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Kouamé, a pesar de todo

La calidad y el buen momento del africano, unido a las necesidades del equipo, obliga a Pellegrino a pasar por alto su inadaptación al bloque

Kouamé y Samassekou sonríen juntos tras la victoria ante el Atlético. ccf

Alfonso Carbonell

De primeras, ya no entró con buen pie en el vestuario del Cádiz CF dado que su fichaje fue más de club que de entrenador. Sergio no pedía sus características ni se amoldaba al perfil de mediocentro que le faltaba y a medida que fueron pasando las jornadas se fue confirmando que lo que decía el exentrenador cadista no era producto de una ensoñación. Pero ojo, la labor del área deportiva del Cádiz CF no es para nada criticable ya que desde el primer momento 'Romi' se convirtió es una «apuesta a medio largo plazo del club», según Juanjo Lorenzo, responsable del área deportiva amarilla.

Kouamé, de 26 años , tiene nacionalidad de Costa de Marfil y de Mali, habiendo pasado su carrera entre el Troyes y el Lille. En Primera División de Francia ha jugado 72 encuentros, anotando en ellos dos goles y ha dado cuatro asistencias. El club cadista desembolsó 2,5 millones de euros por un jugador que ya en verano se sabía que iba a necesitar un proceso de adaptación. Y en efecto, Kouamé no ha empezado a ser ciertamente utilizado hasta bien entrada la segunda vuelta y debido al bajón de rendimiento de Escalante.

Además, todo hay que decirlo, Kouamé no ha puesto mucho de su parte a la hora de aclimatarse tanto a su nueva residencia como a sus compañeros. El idioma ha sido una traba importantísima para que se encallara en los sistemas de Sergio y hasta en los primeros días de Pellegrino, que no ha tenido otra que liarse la manta en la cabeza y alinear al internacional maliense dado que con lo que tenía no le estaba dando. Y de momento, no se ha equivocado. Al africano lo ha intentado blindar con Alcaraz incansable y al que le ha puesto dos escuderos de primer nivel como Ousou y Chust, ambos en un gran estado de forma.

Jugando donde juega, en plena sala de máquinas es clave saber entenderse con sus compañeros y por lo que sea a Kouamé no le debe estar gustando el castellano porque apenas se ha preocupado por hablarlo. De hecho, aún se recuerdan esas imágenes de Sergio en el área técnica ayudándose de Momo M`baye para que le tradujera en pleno Cádiz - Real Sociedad una serie de órdenes que vaya a saberse si las cumplió o no. Y es que Kouamé es calidad, pero también anarquía, algo que no debe gustar a entrenadores tan meticulosos en el engranaje táctico como el catalán y el argentino.

Kouamé solo habla francés y la barrera idiomática ha sido mayor si cabe que sus carencias tácticas a la hora de introducirse en un sistema encorsetado, sin embargo, la premura de la clasificación y la ausencia de mediocentros que puedan aportar algo distinto a lo que da el africano le han hecho a Pellegrino encomendarse a la verticalidad que ofrece un jugador que va por libre, también en el vestuario, donde apenas se ha integrado más allá de los compañeros que hacen por entenderle.

Pruebas sobre el campo ha habido varias que no han gustado en absoluto. La más evidente sucedió con ocasión del encuentro en Carranza ante el Betis en el que Pellegrino sustituía a Gonzalo Escalante por un compañero; acto seguido, el mediocentro argentino hacia entrada en el banquillo y daba la mano a todos sus compañeros y cuando se la ofreció a Kouamé en repetidas ocasiones el africano se negó a dársela ante la estupefacción de Maxi Gómez, que no dudó en chocársela de antemano para quitar hierro a una situación más que pesada.

No han quedado ahí los feos de Kouamé a algunos de sus compañeros; sin ir más lejos, el pasado sábado las tenía con Juanmi cuando le entregó un balón por el que el delantero malagueño no apostó por sus razones. Pues bien, el maliense agitó sus manos, le gritó y le afeó de manera contundente y con todo el público de Carranza presenciando el lance y no lo hizo solo en un momento determinado sino que alargó la tensa relación hasta que el bético, cansado y sorprendido a la vez, le dijo que parase.

Cierto parecido a Abdullah

No, no debe ser Kouamé un futbolista fácil en el día a día. Incluso podría compararse, sin llegar a tanto, con Abdulah, ese jugador de Comores traído por Juan Carlos Cordero que maravilló no pocas veces en Segunda pero con un carácter un tanto desquiciado y díscolo tal y como se vio en un encuentro en Carranza que se encaró con Alvarito García y por lo que Quique Pina tuvo que saltar al verde para calmarlo y que la sangre no llegase al río. Como Abdullah, Kouamé tiene en su fútbol lo mejor y es el momento de que Pellegrino sepa exprimirlo con la esperanza de que mesure sus formas con sus compañeros.

Las buenas noticias llegaron en enero para Koaumé, al que se le ve al menos un poco más calmado gracias a la presencia de un compañero suyo cuando ambos son convocados con Mali como Samassekou, que se acordó de de 'Romi' en su presentación. «Tengo aquí un gran amigo como es Rominigue Kouamé que me habló del club», manifestó uno de los refuerzos invernales del Cádiz CF.

Y así, poco a poco, discusión a discusión, Kouamé está entrando en los planes de un equipo al que, al margen de sus desplantes, está favoreciendo en el campo, que al fin y al cabo es para lo que se le contrató y no para hacer amigos.

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