Cádiz - Valladolid
Iván Alejo no cree que Carranza le reciba bien
El capitán del Valladolid vuelve este domingo a la que fue su casa y lo hace «agradeciendo» al cadismo todo lo que vivió
La última polémica de Ivi con el Cádiz como meta
Es uno de los capitanes del Valladolid junto al portero portugués Guilherme y en la actualidad es el lateral derecho titular del conjunto pucelano. Defendió los colores del Cádiz durante seis años en los que despertó filias y fobias, es por eso que piense que su recibimiento este domingo en Carranza no será el deseado por él aunque tampoco le importa demasiado porque eso le pone, va en su carácter en cuanto se viste de futbolista. Habla Iván Alejo, que este jueves ha atendido la llamada de Cope Cádiz.
«Suena raro, ¿eh?», dice cuando se le cuestiona por su nueva demarcación, la de carrilero, una zona que ya conoció en el Cádiz y así lo recuerda. «Al final el fútbol va de esto un poco también, de saber adaptarte a nuevas posiciones. Ya voy cumpliendo años y bueno, ya no es lo mismo, pero estoy contento de poder estar participando y de poder ayudar al equipo de mi ciudad», reconoce antes echar la vista atrás para poner en el mapa del tiempo cuando actuó de lateral vestido de amarillo. «Me acuerdo el primer partido con Sergio, que alguna vez cuando íbamos perdiendo me utilizaba. Pero el primer partido de lateral derecho titular que jugué fue el año pasado en casa con el Dépor, contra Yeremay. Cuando lo vi en el once dije: 'me va a partir por la mitad'. Pero la verdad es que pude contenerle bien, sobre todo en la primera mitad porque ya en la segunda sufrí porque no tenía esos conceptos defensivos, no tenía esas ayudas y también el equipo no estaba en un buen momento y cuando el equipo no atraviesa un buen momento individualmente el nivel baja mucho también», comenta en relación a ese 2-4 en el que Lucas Pérez firmó un hat trick.
Vuelve a Cádiz y claro que será especial para él. «Pisar otra vez la ciudad que me ha dado tanto durante tantos años; volver a ver a gente que quiero muchísimo; volver a ver a mi presidente; el estadio en el que he jugado de local durante seis años con momentos buenos y momentos menos buenos, pues es muy especial. Cuando sale el calendario siempre es el primer partido que miras cuándo es», se sincera.
Sabe que su recibimiento va a estar reñido, pero lo cortés no quita lo valiente. «Sobre todo vuelvo con ganas de agradecer a toda la gente que me ha cuidado durante tantos años; no sé realmente cómo será el recibimiento, habrá gente que me aplauda, habrá gente que me pite, pero bueno, esto es fútbol, la gente, como digo, es soberana y tiene derecho a actuar de la manera que crea conveniente a pesar de que a mí, obviamente, me gustaría que me recibiesen con el cariño de un jugador que ha jugado 163 partidos con su camiseta», dice con humildad.
Si tuviera que apostar por cómo será, algo le dice que pondría más castañas en la parte de los pitos que en la de los aplausos. «Honestamente creo que no», contesta cuando se le pregunta si espera una salva de alabanzas. Y sigue. «Siempre me gusta ser sincero y creo que va a ser un recibimiento hostil, pero bueno, también me gusta eso un poquito, pero bueno, ojalá no fuese así y fuese un recibimiento masivo de cariño, pero al final creo que ninguno somos tontos y sabemos un poco cómo piensa la gran parte de la gente hacia mi persona», comenta con ¿acierto?
Además, él mismo alimentó a los más críticos con él después de unas imágenes grabadas por su club tras la remontada del Pucela ante el Granada y en la que se escucha y se ve a Iván Alejo arengando a sus compañeros mientras les emplaza a ganar ahora al Cádiz.
Justo sabía la que se iba a liar en las redes, pero no tanto. «Sí, a ver, cuando vi los comentarios me sorprendí un poco porque mi arenga hubiese sido la misma si el siguiente rival hubiera sido cualquier otro, pero bueno, también creo que la gente está esperando un poco; me está esperando con esas ganas de que me equivoque un poco, que me salga un poco del tiesto para poder actuar y poder recriminarme cosas que a lo mejor cuando jugaba en Chipre no podía hacer», explica.
Alejo cuenta con 30 años y muchos tiros 'daos', por lo que entiende todo lo que se pueda pensar. «Todo es totalmente respetable; me reciban como me reciba mi cariño no va a cambiar porque me siento un gaditano más; sigue habiendo gente de mi familia que vive allí, y Cádiz para mí es la ciudad más maravillosa del mundo».
No piensa cambiar ya
Alejo es una persona muy diferente fuera del campo que dentro, donde se transforma. Es por eso que le llegue a gustar los reproches de mucha gente con la que seguramente congeniaría fuera de un estadio. Así lo explica él. «Al final es fútbol, cada equipo, cada futbolista tiene sus costumbres para jugar de la mejor manera posible y utilizar las herramientas para conseguir ganar, pero por supuesto hay que hacerlo desde el máximo respeto», subraya.
Vizcaíno, 'su padre'
Por eso mismo, por lo que quiere Cádiz, no tiene pensado ningún acto de reproche o similar, sino todo lo contrario. «Vuelvo desde la máxima admiración, ya no solo por la gente sino porque en la directiva tengo a Manolo (Vizcaíno), que es como mi padre, que tanto me ha ayudado y tanto le quiero, entonces ya solo por él debo demostrar actitudes de respeto y de cariño hacia la gente que me lo ha dado todo», promete.
Dice hablar todas las semanas con Vizcaíno, del que suele hablar de forma muy cariñosa como en esta nueva ocasión. «Hablamos todas las semanas prácticamente; nos llamamos siempre y estos días me ha mandado algún mensaje picándome, pero bueno, ya sé que él lo hace con toda la buena intención del mundo; sé que me quiere mucho y que me aprecia, soy su hijo el rubio, como él dice. Así que bueno, voy con ganas de verle y con ganas de darle un abrazo».
En este sentido, si marca un gol «no lo celebraría porque ha sido mi casa. Pienso que en esta vida hay que ser agradecido y el Cádiz me cogió en un momento en el que yo no estaba bien, tanto en mi vida personal como en mi vida futbolística, y bueno, supieron volver a ver a ese Iván Alejo, que por tramos fue el que rindió en el fútbol español. Creo que sería una falta de respeto celebrar un gol en el estadio que ha sido mi casa, pero bueno, he marcado pocos, así que no creo que se dé la situación. Aunque ojalá marcase y sirva para ganar, pero eso es tarea de mis compañeros», bromeó, que no mintió.
El Real Valladolid llega a Carranza a un punto del Cádiz en una temporada más que compleja para los de Pucela según cuenta Alejo. «El Valladolid es un club muy grande, con muchísima presión, que hay que saber llevarla porque es una afición muy exigente; venimos de una época un poco convulsa después de la antigua propiedad; ahora tenemos unos propietarios que están muy cerca del equipo. Sí que es verdad que nos ha hecho mucho daño la eliminación de Copa del Rey (ante el Portugalete); el otro día no hubo un ambiente lo más bonito posible, pero lo bueno y malo de esta categoría es que si ganas dos o tres partidos estás prácticamente líder, y si los pierdes estás abajo», argumenta antes de ensalzar a su rival del domingo. Y es que para Ivi la Segunda «consiste en mantener la regularidad lo máximo posible, como creo que está haciendo el Cádiz de Gaizka, que están haciendo una temporada maravillosa».
Alejo sabe del club que habla y desde la distancia aplaude lo que se ha hecho este pasado verano en el Cádiz. «Siempre es bueno hacer una reestructuración; cuando las cosas no salen bien pienso que mover un poco el árbol y traer gente joven siempre es positivo para el club y para el equipo, y creo que Manolo ahí ha hecho las cosas muy bien; ha fichado gente joven con proyección que está rindiendo bien, ha fichado a Iuri Tabatadze, que está rindiendo muy bien. Yo veo al equipo muy bien, sólido en defensa, que creo que en Segunda División es muy importante», comenta mientras también destaca el «grandísimo nivel» de Víctor Aznar y el punto logrado en Andorra gracias a la mentalidad de Gaizka Garitano, que «conoce cómo es la categoría y, conoce lo complicado que es ganar en cada campo» pese a las críticas que se llevó el equipo. Por eso mismo, aconseja «paciencia» a la afición después «de dos años muy duros».
Hace un aparte para hablar de Suso, «de los dos o tres mejores jugadores de la categoría». «Cuando él toca la pelota se ve que es un futbolista diferencial. Me gusta el rol que le ha dado Gaizka porque le ha liberado un poco de tareas defensivas, y creo que eso a él le favorece porque él siempre necesita estar en contacto con el balón; para mí es el líder absoluto del equipo».
También habla de Ontiveros, al que se podría enfrentar por la banda. Al malagueño o al georgiano Tabatadze. «Los conozco bien a los dos porque llevo durante toda la semana estudiando al rival; me gusta saber a quién me voy a enfrentar. Son dos grandísimos futbolistas, pero yo también estoy a buen nivel», valora y ensalza a Ontiveros. «Onti es como mi hermano, hablamos prácticamente todas las semanas, lo conozco mucho: él sabe mis puntos débiles, yo sé los suyos, estaremos todo el rato hablando durante el campo, pero lo que pasa en el campo se queda en el campo, luego nos daremos un abrazo y un beso como siempre». ¿Cómo lo ve él? «Lo veo bien; comenzó la temporada con una pequeña lesión que venía arrastrando desde el año pasado, pero creo que es un futbolista especial para todo; es tarea del míster tenerlo enchufado, si está enchufado es un futbolista totalmente diferencial al nivel de Suso, lo demostró el año pasado con Paco López. Soy de los que pienso que a cada futbolista hay que tratarle de manera diferente; hay futbolistas que necesitan más cariño, otros que les metas más caña. Onti es una persona que necesita cariño para rendir bien», piensa.
Optimista con el Cádiz
Sobra decir que Alejo es un enfermo del fútbol, un deporte que le apasiona, además de darle de comer. Y por supuesto que sigue cada vez que puede al que fue su equipo, con el que es muy optimista. Y da sus razones. «Que en doce partidos, siete los haya acabado con la portería a cero es muy complicado; lo que están haciendo es muy difícil», resume.
Eso sí, todo lo que se está consiguiendo en defensa, no realza el ataque. A ello se refiere Alejo, que está convencido de que «los jugadores con tanta calidad en cualquier momento aparecen», y esa -cree- «es la base de Segunda División; ser un equipo sólido». Y pone un ejemplo. «Lo demostramos nosotros hace años con Álvaro Cervera, que siendo sólidos y manteniendo la portería a cero estuvimos arriba, y de verdad, no lo digo por el cariño que le tengo a Cádiz y al Cádiz, creo que va a estar arriba 100%».
Por último, vuelve al morbo de su recibimiento. «Los aficionados son totalmente libres de recibirme como ellos quieran, habrá gente que me tenga cariño y gente que no tanto; únicamente, quiero agradecerles todo el cariño, todo el respeto que me han brindado durante estos seis años, que por momentos me han hecho sentir la persona más feliz del mundo y la persona más querida: pedir disculpas si en algún momento hice algo que a ellos les incomodó o se sintieron ofendidos, y nada, que yo soy un cadista más y que voy a seguir animando al Cádiz desde donde esté. Ojalá podamos subir los dos equipos a Primera y nos podamos enfrentar el año que viene en la mejor liga del mundo», deseó.
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