caso del Cádiz CF, donde la confianza recobrada en Sergio en estos momentos es total.

Un buen ejemplo de que el club está con el entrenador pese al varapalo en tierras vascas fue el tuit desde la cuenta oficial del Cádiz CF en el que lejos de recordar la triste derrota en el Gal se recuerda el gol de Sobrino que supuso el 3-2 contra el Atlético de Madrid para un titular que reza: «¡Explosión de alegría!», algo que no pocos volvieron a utilizar para criticar la caída en desgracia del equipo ante el Real de Unión. «Explosión de mármol», le llega a contestar con arte un seguidor amarillo. U otro, que no con menos gracia piensa en alto y suelta que «hay veces que pienso que se estais cachondeando de nosotros».

Pero el caso es que toda el honor que se mostró en las redes tras el 2-1 en el Bernabéu ha tornado ahora a un clima agrio en un entorno que ha pasado del cielo tras la gloriosa victoria frente al conjunto colchonero al escarnio tras lo ocurrido en Guipuzkoa.

Muchas han sido las tesituras por las que ha pasado en esta Liga el Cádiz y no menos ha estado el nombre de Sergio en solfa. De hecho, por estar ha llegado a estar en el disparadero después de que el equipo comenzase a andar con cinco derrotas consecutivas y una imagen lamentable en casi todas ellas. Sergio incluso llegó a verse muy cuestionado y en el patículo con ocasión del encuentro de la sexta jornada en Valladolid que un gol de Negredo le salvó de la destitución a juzgar por sus propias palabras.

No fue la única vez que ha estado en duda el catalán . La derrota en Vallecas hizo mella en la directiva, que decidió esperar al encuentro en Getafe para dictar sentencia y encotrándose, por el camino, con la espléndida tarde que el Cádiz CF regaló a su parroquia al vencer al conjunto el Cholo Simeone en lo que ha sido el mayor disfrute de este año para el aficionado. Esa trepidante victoria ante los colchonreros alivió a todos y se confirmó la mejoría con dos partidos muy serios ante el Getafe -que se supone es un rival directo- y el Real Madrid. Conclusión: Sergio sería el entrenador en 2023 y se cortaba la comunicación con José Bordalás, un técnico muy opuesto en el concepto de fútbol que el entrenador catalán y actual inquilino del banquillo de Carranza.

Pero el fútbol tiene lo que tiene y lo que hoy es negro mañana puede ser blanco. El ejemplo más claro es ver cómo ha cambiado el clima en el entorno tras la derrota en Irún en comparación a la del Real Madrid.

La afición se ha crispado y el ambiente se ha enrarecido en un momento delicado por el parón. Sin duda, dejar esta imagen mala con tanto tiempo sin fútbol no debe afectar al equipo en su trabajo diario pero sería bueno para la afición quedarse con lo bueno antes que con lo malo. Pero lo cierto es que el Cádiz CF está en puestos de descenso y compartiendo situación con equipos llamados claramente a salir de estas circunstancias.

La directiva está tranquila porque lleva viendo brotes verdes desde la séptima jornada ante el Villareal en casa, primer partido que el Cádiz CF mereció algo más que perder. Después mejoró ostensiblemente en el campo pero no en los resultados. Llegó el borrón de Vallecas y volvieron unas dudas que han vuelto a virar en certezas tras los tres últimos encuentros de Liga. Y claro que se piensa que destituir al entrenador por un partido de Copa se considera una locura.

Eso no quita para que a la vuelta de la competición, la guadaña del banquillo pueda volver a merodear por Carranza en el caso de que no se comience a sumar de tres en tres en duelos factibles de hacerlo contra Almería, Valencia, Elche, Sevilla o Mallorca. Si hay el Cádiz CF no destaca y sube peldados por derecho en la clssificación, la cosa podría variar. Algo lógico, claro está.

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