Exigir sin ofrecer

Ya sí es oficial. Ya sí tenemos que gastarnos el dinero en un ridículo papel que diga que somos apto/as en el B1. Durante los últimos meses el tema más hablado y que más inquietud despierta entre los universitarios no es otro que la necesidad de obtener el B1 en inglés antes de acabar el curso. Los alumnos conejillos de indias que actualmente están cursando el 4.º curso de Grado se encuentran en la obligatoriedad de tener el B1 para poder recibir su título que durante cuatro años académicos han luchado y se han esforzado por acabar su carrera en su tiempo. Es genial que Europa quiera formar a estudiantes que cuando salgan al extranjero puedan desenvolverse sin la dificultad que presenta el idioma. Pero lo que no es lógico ni justo es que en nuestro país el único medio que parece haber para aprender el idioma sea dejando más de 500 euros por curso en academias que han sido creadas de la noche a la mañana para aprovecharse de la situación. Las academias de idiomas son las únicas beneficiarias de esta medida. Nos recortan en becas, en horas lectivas, en profesorado, nos mandan a aulas sin las instalaciones y la luz adecuada por falta de espacio y encima nos sacan más de 500 euros por obtener un simple papel que dice si soy o no apta para obtener mi título universitario. ¿Por qué? ¿No lo entiendo? No estamos en contra de aprender un idioma; al contrario, queremos y ansiamos aprender, pero no así. Si esto se sabía, ¿por qué no nos han ofrecido facilidades?¿Por qué no nos han propuesto cursar asignaturas en inglés? Se supone que salimos de bachillerato con el nivel de B1. ¿Dónde fallamos? ¿De quién es la culpa? ¿Nuestra? No, señores, nosotros sólo somos víctimas de este sistema educativo que exige sin ofrecer.