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Cádiz - Huesca

Carranza estrena este domingo su Dance Cam

La reciente polémica originada durante un concierto de Coldplay deja al estadio gaditano sin la alternativa más íntima de la Kiss Cam

Cómo y dónde ver el Cádiz - Huesca

La Dance Cam llega a Cádiz este domingo. lv

AC

Cádiz

El estadio Carranza estrenará en la tarde de este domingo su particular Dance Cam en lo que no es más que un pasito más en la americanización del show que desde hace unos años están haciendo con el fútbol. El encuentro ante el Huesca, que comienza a partir de las seis y media de la tarde, se convertirá en el primero en el que el club 'mande' a sus aficionados pegarse un bailecito en los tiempos muertos de los partidos de fútbol tal y como pasa desde hace mucho tiempo en los espectáculos deportivos de los Estados Unidos de América.

Como en todo concurso de baile, también habrá premios para las mejores parejas, grupos o personas que mejor hagan su coreografía ante la mirada de todos los espectadores y telespectadores que acoja el encuentro de turno.

La idea inicial en muchos clubes, también en el Cádiz CF, era la de posibilidad de activar la Kiss Cam, donde en vez de bailar 'se le pide' a la pareja o familia de marras que se den un beso más o menos apasionado y dependiendo, claro está, del grado de relación que los aficionados en cuestión tengan más allá de la vergüencita ajena que puedan llegar a dar. Sin embargo, la reciente polémica surgida durante un concierto de Coldplay han rebajado el tono al baile, donde es mucho más complicado meterse en los líos en los que se metieron Andy Byron, un afamado CEO de una importante startup, y su entonces empleada Kristin Cabot, que salieron enfocados por la Kiss Cam mientras se abrazaban de una forma tan íntima que no tuvieron otra que taparse ante la sorpresa y el cachondeo del resto del público, que en muy poco tiempo conocería hasta los últimos detalles de una relación que llevaban de tapadillo al estar ambos casados con sus respectivas parejas. La viralización del momento fue tal que llegaron incluso amenazas de muerte a los dos infieles, que al tiempo y tras el daño causado, aclararon que ambos ya estaban en proceso de separación.

Así que en Carranza, el que se quiera besar que se bese, pero lo más aconsejable será marcarse un baile. O ni eso.

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