Cádiz Cf
Cádiz CF, retiro para futbolistas
En poco tiempo, muchos futbolistas han coincidido en cumplir su último año como profesional vestido de amarillo y a sueldo del club gaditano
Ya queda menos
Atrás en el tiempo queda el caso del Mami Quevedo, ese futbolista en el que se fijó Antonio Muñoz para ilusionar a su ya ilusionada afición, que acababa de regresar al fútbol profesional nueve años después. El empresario cordobés, entonces presidente del Cádiz CF, se debatió entre dos antiguas glorias para darle al equipo de Jose González un veterano que hiciera las delicias de la afición y apuntó hacia Arteaga y Quevedo quedándose finalmente con el ex del Atlético de Madrid, que al poco de iniciarse la temporada 2003/04 causó baja indefinida por una lesión de rodilla que le valió la invalidez. Ni fue el primero ni sería el último.
Al año, Muñoz contrató a otro que parecía venir a retirarse. Y lo hizo, pero dando cuantiosos éxitos al equipo amarillo ya que Oli llegó en Segunda, ascendió a Primera y se retiró para pasar a ser el entrenador en un paso equivocado que no borró todo lo dado anteriormente. Lo mismo puede decirse de otro integrante del mítico once de Chapín, en este caso, el catalán Ramón de Quintana, que colgó las botas de amarillo tras cinco años en el club.
En ambos equipos estaba Enrique Ortiz, un extremeño que llegó en Segunda B del Cacereño y que ascendió hasta Primera División para retirarse -también por lesión- tras la eliminación en el 'play off' de ascenso frente al Mirandés, momento en el que se acogió a la baja por incapacidad permanente que se obtiene de la Federación en proporción a la gravedad de la lesión. Desde entonces, ha hecho de todo en el club. Ahora mismo, ha sido el relevo de Salvador Chirino para hacer las funciones de delegado de campo.
Estos casos pertenecen a otra administración, a la de Muñoz, pero desde la llegada de Locos por el Balón no han sido pocos los futbolistas que han colgado las botas por diferentes razones. Recordemos algunos.
Más allá de las lesiones, las grandes enemigas de los deportistas, hay algunos retiros que forman parte de lo normal dada la edad del protagonista de turno. Aquí, aunque con algún que otro matiz, aparece la figura del portero de los dos últimos ascensos, el manchego Alberto Cifuentes, hoy entrenador. Como es sabido, el arquero albaceteño cumplió el sueño de retirarse en la máxima categoría pero lo hizo a regañadientes ya que, a cambio de dejar su ficha, el club le hacía un sitio en su staff técnico. Así fue como logró el récord de jugador más veterano debutando en Primera en la segunda jornada de Liga, para a la tercera dejar la portería de San Mamés a Ledesma y colgar de manera obligada los guantes.
Pero si la jubilación de Cifuentes fue ingrata, más aún lo es cuando el motivo es una lesión crónica que abre las puertas de la baja por invalidez. La más dura fue la de un central que llegó en el primer año en Segunda con Cervera, Papa Khalifa Sankaré, un defensa descomunal que lo dio todo, hasta la rodilla, motivo por el que tuvo que dejar el fútbol con 30 y pocos años.
Desgraciadamente, la baja del central senegalés no ha sido la única, pero sí la más sentida dado que con él no hubo ningún tipo reparo en enseñarle la puerta del club debido a una lesión de gravedad que después, como se ha visto, la han tenido muchos compañeros suyos a los que el club le renovó, ya por confianza, ya por amistad, ya por contrato, ya por justicia, ya por lo que sea.
El primero de los ejemplos es el del Jon Ander Garrido, todo un ídolo de la afición que no pudo disfrutar de la Primera División a pesar de haber sido clave en Segunda, donde fue una de las piezas claves en los años de Álvaro Cervera. Sin embargo, el gran desgaste del vasco le pasó factura en la elite, donde sí al menos pudo jugar en la Catedral en el encuentro que el Cádiz CF venció por la mínima ante el Athletic de Bilbao. Poco a poco, y a pesar de muchos intentos, su rodilla gritó basta y tuvo que pedir la baja federativa como tantos otros profesionales.
Otro de los líderes de ese Cádiz CF de Cervera fue José María Martín Bejarano-Serrano, capitán de esa banda que él mismo bautizó tras caer en el primer año en Segunda en la primera eliminatoria de los 'play off' por el ascenso en Tenerife. En el caso del roteño, su retirada fue más paulatina que la del vasco, entre otras cosas, porque su lesión en Mestalla en la 21/22 hace pensar que podría recuperarse bien al año, algo que no sucedió hasta que tuvo que colgar las botas definitivamente en la 23/24 al ver que el césped lo había jubilado pese a mantenerse en pie.
Como tuvo que retirarse también otro de los artífices del ascenso a Primera con Cervera, el lebrijano Juan Cala, que llegó ya siendo veterano procedente de la liga china al firmar un contrato de cinco años que no pudo cumplir al ver que el cuerpo le marcaba su final. Fue así como el ex del Sevilla se retira en la 22/23 después de que su rendimiento fuera de más a menos a pasos agigantados.
Mismo camino parece llevar Luis Hernández, un defensa al que Manuel Vizcaíno se empeñó en renovar e incluso a hacerle la ficha este pasado enero a pesar de que ya la temporada pasada la acabó en el quirófano. El central fue clave en la reacción del Cádiz CF de Sergio, pero desde el curso siguiente comenzó a tener problemas en un menisco que no le deja de dar la tabarra y que, seguramente, pondrá fin en breve a su carrera.
Sin salir de centrales, otro que llegó para contribuir a la causa durante un buen año en Segunda fue Sergio Sánchez, un ex del Málaga y del Sevilla que Vizcaíno rescató con tino pero con el que tuvo que terminar en los juzgados pagándole el finiquito después de una segunda temporada, la 19/20, en la que solo jugó un encuentro a las órdenes de Cervera, con quien tampoco acabó muy bien, motivo por el que fue cedido al Albacete en invierno. Y de ahí pasó a vivir.
Más curioso fue el caso de Nano Mesa, un delantero que Manuel Vizcaíno renovó por compromiso ya que el canario era el único que no tenía la ejecución de compra en el caso de ascenso que sí recaía sobre jugadores como Pombo, Choco Lozano, Iván Alejo, Álvaro Giménez o Malbasic. Finalmente, y tras no entrar jamás en los planes de Cervera, el club decide colocarlo en enero en el Logroñés como cedido. A su vuelta, y aún con Cervera en el club, no tiene otra que rescindir. Y desde entonces está sin equipo... De hecho, recientemente ha sido noticia porque, a sus 30 años, se ha ofrecido a jugar en el Tenerife, donde precisamente se encontraría con Cervera. Qué cosas.
Pero sí curioso fue lo de Nano Mesa, el caso de Augusto Fernández fue maravilloso. Y lo fue porque nadie se explica el homenaje que tuvo el jugador argentino en forma de despedida cuando apenas estuvo un añito defendiendo los colores del equipo amarillo. En efecto, llegó el 22 de junio de 2020 para ocupar la ficha que dejaba libre Luismi Quezada, lesionado de gravedad en el primer encuentro que se jugó tras la apertura del confinamiento. A sus 34 años, llegó cargado de lesiones y su final era fácil de presagiar a tenor de sus aportaciones en el campo. De hecho, en aquel ascenso ni llegó a sumar una hora de juego en aquellos once encuentros. Lo asombroso fue que formó parte de la plantilla ya en Primera, donde la cosa no cambió en absoluto. Por tanto, recién empezada esa brillante temporada decidió retirarse. Y dijo en su adiós. «Es un orgullo terminar mi carrera en el Cádiz CF. No creo que esté a la altura para recibir este homenaje. Pensé en algo más sencillo». Ni él ni nadie podía imaginarlo, pero es que este Cádiz CF de Vizcaíno es un retiro dorado para los futbolistas. Eso sí, si son de su agrado.