Excadistas
Chris Ramos «Aquí hasta el cocinero te pinta la cara jugando al que no caiga»
El delantero gaditano del Botafogo cuenta cómo está viviendo una experiencia que ya asegura que estar cumpliendo un nuevo sueño
Chris Ramos se marca un Joaquín
Chris Ramos, en su presentación.
El que fuera delantero del Cádiz CF y que ahora juega como cedido en el Botafogo de Brasil, ha atendido esta tarde al programa La Jugada de Canal Sur para contar a los andaluces cómo le va la vida al otro lado del charco. Acaba de llegar y está con las cosas que se debe estar cuando uno llega a una ciudad desconocida. Así lo cuenta. «Esta semana estoy un poco que no paro porque al final son muchas cosas; es un cambio de vida drástico porque al final ya no es que salga de España, sino que salgo de Europa, otro continente, otra cultura. Estoy encontrándome un poco con el tema de la casa, del papeleo, visado y demás. Pero bueno, afortunadamente el club está a mi disposición ya que tengo trabajadores que me ayudan en todo lo que necesite y ya ve voy asentando. Además, estos días también llega mi novia y estaré ya mucho mejor», desea de entrada el gaditano, que comunica que «en lo deportivo también súper bien».
Ha llegado a un transatlántico y eso se nota desde el primero instante. «El club es una gran familia; hay muchísimos trabajadores, muchísimos. Es una locura», dice del Botafogo que entrena Davide Ancelotti con el exsevillista Luis Tevenet como ayudante. De ellos dice que le «han ayudado muchísimo» en sus primeros días de adaptación.
Chris Ramos está a lo que está y hasta el día de hoy se centra en sus temas burocráticos y en el balón, así que de turismo, nada. Y especifica además sobre las distancias en Río de Janeiro. «Yivo en Río, lo que pasa es que esto es grandísimo, es enorme. Si Río fuera Cádiz, yo viviría en Conil», sintetiza de gran categoría.
«La verdad que no me ha dado tiempo a visitar mucho. También estoy esperando a que llegue mi novia y mi familia para hacer un poco de turisteo. Pero tampoco he tenido tiempo porque aquí también jugamos cada tres días. Hay muchos partidos de Liga, de Copa, de Libertadores... Bueno, la Libertadores ya no porque nos eliminaron», recuerda con pesar de no haberla podido jugar siquiera al estar recién aterrizado cuando fueron sus compañeros eliminados.
Poco a poco, el ex del Lugo se va instalando y «por suerte« ya ha encontrado casa. Por ello, confía en que a partir de mañana comience «ya a hacer un poquito más de vida normal y vida social».
Río tiene tres equipos de los grandes en la máxima categoría (Vasco de Gama, Fluminens y Botafogo), lo que hace a la idea de cómo se vive el fútbol allí. Así lo expresa Chris, al que se le nota en la voz su alegría. El fútbol «es una auténtica locura aquí. Desde chicos nacen y tienen directamente un balón en los pies», comenta alucinado y pone un ejemplo del ambiente que se respira en cada encuentro. «La semana pasadajugamos la ida de los cuartos de Copa de Brasil, que es un torneo de los que más se viven y que este club nunca lo ha ganado aún, por lo que este año es un objetivo. Pues bien, es brutal el ambiente. O sea, yo no he vivido cosa igual, ni he visto ni como jugador ni como espectador cosa igual», asegura antes de recordar «la entrada» en el campo, donde «hubo fuegos artificiales; eso parecía una final del Mundial». «Estábamos saliendo Luis Tevenet y yo al campo y me dice: 'Esto lo cuentas tú en Cádiz y no se lo creen'. La verdad que es espectacular, es una locura cómo lo viven, cómo lo sienten; es brutal poder jugar aquí al fútbol».
Hace no mucho salió lesionado de un encuentro tras un golpe en la cabeza por el que tuvo que estar, por protocolo de seguridad, varios días de descanso y sin entrenar. «El golpe fue un poco fuerte y tuve que salir en ambulancia y hacerme pruebas rápidamente para descartar cualquier cosa grave . Afortunadamente todo quedó en un susto, pero por el protocolo de traumatismos te obligan a estar cinco o siete días sin practicar deporte, haciendo determinadas pruebas y ejercicios para ver que todo está bien. Por suerte, ya estoy bien y entrenando con normalidad».
A continuación, narra cómo ha vivido el mercado de fichajes que acabó con su marcha de Cádiz. «Ha sido un verano bastante difícil, bastante complicado; se hablaba mucho de mi salida; había clubes de Primera en España que también estaban interesados, pero a mí todo el mundo me conoce y sabe lo cadista que soy y siempre seré. Pero bueno, también soy persona y me gusta crecer, me gusta ir a más, tenía la oportunidad de poder crecer y tanto para el Cádiz como para mí creo que era una buena opción para los dos el poder salir».
«Al principio de mercado no era un objetivo mío (ir a Brasil), pero porque no me lo podría imaginar; pero en el momento que hablé con Davide (Ancelotti) y que supe el interés de aquí no me lo pensé dos veces porque es una gran oportunidad venir al campeón de Sudamérica, al actual campeón de Sudamérica», sostiene.
Al gaditano se le nota que está encantado. «No sé cómo será estar en el Madrid o en el Barça, pero es que aquí a nivel deportivo lo tienen todo; la ciudad deportiva, el estadio, los trabajadores te ayudan en todo; la verdad que era una oportunidad muy bonita y sobre todo una experiencia el poder salir de casa, el poder conocer también mundo; soy una persona que no le tiene miedo a lo desconocido, al contrario, me motiva y la verdad que estoy muy contento de la decisión que he tomado; es un orgullo poder estar en esta ciudad porque para vivir es brutal».
Reconoce que «tampoco tenía muchas ideas del fútbol brasileño, lo desconocía un poco, aunque es verdad que este verano en el Mundial del Clubes he visto equipos y el nivel que había aquí, tanto futbolístico como económico».
Sobra decir que no considera un retroceso el hecho de salir de Europa. «No creo que sea un paso atrás, sino al contrario; me apetecía mucho esta experiencia, no todo el mundo puede decir que ha podido jugar en Brasil, en el Maracaná, la Libertadores, yo creo que para mí es un honor y era una oportunidad que no podía rechazar; por eso no me lo pensé dos veces».
«No es un adiós, es un hasta luego»
Vive un sueño tras disfrutar otro en su casa. «He cumplido millones de sueños en estos dos años y medio que he estado en el Cádiz; para mí sin duda alguna no es un adiós, es un hasta pronto, porque soy cadista y lo seré siempre; he sido muy feliz, tanto yo como mi familia hemos vivido momentos bonitos y momentos no tan bonitos, pero a todo le he sacado siempre el lado positivo; he sido un privilegiado de poder estar dos años y medio cumpliendo sueños, jugando para el equipo de mi vida, haciendo goles, consiguiendo objetivos, disfrutando de cada momento, de cada entrenamiento, y hacer lo que me gusta y poder estar rodeado de familia y los amigos; yo creo que eso es lo más difícil del fútbol, jugar a alto nivel al fútbol y encima hacerlo en tu casa», acierta a decir.
La mayor pena que se lleva fue el descenso a Segunda y la decepcionante temporada pasada. Dicha dinámica generó mucho ruido en torno a un equipo que ahora se ha rejuvenecido de la mano de Garitano. «Ruido siempre vas a tener cuando estás en un club grande, y con esa afición siempre vas a tener esa presión; al haber descendido, te ponen esa etiqueta de equipo que tiene que ganar todos los partidos y estar arriba todas las jornadas, pero la realidad es que la Segunda División, da igual que hayas descendido, es de las más igualadas de Europa porque el primero le puede ganar al último», resume.
Y sigue diciendo que «hay que estar preparado tanto futbolísticamente como mentalmente y la realidad es que no fue la temporada que queríamos ninguno de nosotros, pero bueno, el fútbol es así, tiene sus épocas buenas, sus épocas malas; estoy seguro que de los errores se aprende. Creo que este año el Cádiz, con la experiencia del año pasado, ha hecho una muy buena plantilla, con un gran entrenador, una gran directiva y están haciendo las cosas bien. Estoy seguro que van a ser un un grandísimo año», desea.
Por supuesto, no cierra la puerta a un regreso, aunque «en el fútbol nunca se sabe. Lo que sí sé es que soy del Cádiz y siempre lo voy a hacer y aunque el día de mañana nunca se sabe, sé que el Cádiz siempre me tendrá las puertas abiertas y yo siempre tendré las puertas abiertas para el Cádiz», promete.
Y a vueltas con Brasil, Chris Ramos se deleita con la cultura de fútbol que hay en su nuevo país de residencia. «Desde el primer día que que llegué flipé con la calidad técnica individual que tienen aquí los jugadores. Aquí hasta el cocinero te hace un que no caiga y y te pinta la cara. Es una locura; están todos los días jugando a al que no caiga, a pasarse el balón; técnicamente son increíbles», atestigua.
Aún no ha podido vivir un partido de la selección carioca, algo que puede producirse en breve. «Este jueves juega la selección brasileña aquí en el Maracaná, lo que no sé es que si voy a poder ir porque tenemos entrenamiento de tarde; a ver si me da tiempo porque aquí la cuestión es que estoy a hora y media del Maracaná, y además, aquí el tráfico es una locura también».
Sin duda, que el hijo del seleccionador brasileño sea su entrenador le ayudará a tener entradas. Precisamente, habla de Davide con devoción. «Una de las cosas principales por las que he venido también es por él, por su interés, por sus ganas que tenía; él me conocía ya de España de habernos enfrentado; sabía de mí, sabía de mis características, de mis cualidades y desde el primer momento me dio esa confianza y esas ganas para venir aquí; le estoy totalmente agradecido porque además es un grandísimo entrenador ya que ha tenido a uno de los mejores entrenadores de de la historia del fútbol como padre y como entrenador. Por nada más que esos años que ha vivido junto a él, de todo lo que se ha podido empapar y aprender, imagina cómo tiene que ser como como técnico». Y sigue. «Sabe cómo cómo gestionar un equipo, cómo gestionar un vestuario que es importantísimo y sobre todo, sabe muchísimo de fútbol. Creo que sus planteamientos son maravillosos porque es un enfermo de fútbol y eso es buenísimo para el jugador porque aprende muchísimo».
Sigue teniendo mar y también Carnaval, «pero aquí no están ni el Selu ni el Yuyu». Lo malo va a ser que esa semana coincidirá con el comienzo de la temporada. «No sé cómo lo tendremos para para poder disfrutar algún día de esta experiencia; ya tengo amigos y familiares que han sacado los vuelos para para venir aquí esa semanita», dice, entre bromas muy serias.
Ya ha tenido la oportunidad de manejarse con los medios en una entrevista que ha provocado alguna que otra risa por su desparpajo y poca vergüenza. Y lo reconoce porque «un gaditano aprende cualquier idioma en dos días». Lo hizo «con mucha cara y mucha poca vergüenza». Y explica la intrahistoria o los profes que ha tenido. «Aquí hay muchos uruguayos y argentinos, estuve hablando con Correa (ex del Sevilla); me llevo muy bien con él y dándome consejos me dijo: 'Pacho, tú suéltate, tú habla, aunque te equivoques, así es como he aprendido yo'. Al final el portugués y el español es muy parecido. También es verdad que llevaba dos días y ya fui el MVP del partido, y me quise venir un poco arriba y me dije: 'escúchame, vamos a tirar un poquito para atrás a ver si que me voy a parecer a Joaquín en Italia cuando le preguntaron'», cuenta riéndose.
A pesar de la distancia, no pierde el contacto con el pequeño Marco, enfermo con un línfoma linfoblástico. «Hablo mucho con él, con los padres, y la verdad que nos echamos mucho de menos mutuamente, pero bueno, ya en en Navidades, que aquí termina la temporada y tendré mi mes de vacaciones, bajaré a Cádiz y estaré con él por supuesto porque lo echo mucho de menos», asegura con grandeza. «Lo importante es que estemos los dos bien, que estemos los dos felices; la distancia no habrá para nosotros, porque al final siempre siempre estaremos unidos».
Ver comentarios